LOS TRES TEMPLOS DE SAN PABLO Y LA IGLESIA DE SAN PEDRO (LIMA) - TopicsExpress



          

LOS TRES TEMPLOS DE SAN PABLO Y LA IGLESIA DE SAN PEDRO (LIMA) Durante la etapa colonial son notables los templos construidos por la Compañía de Jesús en el Perú, San Pedro de Lima, y las iglesias de la Compañía de Arequipa, Ayacucho, Cusco, Trujillo, Nazca, Pisco; además de los templos de las reducciones, alrededor del lago Titicaca. De todos ellos, uno de los templos más notables es el del antiguo Colegio Máximo de San Pablo, hoy San Pedro. Templo familiarizado con el nacimiento de la labor de la Compañía en el Perú y cuya construcción comprende varias etapas. LA IGLESIA PRIMITIVA Llegados los primeros jesuitas al Perú en 1568, se instalaron en los solares donde más tarde había de levantarse el colegio y la iglesia de San Pablo. Lo primero que se realizó fue construir una iglesia pequeña, pero que tuviese capacidad para las personas de la ciudad. Medía 150 pies (37 m) de largo y 30 pies (9 m) de ancho. Para empezar y para la Lima de entonces de apenas 10. 000 habitantes era más que suficiente, tenía delante de la puerta principal una plaza de 100 pies cuadrados (la actual plazuela de San Pedro). Dieron los vecinos algunos lienzos y tablas de imaginería para embellecer los muros, sedas para los ornamentos, y piezas de plata para la sacristía. En la inauguración, quiso el Arzobispo, D. Fray Jerónimo de Loayza venir en persona a celebrar la misa y acudió también el Virrey Francisco de Toledo con la Real Audiencia, y con ellos concurrió los más florido de la ciudad. Predicó el P. Provincial, Jerónimo Ruiz del Portillo, y a partir de allí se comenzaron a ejercitar los ministerios propios de la Compañía. Los Jesuitas, cumpliendo órdenes de su General, san Francisco de Borja, pusieron su principal esfuerzo en la atención espiritual de los indígenas, los cuales acudían en gran número. LA SEGUNDA IGLESIA Pronto, las aglomeraciones que se producían en el pequeño templo persuadieron a los Padres que debían construir otra iglesia más capaz y mejor acomodada. Así, el 30 de Junio de 1569, fiesta de San Pablo, se colocó la primera piedra de la segunda iglesia en el terreno contiguo al anterior. Estuvo lista en 6 años, "y ha salido tan capaz y graciosa que dicen todos no haber otra como ella en el Perú" (Documento contemporáneo). LA TERCERA Y DEFINITIVA IGLESIA El acuerdo de construir una tercera iglesia se tomó en la Congregación Provincial de 1618. En ella fue elegido Procurador el Padre Nicolás Duran Mastrilli, quien viajó a Roma y trajo consigo los planos de la Iglesia del Gesú para calcarlos en la de Lima. El Gesú de Roma es el templo que la generosidad del Cardenal Farnese levantó para la Compañía de Jesús. En 1628 se había dado termino a tres de sus capillas, en 1635 se erguía airosa la cúpula y el 31 de Julio de 1638 se celebró su solemne dedicación. LA IGLESIA DE SAN PEDRO Desde sus inicios la iglesia tuvo de titulares a los apóstoles San Pedro y San Pablo. Sin embargo, por brevedad, desde el principio se la llamó Iglesia de San Pablo, hasta el año 1770 en que, ya no estando los jesuitas en la conducción del templo, éste toma el nombre de San Pedro. Hasta el año 1763, los padres y hermanos de la Compañía fueron embelleciendo y enriqueciendo la iglesia con valiosos ornamentos y alhajas, hasta que Carlos III, rey de España, decretó la expulsión de los jesuitas de todos sus dominios. Durante la etapa de ausencia de la Compañía de Jesús del territorio peruano, San Pedro fue inmediatamente despojado del oro, plata y demás joyas. La depredación alcanzó también a las pinturas: no se pueden contar las que han ido desapareciendo desde entonces. Los padres del Oratorio, llamados filipenses por su fundador San Felipe Neri, estaban a cargo del Hospital de San Pedro para señores Sacerdotes, y de la iglesia anexa, de nombre también San Pedro. Ellos fueron invitados a trasladarse con su obra benéfica a los locales de los desterrados jesuitas, de modo que tomaron posesión de ellos en 1770. Como no cambiaban de obra sino sólo de sitio y la obra llevaba el nombre de San Pedro, San Pedro llamaron también a su nuevo local. El Colegio de San Pablo se convirtió en el Hospital de San Pedro, y la Iglesia de San Pablo en Iglesia de San Pedro, que es como se la conoce, desde entonces. Los nuevos poseedores hallaron la iglesia despojada: pero su fisonomía arquitectónica y la disposición interna seguía siendo la misma. Sin embargo, comenzaron a deformarla a principios del siglo XIX. Primero reemplazaron el retablo barroco del altar Mayor por el actual retablo neoclásico. Años más tarde levantaron un nuevo altar en el crucero de la derecha, formando esquina con el de San Ignacio. Un largo siglo después de perderlo, a finales del siglo XIX, regresaron los jesuitas a San Pedro, y también ellos introdujeron cambios: otro altar -par del anterior, para no ser menos- en el crucero de enfrente, el arco abierto junto a San Ignacio y, la colocación de un pesado órgano en el coro. Afortunadamente, el historiador jesuita Rubén Vargas Ugarte (1886-1975), tras largos años de investigación, ha devuelto a la Iglesia de San Pedro alguna sombra de su esplendor antiguo. La gratitud de la Lima celosa de su tradición artística, lo tiene en cuenta.
Posted on: Sun, 30 Jun 2013 05:38:37 +0000

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