Los retratos de un Dorian Gray Esa calvicie no tan prematura, la - TopicsExpress



          

Los retratos de un Dorian Gray Esa calvicie no tan prematura, la tez morena y el luto que le daban la sudadera negra y el pantalón azul marino, lo hacían parecer un cuervo con gafas. Ella, con su cámara lista, sólo veía la expresión alegre, pero sin saber capturó el toque de amargura de los labios enmarcados por una barba de dos o tres días. El obturador sonó y con ello atrapó la puerta cerrada detrás, negra también, en contraste con los mosaicos blancos, alacenas refulgentes, un fregadero impecable y las toallas acomodadas. A la mañana siguiente dieron, por fin, un paseo. Él consintió en ponerse una playera roja. No parecía gustarle que fuera un día tan espléndido. Se detuvo a posar junto a una barranca. El miedo al vacío impidió que ella tomara la foto de frente. Él salió, por lo tanto, a la izquierda, como si no quisiera estar ahí. Cinco años ya transcurrieron; ha cobrado más importancia el paisaje. La presencia del hombre se antoja como un pegote y ella quiere sentir más desconcierto. No se detuvo a mirar que fue rechazada; quiso retratar al viento, pero él no se movió. Ella, por eso, lo dibujó. Con el cabello entrecano, con la mirada sonriente. Le inventó una cenefa amarilla a esa sudadera negra para quitarle lo cuervo. Ella lo recuerda vivo, pero él está agonizante. Ella lo imagina entero, pero él está dividido. Ella lo reclama suyo, pero él no la quiso amar. ADRIANA SALAS
Posted on: Sat, 31 Aug 2013 07:11:16 +0000

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