La política lo invadía allí todo. (…) Era solo una lucha de hombres que deseaban dominar, y para lograrlo toleraban todos los abusos y todos los desafueros de sus partidarios. Los políticos se dividían en tres clases: caciques, parásitos y matones. Los diputados y senadores forasteros, a los que se ofrecía la jefatura de los partidos, no eran más que pobres ilusos que caían en aquel avispero para ser el juguete de los unos y el blanco de los odios de los otros. La malcasada. Carmen de Burgos. (Pag. 69).
Posted on: Wed, 31 Jul 2013 10:05:42 +0000