MONTENEGRO, EL DESCONOCIDO Lunes, 2 septiembre 2013 Cuando - TopicsExpress



          

MONTENEGRO, EL DESCONOCIDO Lunes, 2 septiembre 2013 Cuando volvió al club, de la mano de Américo Gallego, los hinchas y el mundo Independiente valoraron que Daniel Montenegro haya puesto la cara en un momento tan difícil como el de pelear por no descender. Sin embargo, con el paso de las fechas el Rolfi no demostraba ser aquel que fue primero campeón y figura de un gran equipo, y luego bandera y goleador de un pobre conjunto en su última etapa. Ahora, está a la vista de todos que Montenegro ya no hace la diferencia como antes y es uno más de los futbolistas de este pobre plantel, que no sólo se fue la descenso, sino que ahora pelea por mantenerse en la B Nacional. Siempre se marcó que el Rolfi era un diferente, alguien que podía asistir, dejar a sus compañeros en posición de gol. Alguien que absorbía la presión, que tenía la pelota cuando mas quemaba o pesaba. Alguien que la pedía y encaraba, que mostraba rebeldía. Alguien que anotaba goles. Alguien que ejecutaba genialmente los tiros libres. Alguien que tenía una pegada excepcional de media distancia. Alguien distinto. Eso fue lo que el Rolfi siempre mostró. Su pasado. Su currículum. Pero si vemos el presente del número diez de Independiente, vemos a alguien totalmente distinto. De hecho, si le quitamos todas esas cualidades o le decimos a alguien que nunca lo vio jugar que ese futbolista solía hacer todas esas cosas, no lo creería. Hasta ese punto llegó Montenegro, al de estar desconocido. Había arrancado su vuelta con buenos auspicios: asistencia a Martín Benítez ante Tigre, buen partido ante Newell’s y una muy buena actuación en el clásico ante Racing, tomando el mando en el segundo tiempo y manejando los tiempos. Luego, se lesionó ante Arsenal. Y, a partir de ahí, se vino su debacle. Contra Unión de Santa Fe, envío el centro que Adrián Fernández aprovechó para marcar, pero nada más. Un gol de penal contra Argentinos -cuando, unas fechas antes, había desperdiciado uno ante Boca- y uno ante River -en tiempo de descuento, cuando el Rojo ya perdía 2 a 0- fueron sus únicos tantos en el torneo. El mismo Gallego había dicho que Montenegro “te asegura 6 0 7 goles por campeonato”. Pero el Rolfi sólo hizo dos, uno de penal y otro que no sirvió para nada. En de penal llegó recién en la fecha 11, en la victoria 3 a 1 ante Argentinos Juniors. Y ese que no sirvió, ante River, fue un gran remate de afuera del área. Para eso se lo trajo, para que haga esos goles. Sin embargo, ese primer grito llegó en la fecha 17, con el descenso casi consumado. Ahora, lleva 2 tantos, ambos de penal. Pero, dejando los goles de lado, no aporta en lo futbolístico: no ayuda en la marca, no asiste a sus compañeros, no genera juego, no deja a los delanteros de cara al arco, no patea ni hace goles propios -de jugada, exceptuando los penales-. Tampoco se hace cargo de su capitanía, de su historia, su jerarquía y sus condiciones para pedir la pelota y hacerle frente a la situación. Porque si el equipo no encuentra el rumbo, obviamente que es a Montenegro al que hay que buscar. Es el que puede generar algo y cambiar la historia. O, al menos, el Montenegro de antes. En el encuentro de ayer ante Independiente Rivadavia, se vio como en tres ocasiones el Rolfi tuvo la oportunidad de rematar al arco, pero se demoró tanto que perdió la chance o le robaron la pelota. En vez de hacer uso de su gran pegada, detiene la pelota o busca a otro compañero cuando él es el que debe asumir el cargo y los riesgos. Seguramente, si lo hace y no consigue resultado, la gente por lo menos entenderá y reconocerá que intenta sobrellevar a un equipo a un presente que no lo ayuda. En vez de eso, está inmerso en todo lo malo y lo reluce. No es Montenegro. Además, queda a la vista que no está apto para completar los noventa minutos. Pasados los treinta años, es entendible que no tenga la dinámica de un chico que recién arranca. Pero es ahí donde debe ponderar su experiencia en el campo: su capacidad para ubicarse donde más le convenga, para hacer la diferencia, para tocar e ir a buscar y no trasladar tanto si no puede. ¿Tiene algo de malo si es reemplazado, ya sea porque este cansado o porque no tenga una buena tarde?. Muchas preguntas e incógnitas pueden hacerse en torno al diez de Independiente. Y los que le caen lo hacen porque saben que él es más que los demás. Es el distinto. Es el diez, el capitán, que el fue campeón y figura. Es el Rolfi, o al menos lo era. Porque el Rolfi está desconocido, y el Rolfi debe volver a ser.
Posted on: Mon, 02 Sep 2013 22:36:20 +0000

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