MUY INTERESANTE: Por Pedro Vargas Ávalos —- En nuestro régimen - TopicsExpress



          

MUY INTERESANTE: Por Pedro Vargas Ávalos —- En nuestro régimen presidencialista, no obstante la división del poder para su ejercicio (Legislativo, Ejecutivo y Judicial), la coexistencia de tres ámbitos de Gobierno (Federal, estatal y municipal), y la vigencia del sistema federalista, que supone Entidades soberanas, lo cierto es que no podemos sacudirnos el modo gubernamental centralista que hace girar lo más importante de los asuntos políticos, alrededor del Presidente de la República. Hace lustros, antes y después del PRIATO, casi nada se podía realizar en el país sino era con el visto bueno del primer mandatario de la nación. Pero tal práctica así fue desde los tiempos coloniales (con los virreyes) y aún más allá, en la época de los tlatoanis indígenas que personifican a los caciques del tiempo prehispánico. Esa peculiar usanza de los todopoderosos gobernantes mexicanos, pervive en estos años de la transición democrática, pues los panistas poco hicieron para desterrarla, conservándose gracias a una inercial actitud de la sociedad y a una evidente paciencia de la clase política, que se compagina con la conducta convenenciera de los grupos de presión, llámese empresarios, líderes sindicales, jefes del clero o cualesquier otra relevante figura social. Una de las formas más notorias de la prepotencia del poder público y el servilismo de los círculos políticos y socio-económicos, se manifiesta con motivo de las visitas del primer mandatario federal. El boato que se despliega, la férrea disciplina que el estado mayor consuma, la indefensión de la comunidad y la obsecuencia de las autoridades locales, se conjuga para hacer de cada visita además de histórica, un “hecho caótico”. Desde luego que las molestias se le infligen a la gente que ordinariamente se dedica a desempeñar sus labores, porque si tiene la mala suerte de vivir o tener que asistir a algún asunto en las cercanías por donde pasará el presidente o donde deciden los militares que lo custodian, que debe guardarse una especie de toque de queda, sufrirán lo indecible, pues durante el lapso que dure la organización de la bienvenida, el desarrollo del acto al que acude el ejecutivo y su partida, nada se puede llevar a cabo salvo que los señores del estado mayor lo permitan. Por lo que ve a los políticos de todas calidades, colores y jerarquías, se afanan por estar junto al mandamás nacional y su séquito. En cuanto a los empresarios, esperan sacar provecho de la visita, pues suelen hacerse pronunciamientos u ordenarse obras que por lo común a ellos se les encomienda, y que por obvias razones conllevan suculentos logros económicos. El actual titular del Poder Ejecutivo federal, ha visitado con tal carácter oficial, tres veces a Jalisco. La más impresionante, en la Perla Tapatía, fue el 7 de marzo de este año para lanzar nacionalmente su campaña en pro de los ancianos, corrigiendo el tradicional programa de 70 y más, por uno mejorado que incluye a los mexicanos mayores de 65 años, con cierto incremento en sus mesadas. El presidente además refrendó sus compromisos con Jalisco en presencia del gobernador Aristóteles Sandoval Díaz: En total aludió a 15 acciones, destacando la ampliación del Sistema del Tren Eléctrico Urbano y la construcción de un hospital geriátrico. Lógicamente, la zona Centro de Guadalajara, en aras de la seguridad de los visitantes, registró gran caos vial por la participación de elementos policiales y disposiciones del Estado Mayor. La primera ocasión, en febrero, acudió a la ciudad de Puerto Vallarta para proyectar la marca turística Vallarta-Nayarit, terminando así con la perjudicial actitud de que los interesados en desarrollar esa zona turística, caminaran cada cual por su sendero, es decir, los jaliscienses con su hermoso Puerto, y los nayaritas con su atractiva Riviera cuyo eje es Nuevo Vallarta, lo que redundaba en perjuicio para ambos. Ahora unidos, podrán hacer de Bahía de Banderas un destino de clase mundial y posesionarán el lugar como gran polo de la industria sin chimeneas, con lo que se espera obtener notables mejoras para ambos Estados. La tercera presencia del presidente en tierras jaliscienses, ocurrió apenas el pasado jueves 4 de julio. El motivo principal fue entregar el galardón al triunfador del concurso nacional que sobre artesanías, se formaliza anualmente en San Pedro Tlaquepaque. La mayoría de los invitados, por obligación, conveniencia o convicción, esperaban algún anuncio sensacional útil para sus actividades, aunque eso sí, de artesanías no saben casi nada. Las obras materiales alrededor de El Refugio, escenario de la ceremonia principal, se paralizaron desde días antes; los invitados especiales, fueron citados a las nueve de la mañana en Palacio de Gobierno, para de allí con toda seguridad ser trasladados al edificio mencionado. El acto iniciaría al filo de mediodía; la larga espera se soporta a cambio de lucir junto a los magnates del poder y el dinero. Se pudo observar que, como el mandatario nacional no arribó de traje, los políticos locales encabezados por el gobernador lo imitaron y muchos se despojaron de sus indumentarias de gala, para verse campechanos como el distinguido visitante. El anfitrión natural, (Alfredo Barba) o sea el alcalde de San Pedro, que debería figurar en el presídium, fue ubicado en la fila delantera, señalando una notoria falta de urbanidad de quien organizó el evento, o en su caso dando pábulo a mil interpretaciones de corte político. Lo más decepcionante fue la ausencia de algún anuncio relevante para beneficiar al Estado; si acaso, al ser el primer presidente que entrega el premio de este certamen, y ordenar se implemente un programa para impulsar las artesanías, se cumplió con la palabra de respaldar a los artesanos, según compromiso de campaña electoral. Y eso fue todo. Los empresarios se lamentaron por no haberse presentado por las autoridades algún plan o proyecto como el “Jalisco a futuro”, para que el mandatario se hubiese enterado y quizás comprometido a apuntalar el desarrollo estatal. Ya sopesados los beneficios y perjuicios de la tercera visita presidencial a Jalisco, resultó como dice el refrán, con más ruido que nueces en cuanto a frutos para la entidad. Pero eso sí, las molestias a los habitantes, fueron efectivas, igual que en los tiempos panistas o cuando se estilaba el carro completo. Pero nada hará cambiar al ciudadano en su empeño por resolver sus problemas y sacar avante a sus familias, no obstante la inseguridad, las carestías y las injusticias que padece. Por lo que ve a los políticos y líderes que buscan invariablemente lucirse y llevar agua a su molino, les resultó como el parto de los montes. Pero ni unos ni otros claudican en su obstinación: desafían las incomodidades, toleran la indiferencia y no se apenan ni arredran en su carrera, por alcanzar poder, privilegios y utilidades, pues son tercos en su idea de que si no fue en esta ocasión, ya vendrá una próxima en la cual puedan cuajar sus aspiraciones. JUZGUE USTED.
Posted on: Sun, 14 Jul 2013 00:06:36 +0000

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