La lucha siempre se ha desarrollado en el campo y la ciudad En el - TopicsExpress



          

La lucha siempre se ha desarrollado en el campo y la ciudad En el devenir histórico de la humanidad y su lucha por la sobrevivencia y respeto a los derechos humanos, todas las formas de lucha desarrolladas por los pueblos del mundo, sean éstas: lucha política, social, económica, ecologista o ambientalista, han tenido un soporte fundamental en la lucha de ideas y la acción directa de masas. Las grandes e históricas revoluciones sucedidas en el mundo como la Revolución Francesa, Inglesa y Americana (revoluciones burguesas) y las revoluciones populares (obrero-campesinas) como la revolución Rusa, Mexicana, China, Vietnamita, Cubana, etc. combinaron la táctica y estrategia de lucha desarrollada tanto en el campo como en la ciudad. La lucha de clases siempre ha sido el motor de la Historia y ha puesto de relieve los factores políticos, culturales e ideológicos que intervinieron en el origen y desarrollo de estos acontecimientos. En los últimos tiempos, las ciudades se han convertido en banderas de los movimientos anticrisis, por ejemplo el movimiento de los indignados (empleados de restaurantes, choferes de taxis, etc.) en ciudades españolas y el movimiento “Occupy Wall Street” en Nueva York, nos dan indicios de como las ciudades pueden convertirse en centros de la protesta social contemporánea. Como lo señala el geógrafo David Harvey: La conciencia y la experiencia urbana, aumenta las posibilidades del activismo urbano en contra de los regímenes neoliberales, lo que ratifica en su último libro, Rebel cities (Ciudades rebeldes), en el que afirma que las ciudades vuelven a ser el centro de luchas de clases, en las que se manifiesta el surgimiento de nuevas formas de lucha. La acumulación de fuerzas y la combinación de formas de lucha desarrolladas en el campo y la ciudad están orientadas a fortalecer, ampliar y profundizar la lucha popular, frente a un sistema capitalista expoliador y un modelo económico neoliberal salvaje que atenta contra los derechos y cultura de los pueblos, lucha conjunta para salir en condiciones victoriosas. Hay que tener en cuenta que durante la lucha, la acumulación de fuerzas desde el campo y la ciudad tiene un correlato con los periodos de concentración de la lucha, por lo tanto unas veces la lucha se plantea y se concentra en la ciudad, y otras veces se plantea y concentra en el campo, teniendo en cuenta las características del medio geográfico y la planificación propuesta por las organizaciones convocantes. En nuestra región, la lucha ambientalista debe plantearse tratando de alcanzar objetivos superiores y generales como defender la vida y el medio ambiente, y derrotar a las empresas mineras formales o informales, nacionales o transnacionales, que atentan contra nuestra vida, saquean nuestros recursos naturales y contaminan nuestro medio ambiente, lucha ambientalista sin ningún tipo de exclusión. Las luchas de la ciudad y el campo, ambas son muy importantes. En nuestra región, la concepción del desarrollo de la lucha ambientalista solo en el campo y no en la ciudad obedece a un criterio de sectarismo, seudoliderazgo, protagonismo inmediatista, oportunismo electoral y falta de respeto a todas las personas que también quieren aportar en la lucha por la defensa del agua, la vida y el medio ambiente desde la ciudad. Ordenar que a partir de la fecha la lucha ambientalista sólo se desarrolle en el campo significa arrastrar una actitud caciquista y colonial, pues no se puede ordenar a quien no lo hemos convocado ni a quien no forma parte de la organización a la que supuestamente se “dirige”. Esta actitud es parte de una visión cortoplacista e inmediatista que pierde de vista los objetivos generales y superiores de toda lucha ambientalista, basada en una obsesión mesiánica y una prédica pragmatista que pretende sin tener méritos propios opacar a otros líderes de esta gesta popular iniciada el 24 de Noviembre de 2011. Los “dirigentes” que sectarizan la lucha sólo a partir de su espacio geográfico que conocen, niegan el derecho que tienen otras personas de luchar desde el espacio o medio geográfico que estas conocen y en el cual pueden desenvolverse mejor. Estos dirigentes caciquistas actúan emotivamente por influencia de sus manipuladores políticos, a los mismos que les guardan la espalda y cuidan su imagen como consecuencia de los favores personales o políticos recibidos en plena lucha ambientalista; en unos casos han vendido su conciencia por un sueldo, por unos cuantos días de permiso laboral o por unas cuantas carpetas que recibieron para sus escuelas y comunidad, cuando intencionalmente olvidan que la dación de estos y otros materiales educativos constituye una responsabilidad de las instancias descentralizadas del gobierno llámese este gobierno regional, provincial o distrital. La lucha frente a los enemigos poderosos como las empresas nacionales y transnacionales, formales o informales que representan a la minería en el Perú, requiere del esfuerzo unitario de todas las organizaciones y ciudadanos que tienen el deber y el derecho de luchar para defender la vida y el medio ambiente, y de solidarizarse con todos los pueblos ambientalistas que luchan por la vida. La lucha ambientalista debe desarrollarse tanto en el campo como en la ciudad, teniendo en cuenta el medio geográfico en el cual se desenvuelven mejor las personas, el medio que conocen perfectamente y guarda relación con las características de lucha y las características de los luchadores, por eso es necesario que la lucha se planté desarrollar tanto en el campo como en la ciudad para sumar y seguir recibiendo las adhesiones de todas las personas. Plantear la luchas solo desde el campo, desdeñando el aporte importante desde la ciudad, significa excluir y sectarizar esfuerzos individuales y colectivos, significa negar la importancia de las luchas universitarias, obreras, magisteriales, municipales y las luchas de los propios campesinos que cansados de no ser escuchados en sus comunidades llegan a las ciudades para proseguir su lucha, buscar la solidaridad de clase de las ciudades, denunciar ante los medios de comunicación los atropellos contra sus pueblos y su cultura, y llamar la atención del gobierno para que atienda sus justos reclamos. Significa negar otras formas de lucha como los plantones, ocupaciones simbólicas, movilizaciones, vigilias, ollas comunes, paros de transportistas, etc. Significa negar el aporte solidario de las diferentes ciudades del Perú y del mundo que se identifican con la lucha en defensa del agua y la vida en la Región Cajamarca, nuestro país y el mundo. Finalmente, afirmamo que la unidad y la confluencia de luchas campesinas y citadinas nos debe conducir a fortalecer, ampliar y profundizar la lucha ambientalista contra las empresas mineras formales o informales, nacionales o transnacionales, teniendo claridad que no solo es Conga sino que existen varias Congas en Cajamarca y en el Perú. Reconocemos y valoramos el esfuerzo individual y colectivo de nuestros hermanos campesinos y los pueblos altoandinos, de todos los frentes de defensa ambiental y todos los ciudadanos que luchan en defensa de la vida y el medio ambiente. La lucha por nuestra sobrevivencia requiere del esfuerzo conjunto del campo y la ciudad para hacer frente a la arremetida criminal del modelo neoliberal y el sistema capitalista. Rechazamos que la lucha ambientalista sea utilizada por algunas "autoridades", “dirigentes” sectarios y caciquistas, como una tribuna de oportunismo electorero y como cortina de humo para cubrir la traición, la corrupción y la deficiente gestión del gobierno regional de Cajamarca. ¡ Viva la lucha ambientalista desarrollada en el campo y la ciudad ¡ ¡ Conga nunca mas ¡. ¡ Colpayoc no va ¡ ¡ No al terrorismo minero ambiental de Newmont Yanacocha ¡ Por: Jaime A. Silva Delgado.
Posted on: Fri, 21 Jun 2013 04:11:17 +0000

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