LO QUE CUESTA SER DISCÍPULO DEL SEÑOR JESÚS Que éramos antes - TopicsExpress



          

LO QUE CUESTA SER DISCÍPULO DEL SEÑOR JESÚS Que éramos antes de que el Señor nos iluminara? 1º Juan 5 19Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno. Efesios 5 8Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz; Efesios 4 17Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 18teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; 19los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Efesios 2 2en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. 1 Juan 2 15No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Ahora que soy parte del Reino de la Luz, que debo hacer? Efesios 5 11 Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas Efesios 4 22En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, Romanos 13 14sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne. Lucas 14 33Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. Tanto para seguir a Cristo como para ser su discípulo la condición necesaria es una entrega absoluta al Señor Jesucristo. Solemos tener una idea equivocada (cuando comenzamos el camino) de la forma en que Dios nos usará para su obra. A medida que crecemos dentro de una congregación nos amoldamos a ella, es sencillo, hay gente que se encarga de ciertas funciones a los cuales estimamos como obreros del Señor y nosotros somos simples ovejitas y nos sujetamos y acomodamos a esa condición. Vale decir, muchos estimamos que el Señor nos llamo a ser de sus ovejas y a otros a ser sus siervos. Terrible postura equivocada por falta de conocimiento y aún más por los ministros que en cierta forma desean que se mantengan en esa condición para someterlo a los fines prácticos de la institución. A veces estimamos que para seguir a Jesús no es necesario producir cambios en nuestro estilo de vida por lo cual justificamos que no podemos trabajar para el Señor porque nos dedicamos a nuestra profesión laboral en el mundo y tenemos muchas cuentas que pagar, los impuestos y los gastos para sobrevivir además porque mantenemos nuestras familia lo cual requiere de todo nuestro tiempo, un trabajo actual nos demanda más de 10 horas y estimamos que el Señor Jesús nos comprende y nos prefiere así y buscará en aquellos que estén disponibles, especialmente jóvenes. Los jóvenes en cambios estiman que son pequeños y que no tienen la edad ni la experiencia suficiente para ser obreros (además de que no les gusta aprender, ni orar, ni leer), otros por estudiar una profesión en universidades o escuelas dedican todo su tiempo al estudio y a ciertas actividades sociales por lo cual justifican de esta manera de que no son dignos y no tienen tiempo para ser discípulo y esperan que los ancianos se encarguen de ellos. Los ancianos (por lo general personas jubiladas) desgastados por el sistema, se sienten fracasados y faltos de conocimiento porque durante su vida no pudieron dedicarse a las cosas del Señor y estiman que ya es tarde y poco apropiado. Si dentro de la congregación todo luchamos por un estilo de vida dentro del mundo, como pues haremos la obra del Señor?. Cuan equivocados estamos al pensar o estimar que Dios nos llamó a un estilo de vida en el que podemos conservar nuestros bienes y aumentarlos pensando que son su ”bendición”, cuan equivocados por luchar y trabajar por una “casa”, “un confort”, “un vehiculo”, “una profesión”, “un status digno”, cuan equivocados por dar el diezmo y ofrendas monetarias esperando que Dios aumente nuestros bienes y riquezas, cuan equivocados por luchar por una institución humana para que crezca en numero y aumentar los ingresos económico de la institución. Cuidado el Señor no está buscando personas que le dediquen sus tiempos libres o sus tardes libres o sus fines de semana o sus años de jubilados. Él busca personas dispuestas a darle el primer lugar en sus vidas. Él busca (y siempre ha sido así), no multitudes que van a la deriva y sin propósito en su senda, sino hombres y mujeres que individual y espontáneamente se consagran a su servicio por haber reconocido que Él requiere obreros dispuestos a seguir en el duro y difícil sendero de la autonegación para el propósito de su Padre. Considera esto: Que Jesús siendo hombre y Señor sobre todas las cosas, con todo su poder podría haber preferido seguir existiendo llevando a cabo propósitos