Le dije al almendro que hablara de Dios y comenzo a florecer" La mente igual que un arbol cuando está sano y fuerte florece. Cuando florece nos sentimos felices y en armonía con Dios. Esta felicidad no depende de lo que pasa afuera, sino de lo que pasa adentro de nosotros. Sólo si impreganamos nuestra mente con pensamientos positivos (optimismo, perserverancia, alegría) nuestro subconsciente los registrará y actuará en consecuencia. Si en cambio optamos por albergar en nuestra mente pensamientos negativos (pesimismo, derrotismo, tristeza) rompemos con nuestra armonía interior y no alcanzaremos la felicidad. He Encontrado Un Amigo Yo tuve un enemigo que mis pasos seguía, Y aunque parezca extraño yo no lo conocía. Mis planes y mis metas, todo desbarataba, Mis mejores deseos por el no los lograba; Un día pude encontrarlo y reclamé su cinismo, Le destapé la cara y me encontré a mi mismo. Desde ese día todo se transformó, Pues aquel enemigo mi amigo se volvió; Mi antiguo subconsciente que antes interfería, Después me ayudaba y mis deseos cumplía. Una vez que mis planes yo a él le confiaba, Casi sin darme cuenta el solo los lograba. Y ahora que ya no existe conflicto entre los dos Puedo llegar a todo, inclusive hasta Dios.
Posted on: Sun, 21 Jul 2013 06:26:48 +0000
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