Masanobu Fukuoka es un peculiar japonés que tiene más de 50 - TopicsExpress



          

Masanobu Fukuoka es un peculiar japonés que tiene más de 50 años cultivando la tierra como una forma de vida sabia y espiritual. Es una venerada persona de 87 años que se dedica a vivir la forma más radical de agricultura orgánica: lo que el llama "el cultivo natural". Esto lo ha llevado a ser muy conocido y apreciado en EUA, Asia y Europa.Fukuoka nació en 1913 en un pueblito campesino de la isla Shikoku, en el sur del Japón. Fue entrenado en Microbiología y especializado como fitopatólogo. Trabajó como Inspector Agrícola de Aduanas, realizando ensayos de laboratorio en relación ala importación y exportación de vegetales. Allí conoció profundamente al Método Científico y su filosofía implícita. Durante la segunda Guerra Mundial trabajó como supervisor de agricultura científica con la tarea de incrementar la producción de alimentos.A los 25 años de edad, entró en una profunda crisis existencial que lo llevó a cuestionar radicalmente el sentido de su vida, de la humanidad y del planeta. Descubrió que "la gente en su mayoría ya no es completamente humana y que la Naturaleza en gran parte ya no es completamente natural". Así, regresó a su pueblo natal, se dedicó a tratar de trabajar con la naturaleza, a prueba y error en su pequeña granja, hasta que logró un huerto natural que es al mismo tiempo un bosque, una hortaliza y un jardín, en donde conviven cerezos, duraznos, ciruelos, mirtos, acacias, verduras, arroz, plantas de olor, medicinales, y flores; y todo esto... sin labranza, no fertilizantes, no pesticidas, sin escarbar y sin podar. Esto constituye precisamente lo que Fukuoka llama Los Cinco Principios del Cultivo Natural. Wendell Berry, estudioso de Fukuoka, señala que éste último nos deja bien claro que "Cuando cambiamos la manera de cultivar nuestro alimento entonces cambiamos nuestra comida, a la sociedad y nuestros valores", y que en este cambio tenemos la responsabilidad de tomar nuestro propio consejo y ponerlo en práctica antes de ofrecerlo a otra gente. Para Fukuoka la ética, la espiritualidad y el cultivo de alimentos, deben ser indisolubles. Entender el papel del deseo insaciable en el drama personal y del mundo es clave. De allí que Fukuoka nos recuerda que "Cuando se entiende que uno pierde la alegría y la felicidad en el esfuerzo por poseerlas entonces la esencia del cultivo natural será realizada". Si esto nos parece muy idealista y utópico, nos sorprenderá lo existencial de Masanobu y su camino: "Estar aquí, cuidando un pedazo de Tierra, en plena posesión de la libertad y plenitud de cada día". Considera que el curar la tierra y el purificar al espíritu humano son un mismo proceso. La paradoja del conocimiento y actividad humana La búsqueda del patrón de la naturaleza. del descubrimiento del modo en que ella se desenvuelve, condujo a Fukuoka a la conclusión de que el conocimiento humano convencional y el del cientificismo es como el actuar de un tonto que hurga en libros de día y de noche, afectando sus ojos hasta la miopía más aguda y lo curioso de todo esto es que por lo que hurgaba con tanto afán era ¡ el llegar a inventar un artefacto para curar precisamente la miopía !! y aún se siente orgulloso de su invento. Para Fukuoka el conocimiento científico y la hiperactividad humana, al acumularse, ha resultado en perder la sabiduría de una vida simple, plenamente conciente de cada instante y por otra parte se ha creado un mundo terriblemente complejo, materialista, peligroso, soberbio, pues en última instancia el mundo es impredecible. Cuando el ser humano apareció sobre la faz de la Tierra, ésta y su matriz (el universo) ya tenían millones de años en movimiento. Hay que detenerse, observar profundamente y hacer entonces lo vital y simple. Necesitamos ver al mundo con una mirada fresca y directa
Posted on: Wed, 21 Aug 2013 01:01:10 +0000

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