La situación miserable de las áreas rurales de Guatemala es un hecho viviente que no necesita demostración, porque es la realidad nacional. Es una realidad histórica que la invasión de 1492, llegó a cambiar radicalmente el sistema de vida de los originarios del continente, ahora llamado América. Los conquistadores, los colonizadores, sus descendientes mestizos liberales, arrebataron tierras y bienes de producción a los pueblos originarios. Nadie exige prueba del despojo, porque hasta hoy día, elites y caciferos son los beneficiarios de la “expropiación sin compensación”. El orden fructífero y armónico de los recursos naturales despojados, continúan destruyéndolos la ambición y avaricia de caciferos y elites. No es cuestión de izquierda o de derecha, es responsabilidad histórica la deuda a los descendientes de los aborígenes, por las tierras objeto de la “expropiación sin compensación”. La Constitución Política contempla que la expropiación de propiedad privada por beneficio social o interés público, debe hacerse con base al “valor actual”. Entonces la compensación por la “expropiación sin compensación” a los pueblos originarios debe basarse en “el valor del mercado” de los bienes arrebatados. Además, hay que considerar que a los dueños originarios de tierras y bienes de producción, se les pagó con esclavitud, también debe compensárseles el sufrimiento humano al que fueron sometidos. El problema fundamental del mejor presidente de Guatemala, Jacobo Arbenz Guzmán, fue que el quiso indemnizar a la United Fruit Company, por las tierras expropiadas, Jacobo Arbenz Guzmán, decidió hacerlo, basado en el valor declarado, para efecto del pago de impuestos. En la actualidad, el mismo problema persiste; los mal llamados “próceres de la independencia” ya no quisieron enviar a España los impuestos recaudados, y dispusieron adueñarse de los mismos, pagando de impuestos lo que se les vino en gana. Ahora mismo, en Guatemala, el Impuesto Único Sobre Inmuebles, (IUSI), es evasión fiscal legalizada e institucionalizada, porque los dueños pagan impuestos basados en el valor que ellos mismos declaran. Miles de millones de quetzales son evadidos, todos los años, porque los impuestos pagados en propiedades no están basados en el valor del mercado, como debería de ser, sino en el valor declarado por el dueño. Así que cuando se decida u obligue pagar a los descendientes de los dueños originales, por las tierras y bienes de producción, arrebatadas por medio de la “expropiación sin compensación”, el precio a pagarse debe ser el precio del mercado de ese tiempo, además de pago por daños y perjuicios, y por el provecho o explotación de esas tierras y medios de producción, por más de quinientos años. Pero por supuesto, que hay otro problema, este es, que caciferos y elites no están dispuestos a pagar nada por las tierras arrebatadas por la “expropiación sin compensación”. El desarrollo rural de los pueblos originarios de Guatemala, está estancado, porque caciferos y elites, no quieren que estos pueblos, reclamen y cobren, por tierras despojadas hace casi quinientos años. Los indígenas, descendientes de los pueblos originales, son extraños en sus propias tierras. “Opinión Siglo21 Publicado 04.07.2013 | 00:08 Al grano Eduardo Mayora Alvarado Sobre el desarrollo rural En algunos artículos de opinión y también en algunos reportajes sobre la situación de las áreas rurales de Guatemala, sus autores identifican su falta de desarrollo con hechos y circunstancias del pasado.”… s21.gt
Posted on: Thu, 04 Jul 2013 16:18:39 +0000
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