Mis ojos están pegados a Mateo 26:6-13, donde María de Betania rompió el frasco de ungüento para ungir al Señor. La reacción de Jesús casi parece una reacción exagerada. Por ese "pequeño servicio", El le dio gran honor cuando dijo: "De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, lo que esta mujer ha hecho, también se contará como un monumento a ella." Qué movió a Jesús tan profundamente? ¿Qué? Fue la sorprendente similitud entre el acto de la mujer y su propio acto. Se había roto la botella y en sus piezas rotas Cristo vio su propio cuerpo, que estaba a punto de ser roto un par de horas más tarde. Ella derramó el ungüento, El derramó su sangre. Ambos eran actos de amor irresistible y sublime! Ella lo había ungido para su entierro. El dio su "vida en rescate por muchos" - para la salvación de todo el mundo. ¡Eso es el evangelio! Y esto es lo que predicamos y seguimos predicando. Dios los bendiga.
Posted on: Sun, 28 Jul 2013 17:26:06 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015