Mansos SI, Mensos NO :) Érase una vez una serpiente que vivía - TopicsExpress



          

Mansos SI, Mensos NO :) Érase una vez una serpiente que vivía en una cueva del bosque camino de un pequeño pueblo. Aquel era su terreno. Cuando los pobladores querían surcar el bosque por el camino de la cueva, la serpiente les salía al encuentro, y sin dudarlo, los mordía, a tal punto que muchos hombres enfermaron con gran fiebre a causa de su poderoso veneno, y otros morían retorciéndose. Un monje errante pasó por el pueblo, y cuando se encaminaba al bosque para seguir su travesía, los pobladores le gritaron: Señor, no vaya usted por allí!!! Hay una malvada serpiente que lo matará ni bien cruce por su cueva. Tome más bien el camino largo fuera del bosque, o ella le morderá... El monje agradeció el consejo, y sin que los pobladores lo notaran, siguió sus pasos directamente por el camino prohibido. Al pasar por la cueva, la serpiente se irguió y mostró sus colmillos, dispuesta y decidida a traspasar la piel del hombre con su veneno. El monje alzó su mano, pronunció una fórmula secreta, y la serpiente quedó como atontada, en un estado de parálisis. El monje se sentó exactamente a su lado, y le dijo: ¿por qué haces daño a las gentes? ¿de dónde te viene el matar? A partir de hoy te enseñaré un mantra que repetirás, para que la maldad se aparte de ti, pues no debes matar. La serpiente, en estado de total entrega a aquel hombre santo, se internó con él en la cueva. Luego de tres días, el monje se despidió de ella, y la serpiente quedó en la cueva haciendo su mantra. Al cabo de un tiempo, los pobladores comenzaron a ver que al llegar al territorio de la serpiente, ésta no se asomaba para atacarlos. Cautelosamente fueron avanzando con el correr de las semanas, y comprobaron que se había vuelto dócil como un perro doméstico. Aquel terrible animal que tiempo atrás mataba sin piedad, era totalmente inofensivo. Se corrió la voz en el pueblo, y los hombres cruzaban normalmente el bosque. Cuando la serpiente salía a saludar, ellos la pateaban, y la pisoteaban. Es más, los niños y muchachos del pueblo, la usaban de juguete, haciéndola girar en el aire, golpeándola contra las piedras, echándole pinturas y un sinfín de maldades más. Ella no se defendía, se había vuelto totalmente pasiva. Luego de un año, el monje errante volvió a pasar por aquel sitio. El santo quiso visitar a su vieja amiga iniciada en el sendero espiritual. Le extrañó no verla en el camino acostumbrado. Fue a buscarla a la cueva y la vio: era un despojo, un tímido esqueleto cubierto apenas por piel, con dificultad respiraba. El monje, curándola con hierbas frescas, esperó a que se recupere en la cueva. Cuando la serpiente pudo hablar, él le preguntó: ¿qué te ha pasado amiga mía?. La serpiente respondió: Señor, tú me enseñaste esas palabras, me mostraste el amor, y me volví incapaz de hacer el mal. Los niños y hombres abusaron de mí, y por su culpa he quedado así como me ves. El santo hizo un pequeño silencio, y le respondió en tono severo: Pero qué tonta has sido! Yo te dije que no hicieras daño, pero nunca te dije que al hallarte en peligro silbaras para defenderte!!! Vivekamukti
Posted on: Tue, 22 Oct 2013 05:28:54 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015