humanos o tan solo haber aceptado lo que el diablo le ofreció en tentación (Mt 4:1-11). Pero no fue así, aún cuando pidió que la copa que le tocara pasase de El (Mt 26:39), renunció a todo para seguir la voluntad de su Padre. Así que: - La única voluntad permitida o adecuada al sacrificio de Cristo en el Calvario es la rendición absoluta e incondicional a Él. El amor divino tan maravilloso no puede ser satisfecho con algo menos que la entrega de nuestra vida, nuestra alma, nuestro todo... El Señor Jesús no murió por tu tiempo libre, ni por tu sacrificio humano para el bien de tu familia o por tu confort social. El Señor Jesús tiene un Reino, una Gran Empresa Espiritual, una gran viña la cual requiere de obreros para el desarrollo de su plan. Mateo 11 29Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Jesús predicó este evangelio, un evangelio de vida con mucho trabajo en Él; Planteó exigencias rigurosas a los que iban a ser sus discípulos, demandas que han sido totalmente olvidadas en estos días de vida materialista. Con mucha frecuencia consideramos el camino del Señor como un escape del infierno y una garantía del cielo mediante una gracia sin obras. Aún más las religiones evangélicas con todas sus denominaciones e instituciones engañan a los congregantes haciéndoles pensar que tienen perfecto derecho a disfrutar de lo mejor de esta vida. La religión engaña transformando el duro camino en esfuerzos humanos por conseguir bienes a los cuales llaman equivocadamente “bendición” y no se dan cuenta que son esclavos del sistemas persiguiendo inmundicias para dar su porción a las instituciones humanas. Sabemos que en las escrituras hay muchos versículos que hablan fuerte acerca del discipulado, pero nos parece difícil conciliarlos con la condición actual de existencia y con la condición de nuestras ideas acerca de la vigente conducta que se observa en todas las congregaciones actuales Miramos con asombro y aceptamos que los soldados de este mundo entreguen sus vidas por razones patrióticas. No nos extraña que los hombres pongan su vida por ideologías políticas o por defensa territorial. Pero que la característica de la vida de un seguidor de Cristo sea “sangre, sudor y llanto”, nos parece remoto y difícil de asimilar. Sin embargo, las palabras del Señor Jesús, son claras y precisas. No hay el más mínimo lugar para malinterpretarlas si las aceptamos en su verdadero valor. Estas son las condiciones del discipulado tal como las dio el Señor de la creación: [ Aborrecer: Rechazo, Repugnancia, Abandono, Perder algo de mucha estima. ] Lucas 14 26Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. 27Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. - Aborrecer a tus parientes y a todos los que amas según la carne - Aborrecer tu propia vida - Llevar tu cruz en pos de El Juan 12 25El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. 26Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará. Lucas 9 57Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. 58Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. 59Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. 60Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. 61Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. 62Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios. - Un amor supremo por Jesucristo. Marcos 12 30Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Esto no quiere decir que debamos tener indisposición o mala voluntad en nuestro corazón hacia nuestros familiares, sino que nuestro amor a Cristo debe ser tan denotado que en comparación todos los demás afectos parezcan odio. En realidad la parte más difícil de este pasaje es la expresión “y aún su propia vida”. El amor propio es uno de los obstáculos más persistentes para el discipulado. Mientras no estemos dispuestos a ofrecer voluntariamente nuestra vida a disposición de Cristo, no estaremos en el lugar donde Él desea que estemos. - La negación del Yo Mateo 16 24Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 25Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Suele haber gran confusión con esto. Muchas veces estimamos que negarse a si mismo es privarse de cosas tales como actitudes, conductas, comidas, placeres, gastos, etc. Estimamos que voluntariamente podemos dejar nuestras pasiones. Pero eso no es negarse eso es abnegarse. No confundir “Negarse” con “Abnegarse”. Abnegarse es un vano sacrificio; Tan solo el hecho de pensar que podemos hacer esto es una mentira en nosotros; Podremos quizás esforzarnos por cambiar de actitud ser más amables, (como quien dice “mas buenos” o “mejor” de lo que soy o de lo que era) pero de nada sirve ese sacrificio y no tiene ningún valor para el Señor. Gálatas 2 20Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Romanos 14 7Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. 8Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. La “Negación del yo” es una cuestión de sumisión (someterse, acatar órdenes, ponerse bajo la autoridad) a nuestro Señor Jesucristo. En Cristo Jesús nuestro “yo” no tiene derechos, ni dignidad, ni voluntad propia. Jesús no vino a ayudarte a hacer posibles tus pretensiones humanas, ni tus objetivos sin importar cuán necesario o beneficioso sea para ti. Jesús tampoco vino a que tu “yo” le ayude con cosas o bienes, El vino a matar a tu “yo” porque de esto se trata de matar el “yo” que no sea nuestra mente y nuestro corazón gobernando nuestras vidas (porque somos tinieblas) sino que nos sometamos en El para que su mente sea la nuestra, que su objetivos sean los nuestros, para que su Espíritu nos gobierne. Negarse es obedecer dejar de hacer lo mío para hacer lo que Él me manda. La abnegación es consecuencia inmediata. Cristo NO anhela mi felicidad en este mundo, no me dará bienes o trabajos o bendiciones materiales, por el contrario la servidumbre en Cristo se hace entre muchas pruebas y tribulaciones, entre mucha pobreza y a cambio de esto solo recibimos el gozo, la paz y la esperanza de recibir lo que nos prometió. No buscare la felicidad en este mundo, ni pretenderé que el Señor me ayude a serlo. - Elección deliberada de la Cruz Una terrible muerte en los tiempos antiguos era la muerte en la cruz, fatal designio otorgados a los grandes criminales. Obviamente era muy deshonroso y símbolo de terrible pecador aquel que era colgado de un madero. Jehová también dijo: “Maldito todo aquel que fuere colgado de un madero” (Ga 3:13; Dt 21:23) Así pues Cristo inmerecidamente recibió esta deshonra, esta crueldad, injustamente por tí. A la vista del mundo Cristo fue vituperado por ti. Tomar la cruz no se refiere a una enfermedad física o angustia mental, puesto que estas cosas son comunes a todos los hombres. La cruz es una senda escogida por voluntad de Dios. Es un “camino que tal como el mundo lo considera es una deshonra y un reproche.” La cruz es el emblema de la persecución, la vergüenza y el abuso que el mundo cargó sobre Jesús y que el mundo cargará sobre todos aquellos que elijan ir contra la corriente. Cuando creemos, cuando le seguimos tenemos que tomar nuestra cruz e ir en pos de Él, cualquiera que evita llevarla conformando a este mundo no es digno de Él. Mateo 16 25Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Muchos creyentes evitan la cruz conformándose a este mundo y mueren por intentar salvar sus vidas. - La vida de un discípulo es una vida invertida en Cristo. Para comprender lo que esto significa conviene preguntarse: ¿Cuál fue la principal característica de la vida del Señor Jesús? Fue una vida de obediencia a la voluntad de Dios, una vida de servicio desinteresado a los demás, una vida de paciencia y tolerancia ante los más graves errores. Fue una vida llena de celo y desgaste, templanza, mansedumbre, bondad, fidelidad y devoción. Para ser sus discípulos debemos andar como Él anduvo. Debemos mostrar el fruto de nuestra semejanza en Cristo. (Jn 15:8; 1 Pe 2:21; 1 Jn 2:6) - Un amor ferviente por todos los que pertenecen a Cristo. Juan 13 35En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. Este es el amor que considera a los demás como mejores que uno mismo. Este es el amor que cubre multitud de pecados. Este es el amor que es sufrido y es benigno; no es jactancioso, no se envanece, no es injurioso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta (1 Co 13:4-7). Sin este amor el discipulado sería un ascetismo frío y legalista. Sería un címbalo que retiñe. - Permanencia continua en su Palabra. Juan 8 31Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Juan 5 39Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; Colosenses 1 9Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, 10para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; El