Las sociedades medievales eran sociedades de solidaridad. El hombre estaba inserto en grupos: el grupo familiar, el de la aldea. El señorío, que era un organismo de exacción, también lo era de seguridad social. En caso de hambruna, el señor abría sus graneros a los campesinos. Existía, así, el miedo a la súbita penuria, pero no a la exclusión de una parte de la sociedad. Se era muy pobre, pero junto con los demás. Los mecanismos solidarios, comunes a todas las sociedades tradicionales, desempeñaban plenamente su función. Los ricos tenían el deber de dar, y la caridad cristiana estimulaba este deber de ayuda. (...) La sociedad medieval era una sociedad gregaria; los hombre vivían en manadas. Si penetramos en la vida privada de nuestros distantes antepasados, advertimos que estaban siempre cerca: dormían varios en un mismo lecho, al interior de las casas no había paredes, solo colgaduras. Nunca salían solos, se desconfiaba de quien lo hacía: o bien eran locos, o criminales. Resultaba duro vivir así, pero también concedía seguridad. Se consideraba que los eremitas que se marchaban al fondo de los bosques para expiar sus pecados eran unos santos: aislarse en esos tiempos, constituía una demostración de coraje muy excepcional GEORGES DUBY, Año 1000, Año 2000, la huella de nuestros miedos, 1995
Posted on: Mon, 11 Nov 2013 02:06:50 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015