METIERON LA PATA! Imaginé una conversación tan improbable como - TopicsExpress



          

METIERON LA PATA! Imaginé una conversación tan improbable como inverosímil en la que yo, imbuido en un proceso de cortejo hacia una chica, recibo esta frase: “Dani, tienes un pie en mi corazón”. Inevitablemente comencé a pensar en ese músculo vital y metafórico como un gran lugar para instalarme. Si ya tenía un pie, en cualquier momento tendría el otro y me adueñaría de ese cálido lugar con la mayor de las ilusiones. Resulta que, para seguir con la inverosimilitud, al día siguiente salimos a cenar. Era notable mi entusiasmo por la nueva posición que, desde el día anterior, ocupaba mi pie (el izquierdo, seguro) y ella parecía halagada. Todo transcurrió con total normalidad hasta que llegó el mesero a retirar los platos con restos del postre y ofreció café. Yo pronuncié la frase lapidaria. Esa que hizo explosión y ocasionó que el final de mi extremidad (la izquierda, seguro) saliera despedida de mi pierna: “Yo no tomo café”. Una posición tan inofensiva de la que surgió esa frase previsible, porque es bien sabido que soy una persona más que sana, quedó dando vueltas en la cabeza de la tan ansiada chica y al día siguiente, mientras ella degustaba su café de la mañana, decidió llamarme para decirme: “Dani, no te quiero ver más”. Inverosímil o no, esta historia sucedió con un leve giro en los personajes. El Dani de la historia es una mezcla entre la Selección Venezolana de Baloncesto y la fanaticada vinotinto. Ella, la preciosa chica, es una terrible y cruel fusión entre el Mundial España 2014 y el periodismo deportivo venezolano. La frase: “Venezuela tiene un pie en el Mundial” fue pronunciada por varios miembros del distinguido grupo de periodistas que cubrían el evento en el Poliedro de Caracas luego de la victoria frente a Canadá. Y tan distinguidos fueron todos que ninguno reparó en que quizá encendían la ilusión de fanáticos no muy entendidos en el deporte ni en la estructura del torneo. Nadie pensó en que cabía la posibilidad de desatar pequeñas celebraciones particulares por la virtual clasificación del elenco patrio. Mi inocencia: “Yo no tomo café” fue perder con Puerto Rico. Una derrota previsible aunque el juego no lo reflejó. La Vinotinto tuvo una actuación destacable a lo largo del torneo, eso no se discute, pero el análisis debía contar con la posibilidad de ese revés partiendo de que los boricuas fueron la selección más fuerte del torneo. Entonces, distinguidos, no teníamos un pie en el Mundial. Me engañaron. Me declaro agotado e indignado de que me vendan humo. Asumo mi responsabilidad de comprador pero esto puede hablar de una cándida inocencia y quizá (aunque improbable) puede ser un valor lo suficientemente atractivo como para que una chica me deje poner un pie en su corazón. Pero un periodismo cándido no da ternura, da lástima. Uno inocente no es tierno, es vergonzoso. Uno de fanáticos, por definición, no es periodismo. Al día siguiente, y con el café de la mañana, Venezuela sacó el pie del Mundial sin ni siquiera haber jugado. Algún desprevenido que sonreía el día anterior con esa “virtual” clasificación vinotinto, celebró luego de una inútil victoria ante Jamaica. “Ya no vamos al Mundial, Dani, no te quiero ver más”. La selección, infinitamente más noble que el periodismo, ganó su último partido y recibió las loas de ese gremio que días antes hablaba de un seguro fracaso del quinteto nacional en el torneo. La Vinotinto sacó el pie, pero ustedes, distinguidos, otra vez, metieron la pata. Autor: Daniel Mariani GENIO!
Posted on: Fri, 13 Sep 2013 02:58:58 +0000

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