Mi canción favorita || Yeison Oliveros Acostado en mi cama, meditando sobre los acontecimientos que ese día llegaron a mi vida, intranquilo por el que hacer del mañana pero buscando descanso mientras escuchaba música, mi cuerpo y mi mente olía la música, la tocaba, podía sentir como recorría mi paladar dejando un dulce sabor a néctar y penetraba dentro de mí, como me ahogaba en ella y volvía a la superficie para volverme a hundir; me olvide entonces de mis problemas justo cuando sus subidas y bajadas de tonos, sus agudos, sus graves absolutamente todo en ella era perfecta. Entonces recordé cuando vi el viento, la tristeza, olí el sol, probé la alegría, toque el llanto. Cada uno más hermoso que le anterior, todos ellos con sus sensaciones diferentes pero perfectas y bellas en sí, la tristeza sobre todo, su imagen era la belleza personificada sin igual. Entonces probé sentir todo lo que se me ocurriera desde el sabor de un color hasta el sonido de un ladrillo. Absolutamente todo. Finalmente, probé sentir el temor, no saben el sabor del temor, es !raro¡ no es feo, solo es simplemente raro, es amargo y dulce a la vez, algo inexplicable, una sensación completamente diferente. Su sonido era como un silbido agudo y penetrante, me perforaba los oídos, anulando mis otros sentidos, siendo esto una paradoja. Vi el temor, eso fue y será lo más raro que me ha pasado jamás, es como si se juntaran todos nuestros miedos uno a uno en un solo lugar y se quisieran mostrar en un mismo instante y tiempo. Ni ahora, una vez pasada esa situación, La mejor explicación que puedo dar de aquella imagen con exactitud es que era como una simple nube gris. Oh! como me arrepiento cuando la toque, me arrepiento de aquello, pensé que iba a morir, era imposible de sentir el temor que sufría. Era más que miedo, era como si todos tus demonios te carcomieran el cuerpo poco a poco dejándolo a uno solo con el temor. Me quede encerrado en el miedo cada acción que realizaba aumentaba mi horror. Su olor se hizo repugnante e insufrible, el silbido que emita se hacía cada vez más insoportable y agudo, su sabor me empezaba a quemar y su visión, si su visión, se hizo terrible, intolerable, el aire se volvió espeso, como gris, no pude ver ni hacer nada al respecto, mi vista era nula ante ello, intente soltarlo, alejarme de aquello, que ya no era solo una sensación era algo más terrible y poderoso. No podía, no me dejaba escapar, cada vez que intentaba hacer algo, el miedo me apresaba más, y más sin dejarme salir. Fui perdiendo poco a poco cada sensación. Mis ojos no pudieron enfrentarse más a él y, simplemente, dejaron de ver. Deje de emitir sonidos, los antes desesperantes gritos míos no se oían, aquel silbido estremecedor, hasta que, finalmente, estallaron mis oídos. El dolor que sentía en el cuerpo era indescriptible, era una constante tortura, como si todo el dolor que pudiera existir estuviese enfocado en mí y quisiera provocarme más dolor. De repente, una punzada, una punzada de dolor infinito recorrió mi cuerpo, me sentía en el infierno, escuche de pronto a lo lejos la voz del silencio, y en un desesperado intento por verlo intente abrir mis ojos, el sufrimiento me inundaba y mientras más intentaba verlo algo provocaba que mi sistema nervioso, simplemente, dejara de funcionar. Finalmente con un dolor indescriptible en mi último aliento abrí mis ojos. Mi canción favorita se estaba terminando…
Posted on: Sat, 23 Nov 2013 03:18:39 +0000
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