Mi forma de sentir en estos momento y aderezos: Este verano, que - TopicsExpress



          

Mi forma de sentir en estos momento y aderezos: Este verano, que ya casi acaba, me está matando. Por obviedad no acudo al sentido literal, sino al metafórico, al que indica que algunas cuestiones de mi esencia han palidecido hasta mostrar un aspecto cadavérico. En cierto sentido he muerto en muchas cosas, pero solo temporalmente; tal vez sea aberrante hablar de muerte y de temporalidad, como si fuese una macedonia de ingredientes con los que pudiera experimentar. Pero no es falso que he llegado a sentirme enfermo de ilusiones, de esperanzas, de emociones, sobre todo eso, de emociones. Enfermo también, y notoriamente, de inactividad, de ausencia de vivencias, de aburridos pasajes vistos y repetidos una y otra vez, como si éste fuese el momento de dedicarle una oda a la monotonía. Trataré de ser más explícito: Me he acostumbrado en los últimos años a estar lleno de cosas que hacer, hasta la extenuación, y de llegar las vacaciones y perderme por el mundo, y cuando ha llegado el momento en que, ni he podido viajar, ni he encontrado tipo de inspiración alguna, ni tan siquiera una manera de cambiar la rutina, y he ido, día tras día, encontrando lo mismo, pues he acabado sucumbiendo, cada minuto un poco más. Además influye otro factor, factor del que paso a hablar ahora aunque sin entrar en exceso en profundidad: Después de cierto tiempo sin sentir algo especial por nadie; de cierto tiempo en que cada vez que podía acercarme a una chica, me alejaba, yo mismo, porque vacilaba; después de ese tipo de tiempo, que ha sido largo, he empezado a sentir cosas muy importantes por una chica. Hasta aquí todo bien. Lo malo empieza cuando ahondo en los tres principales problemas de esto: 1) La chica es bastante menor que yo: no penséis en mí como pederasta, porque de hecho siempre he preferido chicas mayores que yo, pero tiene 17 y yo ya 24. Craso error, supongo, fijarme en una chica tan joven, y seguramente algunos me condenéis, pero me da igual, mi conciencia trabaja a destajo por mantenerse siempre libre de rumores y estúpidos a domicilio. 2) Vive lejos. O bueno, no tan lejos, pero sí lo suficiente como para solo poder verla tan solo unas cuantas veces al año. 3) Lo más importante: A pesar de creer durante un tiempo que podía funcionar y de sentir en mi foro interno que se estaba construyendo algo bonito, la realidad es que, finalmente, la chica en cuestión no siente nada por mí. Incidiendo en lo que siempre he pensado, es verdad que muchas veces he trazado un alegato de la soltería buscada. Aún cuando haya sentido y se me hayan ido un poco los sesos por esta chica, sigo en mis 13. Me explico: sigo pensando que compartir tus momentos con otra persona, en forma de pareja, es hermoso, siempre que tú sientas dentro de ti que puedes trascender con esa otra persona hasta más allá del infinito; siempre que te sea imprescindible atar las manos, verle a los ojos, escucharle; siempre también que admires a ese ser que está contigo, porque creo que el amor es también admiración (estoy convencido). Pero cada vez que me encuentro con personas que están con alguien por el solo hecho de no estar solos, los compadezco, y creedme, son la mayoría hoy en día de los que tienen pareja. Es sumamente vacío estar con alguien cuando no crees que esa persona es lo mejor que la vida te ha deparado en el camino, que no podrías estar mejor; sin embargo, a veces encuentras a alguien que te hace vibrar, a alguien que, como dice el gran Ismael Serrano, "te eriza la piel, y te rescata del naufragio", y es entonces cuando resulta atractivo tejer pensamientos, unir propósitos y veredas. Pero yo he fallado, hoy como tantas veces, porque cuando aparece alguien con la que creo que podré llegar a delirar, las cosas salen mal, y cuando no, soy yo mismo el que prudencialmente se distancia, como si en el fondo hubiera hecho un pacto con mi destino sobre estar solo. Si tuviera hoy en día que definir mi vida amorosa, hablaría de muchas chicas que pasaron como un rayo fugaz, y dos a las que amé hasta no quedar nada más dentro de mí: Una de ellas, hace años, cuando yo tenía 18, era alguien con quien ni siquiera llegué a tener relación, pero fue increible cómo a través de los meses amé a esa persona. Holi (no me importa nombrarla porque no la tengo en facebook), una chica venezolana a la que quise de una manera desenfrenada, completamente exenta de cordura. Fueron mis desatinos y el no saber cómo volver al punto original, lo que causó su alejamiento, alejamiento que incluso hoy recuerdo con tristeza, pues me hubiera gustado ser al menos su amigo; Y otra chica, con la que estuve