Les dejo este cuento que acabo de hacer: El ático. Apenas daban - TopicsExpress



          

Les dejo este cuento que acabo de hacer: El ático. Apenas daban las 12 de la media noche y las luces iluminaban todas las calles, el sueño del alrededor se orbitaba en todo este pueblo, parecí que los fantasmas callaban sus bocas y la cuna del vacío se escuchaba tan cerca cuando los autos terrestres pasaban rápido por los charcos. Era un pueblo hermoso, jubiloso y considerado, las familias parecían ser nobles y humildes, todos se divertían en los días, jugaban los vientos lejanos y miraban las nubes dulces del cielo, no obstante como en todo lugar existe la obscuridad, la melancolía, el disturbio y el trágico llanto. Mauricio era uno de ellos, un personaje de negro y cualidades raras; eso pensaba su hermana Gaby, incluso hasta su madre le ordenaba que dejara ya esos juegos, pero él siempre alegaba y refutaba que este color solo le había sido otorgado a él, porque el sabe lo que su corazón siente y sus pensamientos le dicen, está seguro que prefiere el amargo dolor y las noches estrelladas, que los días de mañana y floreados. No soportaba a su Padre, era bastante gruñón, tenía una lengua del demonio, y el pertenecía a la soledad y a la tranquilidad del propio silencio, era como un gato nocturno que se paseaba mirando siempre la luna inmensa que albergaba todo el océano crepuscular. Nunca dijo nada de esa rebeldía que nacía de su padre, pero prefería callar como los muertos y vivir lejos de esa cruel maldad, en cambio su madre era un sol, una consiente madre que jugaba con las rosas y las plantas que resplandecían de verde y alegría, una madre cuidadosa y responsable, una mensajera divina y la que alimentaba a diario a esta familia. Las mañanas no era tan agradables para Mauricio, ni esas risas que su madre mandaba cuando platicaba con su comadre esperanza, el prefería salir huyendo para llegar al lugar donde pertenecía, ese mismo lugar donde guardaba sus secretos y anidaban sus miedos, “el ático”. Ahí la oscuridad no planeaba escabullirse, no tenia duda de que ese siempre seria un pesado abismo y un longevo lugar donde hablaba el silencio. - ¡Mauricio!, ¡Mauricio!, siempre le gritaba su madre, sal de ahí y juega con tu primo Esteban, no te escondas. Como odiaba jugar con ese primo que solo gustaba de correr como todos, era el antónimo exacto de Mauricio, su primo reía, Mauricio solo mostraba seriedad, Su primo gritaba, Mauricio solo decía un está bien, el es un luto de madrugada, no una mañana despierta. Pero bueno, esta vez no hizo caso, y empezó a sacar un libro viejo del cajón que tenía enfrente, el ático estaba por debajo de su casa, bastante escondido, donde las telarañas abundaban, sacudió ligeramente el libro y abrió la quinta página, y empezó a leer: Ya llegaba la madrugada cuando el asesino de las pesadillas se asomaba por la ventana de mi cuarto, parece que yo estaba soñando, y esta vez lo necesitaba, lo deje pasar, el tenia cabeza de cuervo y cuerpo de gato, y me dijo en voz alta estas palabras: “Tú me llamaste para ayudarte y olvidar estas pesadillas que se acumulan en tu vida, ahora dime, deseas que te ayude a cumplir este sueño”. Mauricio se quedo impresionado de tan hermoso cuento, el ático era un excelente lugar para ocultar estos libros tan fantasiosos, tan obscuros y subjetivos. No tardo en seguir leyendo y el ático empezó a deformarse al justo momento en que el leía el libro titulado, “estoy solo” de Lary Margus. Las paredes se transformaron en el cuarto del personaje Anton, las ventanas se cubrieron de negro y solo quedo una enorme puerta donde el gato con cabeza de cuervo entraba. Pues aquí me tienes entonces, dime que deseas, aceptas lo que te dije. Anton sacudió la cabeza con una respuesta afirmativa y el gato-cuervo empezó a corre directamente a él y entro a su boca esfumándose en el momento. Anton con miedo la volvió a cerrar y lo último que escucho fue un silbido del viento que tocaba la única puerta y el reloj despertador que no dejaba de sonar, salió corriendo para calmarlo y en eso despertó. Todo fue un sueño, afirmo Anton, esta vez dormiré más temprano y no veré esas escenas en la televisión que dan terror. Mauricio termino de leer esta página y cerro el libro, y todo volvió a la normalidad, de nuevo su patico con las dos ventanas y la entrada. Acomodo de nuevo el libro en el cajón y saco ahora un lápiz para dibujar, un borrador, una regla, y una hoja blanca. Había una sola mesa en el centro, la sacudió brevemente y tomo la lámpara para alumbrar un poco, entonces empezó a dibujar a este personaje que le causo impacto, un gato-cuervo. Empezó por la cabeza, los ojos, el pico, después por todo el cuerpo, en ese instante de nuevo el cuarto se deformaba y se crearon unas nubes encima de su cabeza, salió primero una cola y después el cuerpo y al último la cabeza, era ese dibujo que caminaba por todo el ático, movía las manos con sus manos y rasguñaba el cielo, dejaba frases que decían: “despiértame, olvídame, enciérrame, bésame, cobíjame, huye, silencio, noche, paz”, todas estas empezaron a fundirse con la atmosfera, cuando Mauricio dijo con voz suave, listo he terminado. El ático cobro de nuevo su forma, las nubes se fuero y el cielo ahora era un vil techo, Mauricio se dispuso a suspirar su amargura, guado el dibujo y escribió al final, “el ático me lleva los sueños, el mundo me angustia, y la belleza de la oscuridad me mata a diario, soy su complice y su servidor, ahuyo como los lobos y me escondo del tumulto, y mis lagrimas nacen como los ángeles mediterráneos”, y se dispuso a poner nombre al dibujo, “El gato-cuervo Malaguister”. Y firmo con su nombre y salió lentamente con su mirada seria y pálido rostro, cerrando el ático con seguro, esperando llegará de nuevo otra visita a este mundo donde la magia, el misterio y su creatividad envolvían el fúnebre cuarto, “el ático”. José L. Aguilar G.
Posted on: Tue, 13 Aug 2013 05:19:43 +0000

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