MALECÓN.- LOS DATOS, ¿EN MANOS DE QUIÉN?.- ¿Le confiaría usted las llaves de su casa o de su automóvil a Domingo Ramírez Armenta?, o ¿le entregaría usted su expediente médico a Jesús Antonio Marcial Liparoli? La respuesta es complicada. Aunque si bien, ellos no poseen las llaves de sus propiedades ni su expediente clínico, para el descanso de la sociedad, sí tienen acceso directo a la base de datos que integran con la recolección de información obtenida a través de la expedición de la licencias para conducir. Pero, ¿puede usted confiar en ellos? Si su jefe inmediato, Gerardo Vargas Landeros, no ha realizado el examen de control y confianza que solicitan el Gobierno federal para los secretarios de Gobierno, siquiera. Ninguno de estos tres funcionarios puede presumir un expediente limpio. Todos han sido cuestionados por utilizar su posición gubernamental para su propio interés, y como ejemplo se encuentra su participación activa en la campaña electoral pasada. Aún así, con la impunidad que les concede este "Gobierno del cambio", los tres funcionarios arman una base que posee sus datos más íntimos, casi como su expediente clínico, que podrán consultar en cualquier momento y bajo sus criterios e interés propios. ...Y llegó para quedarse El "Gran Hermano" sinaloense llegó para quedarse. La privacidad de cada individuo quedó pulverizada con esta acción de gobierno que pretende mantener el control de la información personal, como si fuera el dueño de esas vidas. Al viejo estilo comunista, el Estado pretende alzarse con el monopolio de los datos personales a gran escala, y sin menor oposición expedir cheques en blanco para futuras acciones encaminadas a la presión de actores civiles y políticos contrarios a su doctrina. Es decir, el espionaje puesto en práctica sin ninguna restricción, como la Ley Patriota que promovió el Presidente George W. Bush tras el ataque a las Torres Gemelas, so pretexto de prevenir nuevos atentados orquestados tanto por enemigos extranjeros como por los enemigos internos. Como Milán Kundera ejemplifica en su célebre libro La Broma, los ciudadanos no serán más individuos con nombre y apellido, se convirtieron en serie de números para el festín de la historia humana. Habrá que preguntarles al Gobernador, al Procurador, al Secretario de Seguridad Pública, al Secretario General de Gobierno y a esa especie de semidioses del Olimpo malovista, como son "Chuytoño" y el comandante "Julio", si los responsables de garantizar la protección de los datos personales que se obtengan a través de la licencia de conducir, son tan confiables como los operadores de las cámaras de vigilancia de C-4 instaladas en las principales ciudades del estado, porque cuando se trata de investigar y aclarar hechos de alto impacto, "curiosamente" jamás registran algo, y la estela de impunidad se traduce en estadísticas de muerte. Se cansan de esperar Cansados de verlas nomás pasar, los constructores mazatlecos se animaron ayer a tomar los micrófonos y airear su descontento por la repartición de contratos estatales. Resulta que los constructores de Culiacán no sólo ganan los contratos de la capital, también ganan todo lo que construye el estado en el sur de Sinaloa. Las batean todas y a los porteños los dejan como al chinito: "nomás milando". Ayer, la gota que derramó el vaso fue la entrega de la cuarta obra porteña, en menos de un mes, a una constructora de la capital. Nada de malo habría en esto si no se conocieran las propuestas de las constructoras mazatlecas, todas más baratas que la ganadora. Y lo que más duele a los constructores locales es que es la historia de siempre. Durante la visita de Malova como candidato al puerto, los constructores le pidieron que cambiara la historia de sus antecesores. Quién no se acuerda de la Cocosin, la empresa constructora del estado que en tiempos de Juan S. Millán acaparaba todo, hasta que Aguilar Padilla acabó con ella, después de los reclamos cada vez más exasperados de los constructores. Pero llegó Malova y la historia sigue igual. Reivindicar a la ASE Después de tantas críticas y exigencias a la Auditoría Superior del Estado para que aplique las sanciones correspondientes a los funcionarios y ex funcionarios por hacer mal uso de los recursos públicos, el órgano de control de fiscalización del Congreso del Estado confirmó lo que Noroeste publicó en su edición de ayer: la inhabilitación del ex Alcalde Sergio Crespo Hernández por el desvío de 294 mil 607 pesos con 76 centavos, recursos del Fondo de Infraestructura Social Municipal, cuyo destino eran zonas de alto rezago social. Sin embargo, el ex funcionario escuinapense, y médico de profesión, pasó por alto esta disposición legal y metió los recursos en el Malecón de Teacapán, lo que la ASE determinó improcedente, por no considerarse zona de rezago. Parece que el gran beneficiado fue el propio ex Alcalde, quien el martes reconoció que en la zona donde se invirtieron esos recursos, su papá tiene una humilde casa frente a la playa. Por lo pronto, un año es un año fuera de cualquier presupuesto.
Posted on: Thu, 15 Aug 2013 18:26:12 +0000
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