mucho tiempo saliendo; también la amé hasta límites indescriptibles, y cuando menos lo imaginaba, los acontecimientos precipitaron un final duro, y difícil de superar por mucho tiempo. Son esas las dos personas que siento que he llegado a amar, y a pesar de todo me siento afortunado, pues hay gente que se pasa la vida sin llegar a saber lo que es amar, ese sentimiento tan profundo como ausente, tan melódico como ruidoso, tan hermoso como odioso, tan vivo y tan muerto. Hoy me he enganchado a una chica a la que no debía engancharme, y me resulta difícil dejar de pensar en ella; creo que solo el tiempo me reserva su remedio particular. Entonces, sumando: verano en que me he sentido inactivo (la peor enfermedad a la que puedes someter a un felino como yo), que me he encariñado muy mucho con una chica que, al final, no siente nada por mí; sensación de ridículo hasta extremar el absurdo. Pensamientos que me llevan a paraderos tan lejanos como irónicos. Y encima, malestar físico los últimos días. Por lo cual: sí, he sentido que este verano me ha matado de a poco, minándome por dentro. Pero llega el momento de "la iluminación", como dicen los budistas (aunque ellos refieren otro sentido distinto a este término que el que yo voy a aplicar). Ahora mismo me siento mejor, o al menos es mi propósito ir enmendando tanta sensación agria en estos meses. Y pienso en positivo, porque tengo gente maravillosa a mi lado, mi papá, mi hermano desde la distancia, mi abuelo, pero también gente que no comparte mi sangre, entre la cual ahora mismo, en mi corazón, destaca un nombre: Silvia Perales Y destaca porque hemos compartido muchísimas cosas juntos y porque siento que con amigxs como ella no hay necesidad alguna de tener a una pareja como tal, porque es hermoso poder compartir tantas cosas, tantos retos, tantos pensamientos. Y ahora nos queda otro reto, Silvia, reto que juntos llevaremos a buen puerto, y que nos permitirá en poco tiempo ser esos médicos con conciencia social que debemos ser; médicos que no busquen el lucro o se acomoden en la poltrona del mercantilismo; médicos que sufran y vibren con el pueblo, con los de abajo, con los que nos necesitan. Y tengo personas que recorren mis pensamientos y mis recuerdos a cada momento, muchas para mi fortuna, personas de las que me enamora su manera de ser, personas que quiero hasta lo indefinible. Y también pienso en positivo porque sé que va a terminar ya este raro verano, y vendrá otro curso, donde espero terminar la medicina, y también volver a mi hiperactividad que tanto va con mi forma de ser; el no parar de ir de un lado a otro con mil cosas por delante, el llegar incluso a la fase de agobios, bien llevados por supuesto. Este curso pasado ha sido bueno para mí, porque he podido cumplir mis objetivos y he sido feliz con mi gente y he podido participar en algunas cosas de las que me gustan, o de las que creo en conciencia que debo participar (y por ende me sentiría mal si no lo hiciese), y he estado compitiendo en varios deportes, así como he podido terminar mi segundo libro de poesías, y conocido a nuevas personas de las que siempre aprendo más y más. Aún así, tengo una espina clavada, espina que quiero quitarme este año. Siento que tengo una deuda con la organización política que apoyo desde mi más estricta convicción, la UJCE (Unión de Juventudes Comunistas de España); siento que no he llegado ningún año aún a darle de mí lo que se merece; es por ello que este curso que viene establezco como prioridades: 1) Terminar medicina. 2) Dedicar tiempo, ganas e ilusión a la UJCE. 3) Terminar mi novela, "A un día de ayer". 4) Leer. Tengo cientos de libros que están esperando por mi mirada inescrupulosa. 5) Compartir con los seres que quiero. Con tantos proyectos, ¿cómo no volver a explicitar sonrisas?. Es por todo esto que, con el puño arriba como en mi nueva foto de perfil, y aunque este verano haya estado atentando sin tregua contra mí, sigo indemne, porque mantengo los sueños de mi lado, y porque reúno tantas y tantas inquietudes que ni siquiera la inactividad pueden frenar. Me siento mal por haber sucumbido en una burbuja, por haberme encadenado en una espiral de la que me ha sido difícil salir, por haber estado tan vulnerable como creo que nunca me he encontrado, pero hoy trato de ver todo lo hermoso que tengo a mi lado, que es mucho, y trato de encontrar el punto intermedio entre mi impulsivismo sentimental y mi cordura desentrenada. No espero que nadie lea todo esto. Aún así necesitaba escribir. Si alguien llegase al final, recuérdeme que le debo un premio. Besos y abrazos. Dani B.
Posted on: Wed, 21 Aug 2013 16:08:10 +0000

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