Les dejo la columna que hoy 16 de julio publico en El Comercio. Gracias por leerla!!! Frita Freitas Por: Milagros Leiva Gálvez Defender los deseos de un muerto requiere moral, ética, escrúpulos. Requiere decencia. Es muy fácil torcer la voluntad de alguien que ya no está en este mundo. Es muy fácil cambiar estatutos de testamentos usando argucias legales, muy sencillo decir no importa, vamos a juicio. En la Fundación Canevaro la señora Pilar Freitas ha hecho cosas poco santas, pero ningún congresista se escandaliza. Es más, los representantes de Perú Posible, José León y Carmen Omonte, se han empeñado en decir que su compañera de partido es más que idónea para ocupar el cargo de defensora del Pueblo, han aclarado que no tiene sentencia alguna (¿acaso querían un defensor con sentencias?) y rematado que las sospechas que fríen a Freitas son parte de una campaña de difamación. Dos cosas: o los congresistas son unos inmorales y no quieren darse por enterados o actúan por simple conveniencia. Antes de morir la señora Ignacia Rodulfo viuda de Canevaro quiso proteger el manejo de sus bienes a favor de los niños y ancianos más necesitados. Manejarían sus bienes un directorio formado, entre otros , por el ministro de Justica, el presidente de la Corte Suprema y el deán de la catedral. Todo esto se cumplió desde 1925 hasta el 2001. En cristiano, durante casi ochenta años se cumplió con sus deseos, pero todo cambió cuando Pilar Freitas llegó a la Fundación designada por el entonces ministro Fernando Olivera y fue declarada presidenta y luego gerenta general. Freitas cambió los estatutos con los otros miembros del directorio y desde entonces hasta hoy está al frente de la fundación (hoy es vicepresidenta según página web oficial) sin que ese haya sido el deseo de doña Ignacia. Doce años se ha quedado y no ha permitido que ningún ministro de Justicia nombre a su representante. ¿Por qué? ¿Por qué cambió los deseos de un muerto? Lamentablemente en el Perú (lo digo con mucha pena) hay ‘muertos civiles’: personas muy olvidadas, con derechos pisoteados, mayoritariamente gente de extrema pobreza que frente a tanto abuso solo encuentran en el defensor del Pueblo su única tabla de salvación. Si Pilar Freitas fue capaz de hacer lo que hizo con una persona muerta no quiero ni pensar qué hace con los vivos. Pilar Freitas acaba de decir en una entrevista a El Comercio que la Fundación es privada, que no recibe ni ha recibido dinero del tesoro público. Es correcto. “Y un tema muy importante: las decisiones no son individuales y no están sometidas al escrutinio público”, añade. Se equivoca señora Freitas. ¿Nos está tratando de decir que una persona puede cometer atropellos de cualquier tipo en el sector privado pero eso no la invalida en el sector público? ¿Qué clase de moral es esa? Ojalá y nos responda. Dime cómo actúas en el sector privado y te diré cómo serás en el sector público, dicen los sabios. Yo les creo.
Posted on: Tue, 16 Jul 2013 19:47:31 +0000
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