Meditación: Mateo 6,24-34 Lectura correspondiente San Paulino de - TopicsExpress



          

Meditación: Mateo 6,24-34 Lectura correspondiente San Paulino de Nola Cuando Jesús enseñó a sus oyentes diciéndoles que buscaran primero el Reino de Dios (Mateo 6,33), lo hizo pensando en una relación especial y definida entre Dios y su pueblo, porque el amor y la protección de Dios son muy superiores a lo que podemos comprender. Describiendo el asombroso amor de Dios el profeta declaraba: “Sión había dicho: ‘El Señor me ha abandonado, el Señor me tiene en el olvido’. ¿Puede acaso una madre olvidarse de su criatura hasta dejar de enternecerse por el hijo de sus entrañas? Aunque hubiera una madre que se olvidara, yo nunca me olvidaré de ti” (Isaías 49,14-15). En otras palabras, Dios nos ama a cada uno más de lo que una madre ama a su propio bebé. El amor y la protección de Dios son tan grandes que no necesitamos preocuparnos de la comida ni de la ropa. Jesús no condenaba la práctica de hacer planes serios para nuestro bienestar personal y familiar, sino el “preocuparse” o “angustiarse” (Mateo 6,25), palabras que denotan la tendencia a centrar la atención en los bienes materiales y no en la generosa providencia de Dios. El Señor no quiere muestras de temor y desconfianza como ésas. El ejemplo de los pájaros y el alimento es digno de atención, ya que Dios es muy desprendido, incluso con los pájaros, que valen mucho menos que el ser humano. Jesús hablaba a un pueblo principalmente campesino, cuya vida consistía en el trabajo constante y sacrificado. Lo que les advertía era que no debían preocuparse más de lo necesario acerca del sustento; es decir, no censuraba el trabajo necesario para vivir, sino el afán insaciable de acumulación de bienes materiales que promueve la sociedad de consumo. Cuando no nos hace falta el alimento ni la ropa, y sin embargo el deseo de adquirir más nos causa ansiedad, estamos viviendo como paganos. El cristiano ha de ser responsable y moderado en el uso del dinero y el tiempo, a fin de procurarse una vida digna para él y su familia, y al mismo tiempo ser agradecido con Dios, que es Aquel que nos concede todo lo que necesitamos para vivir y ser felices, libres de temores, inseguridades y preocupaciones. “Señor mío, Jesucristo, no permitas que me deje llevar por las preocupaciones acerca de las incertidumbres del futuro; solamente quiero confiar en tu amor y tu protección, porque sé que me tienes protegido en la palma de tu mano.” 2 Corintios 12,1-10; Salmo 34,8-13
Posted on: Sat, 22 Jun 2013 10:52:40 +0000

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