La Biblia en un año: 1ª Timoteo 1 al3 LA CENA DEL SEÑOR ( 1ª - TopicsExpress



          

La Biblia en un año: 1ª Timoteo 1 al3 LA CENA DEL SEÑOR ( 1ª de 2 partes) 1Co 11:26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. En los 4 Evangelios se narra lo que pasó la noche anterior al día en que nuestro Señor Jesucristo murió. Esa noche, El Cristo cumplió un deseo inmenso de su corazón: Celebrar la pascua con sus discípulos. Luc 22:15 Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! Al hacerlo, cumplió una orden dada por Dios a su pueblo por medio de Moisés, que era recordar la liberación de Israel de la esclavitud egipcia: Éxo 12:25 Y cuando entréis en la tierra que Jehová os dará, como prometió, guardaréis este rito. Éxo 12:26 Y cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro?, Éxo 12:27 vosotros responderéis: Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró. Simultáneamente, Jesús cumplió con la ordenanza del Antiguo Testamento, e instituyó una nueva, de un profundo significado espiritual. Años después, el Apóstol Pablo entendió perfectamente el significado de esta última cena, e inspirado por Dios Espíritu Santo , instruyó a la iglesia sobre cómo llevar a cabo este sacramento instituido por Jesucristo la noche del Jueves Santo y –muy importante- declaró el porqué de esta ceremonia que es parte esencial de la liturgia cristiana hasta nuestros días. Quisiera pues, que reflexionáramos sobre este por qué de la Cena del Señor, puesto que si Dios nos permite comprenderlo, comprenderemos también el valor que tiene la Eucaristía ((Del lat. eucharistĭa, y este del gr. εὐχαριστία, acción de gracias).) Como parte de nuestra adoración a Dios. La razón de celebrar la Santa Cena se encuentra en el versículo 26 de 1ª Corintios 11 que leímos al principio: “ASI, PUES, TODAS LAS VECES QUE COMIEREIS ESTE PAN, Y BEBIEREIS ESTA COPA, LA MUERTE DEL SEÑOR ANUNCIAIS HASTA QUE VENGA” Al participar de la comunión, anunciamos al mundo la muerte de Jesucristo y más, mucho más importante: El Propósito de su muerte.- Siempre ha habido gente interesada en desvirtuar la razón por la que el Señor Jesús murió, desde filósofos y científicos en la antigüedad, maestros de Escuela en todos los niveles, hasta productores cinematográficos y de programas de televisión. Hoy en día ha tomado auge la cultura anti-Dios. Nadie quiere saber nada acerca de Dios, ni de Jesucristo. Y lo triste es que mucha de la culpa la tenemos nosotros los cristianos, que somos sus representantes. Platicando el jueves pasado con un amigo de la infancia que nos visitó en el culto de oración, me comentaba de una conferencia sobre la familia a la que asistió, y en donde el expositor les decía: “La gente no quiere que le hablemos de Jesús, quiere ver a Jesús reflejado en nosotros”. Es verdad, como es verdad también que hay una cultura anti-Dios vigente en nuestra sociedad. En Estados Unidos está prohibido en la Universidades que maestros o alumnos siquiera sugieran que lo que existe fue planeado, diseñado y creado por una Inteligencia Superior. La sanción para esta “falta” es ser expulsado de la Universidad. El Estado de Pensilvania fue más allá y por Ley decretó esta prohibición, de manera que sugerir públicamente que Dios creo el Universo es ahora un delito. El entorno en el que vivimos se ha vuelto escéptico, y cada vez más cerrado a tomar en cuenta a Dios en sus vidas y la otra razón principal para ello, es la falta de información. De allí la necesidad de anunciar la razón por la que Jesús murió, y la importancia del Sacramento de la Santa Comunión ¿Porque pues murió Jesucristo? ¿Cuál es ese propósito que como cristianos estamos llamados a anunciar a través de la celebración de la Santa Cena y a través de nuestra diaria manera de vivir? El origen de esta razón se encuentra en uno de los atributos de Dios. Un atributo que ya hemos estudiado en la Escuela Dominical, como parte de nuestro estudio sobre las verdades esenciales de la fe cristiana: La Justicia de Dios. Dios es un Dios justo que exige justicia de sus criaturas. Ese Dios justo ha establecido un día en el que va a juzgar a todas sus criaturas por lo que hayamos hecho en esta vida y el parámetro para ese juicio será su perfecta justicia. Ese es el problema: Dios es Justo. Nosotros los seres humanos no somos justos. Ninguno El error fatal de muchas personas es creer que nuestra propia justicia será suficiente para afrontar el juicio de Dios. Es decir, pensamos así: Es cierto, no soy perfecto, pero tampoco soy malo, no le hago mal a nadie, trato de cumplir con mis obligaciones, ayudar al que necesita cuando puedo, de manera que como hago lo que puedo para ser bueno, eso será suficiente, además, está el mito universal de que como Dios es Amor, no puede castigar a nadie, así es que no hay de qué preocuparse. ERROR!!!! ¡SI! Si hay de qué preocuparse porque para que Dios nos declare justos el día del juicio tenemos que tener una justicia perfecta, PERFECTA. Como no la tenemos en nosotros, debemos hallarla en alguien más. Allí es donde entra nuestro precioso Salvador, nuestro Campeón que hizo por nosotros lo que era necesario hacer, que ya hemos dicho un sinnúmero de veces pero que no nos cansamos de decir: Vivió una vida de perfecta obediencia a Dios –ningún otro ser humano ha podido hacerlo, desde Adán- y ganó para El la bendición que Dios prometió al que le obedeciera. Esta es la primera parte de la obra de redención de Jesucristo en favor suyo y mío, mañana vemos la segunda parte. Feliz inicio de semana.
Posted on: Mon, 19 Aug 2013 11:41:30 +0000

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