verdadero discipulado se caracteriza por la estabilidad y la versatilidad en las riquezas doctrinales. El verdadero discípulo es un hombre de mucha lectura, de mucha oración y de mucha meditación en las Escrituras. Sin embargo es fácil empezar bien y lanzarse adelante a un deslumbramiento de gloria. Pero la prueba de la realidad del discipulado es la resistencia hasta el fin. “Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios” (Lc 9:62). La obediencia ocasional a las Escrituras no sirve. Cristo desea que los que le siguen lo hagan obedeciendo en forma constante y continuada. - Rechazo de todo por seguir a Cristo. Lucas 14 33Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. Esta es, tal vez, la menos apreciada de las condiciones de Cristo para el discipulado, y se podría probar que es el texto menos apreciado de las Escrituras. Los religiosos y ministros actuales a los cuales se les considera como los entendidos pueden dar mil razones para probar que el versículo no quiere decir lo que parece decir, pero los discípulos sencillos lo reciben con ardor, aceptando que el Señor Jesús sabía lo que quería decir. ¿Qué quiso decir con renunciar a todo? Significa el abandono de todas las posesiones materiales que no nos sean absolutamente necesarias y que se puedan usar en la extensión del Evangelio. El que renuncia a todo no se convierte en un despreocupado holgazán. Trabaja arduamente para proveer a las necesidades comunes de su familia y de sí mismo. Pero, como el fin de su vida es extender la obra de Cristo, invierte en el trabajo del Señor todo lo que sobrepase sus inmediatas necesidades y deja el futuro en las manos de Dios. Buscando primeramente el reino de Dios y su justicia teniendo por cierto que nunca le faltará nada, ni comida, ni vestido. Un discípulo no puede poner su confianza en dinero ahorrado o en el potencial de su trabajo en el mundo (la cual requiere de casi todo el día) cuando hay muchas necesidades Espirituales y muchas necesidades de obreros para sus ministerios y para la extensión del evangelio. El discípulo no conoce los que son las ganancias económicas o materiales, ni se presta para hacerlo. No malgasta su vida y su tiempo acumulando cosas ni riquezas, todo lo que un discípulo tiene lo pierde por amor a Cristo, porque estima más las ganancias Espirituales y a ellas se avoca. Las actitudes propias de un discípulo son: 2 Timoteo 2 4Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Hebreos 10 34Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos. Hechos 20 33Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. 34Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. 35En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. Proverbios 22 7 El rico se enseñorea de los pobres, Y el que toma prestado es siervo del que presta. Mateos 5 40y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; 41y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. 42Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. Y esto no es nuevo porque desde tiempos antiguos a los judíos se les dijo: Deuteronomio 15 6Ya que Jehová tu Dios te habrá bendecido, como te ha dicho, prestarás entonces a muchas naciones, mas tú no tomarás prestado; tendrás dominio sobre muchas naciones, pero sobre ti no tendrán dominio. 7Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre, 8sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que necesite. - El discípulo NO pide prestado, por lo general es él quien da - El discípulo NO ahorra para su futuro bienestar, ni para bienes materiales - El discípulo NO es rico ni pretende riquezas - El discípulo NO compra en cuotas, todo es de contado. (Evita enredarse con el sistema) - El discípulo NO espera nada de nadie, se provee para el mismo, para el necesitado y para el servicio No se necesita ni se requiere de dinero para trabajar para el Señor, tampoco lo obtendremos trabajando para el Señor. Estas y muchas otras cosas son necesarias aplicar a nuestras vidas. La expresión “cualquiera de vosotros” de Lc 14:33 somos todos y cada uno, no hay excepciones. Proverbios 30 7Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario; Salmos 37 16Mejor es lo poco del justo, Que las riquezas de muchos pecadores. La Paz del Señor Jesús
Posted on: Tue, 30 Jul 2013 15:53:16 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015