La paz es fruto de la fe “La paz es fruto de la fe”, nos decía el cura en el sermón hoy mismo, precisamente hoy que había terminado de leer el escrito del P. Usera “Recuerdo de Roma”. Y hasta la Iglesia fui rumiando el texto y en ese momento aprecie de nuevo la actualidad de las palabras del P. Usera, para él la Santa ley de Cristo es la que permite una auténtica transformación de la realidad, no sólo dignifica a las personas y las hace mejores, hace “sabios y santos”, sino que impulsa un progreso científico y material benéfico y generoso para todos los hombres, sin distinción. Pero aún había otra cosa que se me había fijado a la mente, y otras palabras del sacerdote en su homilía me permitieron apreciar de nuevo la cercanía del P. Usera, la validez de sus palabras entonces y ahora. Se refirió el sacerdote a los cristianos que han sufrido martirio en Siria en los últimos días, y no solo en Siria en Asia y África. Estas agresiones a los derechos humanos que sufren los cristianos no merecen todavía una denuncia de los gobiernos del mundo, no digamos una intervención directa, diplomática o económica, la mayoría miran para otro lado, incluido el “órgano de gobierno mundial” por excelencia, la ONU. La idea del P. Usera se refiere al aislamiento a que sometieron al Papa, Pío IX los políticos italianos que llevaron a cabo la unificación, en el siglo XIX. Dice el P. Usera: “Tiempo hace teníamos formada la opinión de que el hombre, generalmente hablando, tiene más de extraviado que de malo. Indudablemente la pobre humanidad se encuentra más herida de la cabeza que del corazón. Sólo así pudiera explicarse en pleno siglo XIX esa asombrosa timidez y apatía de los grandes poderes de la tierra, presenciando con los brazos cruzados y la cabeza baja el público y despiadado sacrificio de la verdad y del derecho”. Se que no es comparable la situación en sí, pero sí la denuncia de que ante el atropello del Derecho, sea donde sea y contra quien sea, los estados miran para otro lado, entonces, en el Siglo XIX, como ahora en el siglo XXI. Efectivamente hoy no hay paz en el mundo, porque no se sigue la Ley santa de Dios, porque esta no inspira al progreso material y tecnológico, que se ha convertido en un ídolo insaciable, llevando a una competencia progresiva y cada vez más desigual entre los gobiernos y países de la tierra…, aunque hoy se hable más que nunca de solidaridad. Para el P. Usera la fe, la Iglesia católica, el Papa que la representa ante el mundo, es la mejor garantía de la libertad, la paz y del progreso. No es una idea, es una convicción que le lleva a ser consecuente en su propia vida. No malgasta mucho tiempo debatiendo contra los enemigos de la Iglesia, él eligió una vida de entrega y servicio a los más necesitados de la sociedad, y a pesar del tiempo, de los enemigos de la iglesia, de ayer y de hoy, de nuevo muy activos, sigue siendo ejemplar y fructífera. Él es una prueba más para nosotros de la necesidad de la fe, de su bondad, y su utilidad para transformar el mundo de manera segura y justa.
Posted on: Sat, 06 Jul 2013 21:52:20 +0000
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