Llegando del trabajo en el preámbulo del día del Padre y ademas - TopicsExpress



          

Llegando del trabajo en el preámbulo del día del Padre y ademas siendo una noche agitada con un temblor muy "padre"; aquí les comparto una pequeña información de lo el mundo prehispánico pensaba acerca de estos fenómenos naturales: Los sabios aztecas consideraban que los temblores eran causados por el movimiento de los astros. Por eso los describían con la palabra ollin, que significa "movimiento sideral". La Tierra, al igual que el Sol, la Luna y las estrellas, poseía movimiento. La palabra tlalollin, sismo, significa literalmente "movimiento sideral de la Tierra". ¿Cómo se producen los temblores? Los sabios aztecas pensaban que el movimiento del Sol y de los astros era causado por el sacrificio de los dioses, principalmente de Quetzalcóatl y Nanahuatzin, quienes se arrojaron a la hoguera primordial en Teotihuacan. El autosacrificio practicado por los aztecas conmemoraba ese sacrificio divino que se produjo en el comienzo del mundo. Los sabios decían que cada día, al ponerse el Sol, éste caminaba bajo la tierra hasta que volvía a aparecer en el horizonte opuesto. La Luna y las estrellas hacían lo mismo, pero muchas veces se ponían al amanecer y salían en la madrugada. De día y de noche, había astros caminando bajo tierra de poniente a oriente. Y cuando tropezaban allá, bajo nuestros pies, se producía el tlalollin, el sismo. Por lo tanto, no había una divinidad especial para los temblores, como la tuvieron otras culturas de la antigüedad. Para los aztecas, el sismo no era aterrador como lo era para los europeos. Era tan natural como tropezarse. Cuando el Sol se trompicaba, se producía un gran sismo; cuando ello le ocurría a una estrella, se generaba un sismo pequeño. Y como había muchas estrellas, el número de temblores pequeños era muchísimo mayor que el de los grandes. En esa misma época, ninguna otra cultura tenía una explicación mejor que la de los aztecas. La que ellos habían inventado tenía la ventaja de ser naturalista. Los movimientos telúricos nada tenían que ver con la mala voluntad de los dioses. Claro que los astros tenían también una personalidad mitológica: Tonatiuh era el Sol y Quetzalcóatl era Venus, su compañero fiel. Pero el hecho de tropezarse en su camino subterráneo no tenía nada de portentoso: era un accidente que le podía ocurrir a cualquiera.
Posted on: Sun, 16 Jun 2013 08:03:17 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015