María Montesinos creyó fervientemente en las palabras - TopicsExpress



          

María Montesinos creyó fervientemente en las palabras premonitorias de su madre. -Te arrastrarás por la tierra mientras el lodo de tu pantano ahogará tu alma. María recordó el día en que azotó la puerta de su casa y sintió el aire fresco de la tarde, que con su leve brizna de domingo asaltaba su cuerpo, mientras se sentía libre. Ahora ella estaba frente al verdugo que con su risa cínica se aprestaba a dar el último suspiro de placer sobre su cuerpo ajado de desventura. El hombre corrió la sábana empapada de sudor y quedó profundamente dormido, no sin antes comentarle a María que allí dejaba unos cuantos billetes para que madrugara al mercado. En ese instante María se embargó de gozo y por un momento olvidó los vejámenes de su cuerpo, el autismo orgásmico del hombre y el olor amoniacal que expiraba entre sus piernas turgentes. Se paró de prisa de la cama entre los ronquidos fieros del hombre y guardó en el fondo de su tocador tres billetes que contempló como si fueran mil tesoros. El resto del dinero, lo volvió a dejar en su lugar. Se acercó a la puerta del baño y de sus ojos se quisieron desprender dos iceberg límpidos que nublaron su vista, pero que aclaró con su mano, al mismo tiempo que imaginaba con emoción, lo que iban a servir esos tres billetes. Cerró la puerta del baño, oró y pensó de nuevo en las palabras de su madre. Ya eran bien entrada las doce de la noche cuando pudo conciliar el sueño al lado de su verdugo, al que aparentemente había escogido y que los vecinos le llamaban esposo.
Posted on: Sun, 29 Sep 2013 18:57:36 +0000

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