“La primera vez que la vi… Todo en mi cabeza se silenció Todos los ticks, las imágenes constantes desaparecieron. Cuando tienes trastorno obsesivo compulsivo en realidad no tienes momentos callados. Inclusive en la cama estoy pensando: ¿Cerré las puertas? Sí ¿Me lavé las manos? Sí ¿Cerré las puertas? Sí ¿Me lavé las manos? Sí Pero cuando la vi, la única cosa en la que pude pensar fue en la curva de la horquilla de sus labios. O la pestaña en su mejilla– La pestaña en su mejilla– La pestaña en su mejilla. Sabía que debía hablar con ella La invité a salir seis veces en treinta segundos. Ella dijo que sí después de la tercera, pero ninguna de las veces que pregunté se sintió bien así que tenía que seguir haciéndolo. En nuestra primera cita, pasé más tiempo organizando mi comida por colores de lo que pasé comiéndola o hablando con ella. Pero le encantó. Le encantaba que tuviera que besarla para despedirme 16 veces, o 24 si era miércoles. Le encantaba que me tomaba todo el tiempo caminar hacia casa porque había muchas grietas en la banqueta...
Posted on: Tue, 27 Aug 2013 04:24:10 +0000