Mita López, este es el sneak peak del capítulo 2: "- ¡Viana! - TopicsExpress



          

Mita López, este es el sneak peak del capítulo 2: "- ¡Viana! ¡Viana! ¡Viana, ven aquí, hija! Viana, de tres años, se volvió hacia una hermosa mujer sonriente de largos cabellos negros, ojos cafés oscuros, de complexión delgada y ataviada con un largo vestido color verde con blanco. - Mama! (¡Mamá!) – exclamó la niña con alegría mientras corría hacia la mujer. La mujer recibió a Viana entre sus brazos y, entre mimos y cariños, la levantó y se puso a darle vueltas. Viana reía y reía sin parar. Estaba feliz de ver a su mamá tras no verla todo el día, ya que la había extrañado demasiado desde que la habían dejado en aquella casa grande de hermosos jardines y fastuosas fuentes de agua. - Ai mult, în timp ce ai fost plecat, fiica? (Te divertiste mucho mientras no estaba, hija ? – le preguntó la mujer con una sonrisa mientras le pasaba tiernamente el dedo por la nariz. - Da, mama! (¡Sí, mamá!) - Me alegro – replicó la mujer mientras la bajaba al suelo -. Ven, pequeña mía, es hora de irnos. - ¿Y papa (papá)? - Nos espera en Venezia (Venecia). - ¿Ve..ne..ts..? - Venezia… - Venecia… - murmuró Viana muy pensativa. - ¿Qué hay en Venecia? – inquirió una voz muy lejana. La joven se sobresaltó y se viró. - ¡Oh! ¡Adriano, hola! – saludó la joven muy abochornada. Adriano Terán, un joven de cabellos negros lacios, piel morena y ojos cafés, se echó a reír y le dijo: - Viana, Viana, Viana… Te he estado notando muy distraída todo el tiempo. - ¿En serio? Oh… ¡Qué mal de mi parte! - Más que mal, prácticamente ignoraste olímpicamente a todo el mundo. Digo, está bien que no hayas querido venir, pero eso no quería decir que nos ignoraras a lo grande. - L-lo lamento mucho, es que… Bueno… Uhmmm… ¡Dios, maldito estrés por la tesis! - Hey, no te preocupes, niña, no te preocupes… - De todos modos, dudo mucho que me prestaran atención o les importara mi intervención en alguna conversación… Se llevó una mano a su frente. ¿Tan centrada estaba en ese recuerdo que ignoró a todo el mundo, incluyendo a…? - ¿Estás bien? – inquirió Adriano muy preocupado – De repente empalideciste. - Estoy bien, estoy bien… Es solo que… Que no estoy acostumbrada a ignorar a la gente de esa manera. Aparte, creo que es el estrés… Lo mejor será irme antes de que suceda cualquier incidente, pensó la joven mientras tomaba sus cosas discretamente. - ¿Te vas? – le preguntó Adriano. - Sí… Creo que no me siento bien realmente – mintió mientras se dirigía hacia la salida -… Despídeme a los demás, ¿sí? - Pero si acabas de llegar. - ¿A-ah, sí? Pues… ¡Dios, ni siquiera sé porqué vine! Lo siento, Adriano… Adiós. - ¡Viana, espera! La joven no le dio tiempo para que hablara. Ella salió intempestivamente de la casa en donde se celebraba la reunión y se puso a caminar por las calles oscuras de la colonia Chuburná Norte. Adriano, sintiéndose incapaz de dejar caminar a Viana en solitario, se puso la chaqueta, tomó sus llaves y fue a despedirse de los que estaban en la piscina. - ¡¿Te vas tan pronto?! – exclamó Abril, una de las congregantes. - Pero regresaré – replicó Adriano -. Sólo debo llevar a alguien a su casa. - ¿A quién? – inquirió un joven de piel clara, cabellos castaños oscuros, ojos cafés oscuros y de complexión robusta. - No es de tu incumbencia, Iván – le contestó Adriano tajantemente. Iván Balmeró, ofendido, le reclamó: - Cabrón, yo solo te hice una pregunta. - Y yo ya di mi respuesta. Nos vemos luego. - ¡Oye, Adri, espera! – exclamó Lucía, la anfitriona - ¿Será qué…? Mientras Lucía y Adriano se iban hacia la salida, Iván no pudo evitar sentir curiosidad sobre a quién se refería Adriano con llevarle hasta su casa. La respuesta que éste le dio fue una muestra clara de que ese alguien podría ser alguna amiguita que se haya perdido en quién sabe qué parte de la ciudad o que estaba muy borracha, a menos claro que ese alguien fuera en realidad… - ¿Dónde está Viana? – preguntó de repente. - Está en la biblioteca – respondió Abril - ¿Por qué? - Sólo… Iré a ver. - Ok. Levantándose perezosamente de la silla, se fue a la biblioteca de la casa. - ¡Justo como lo pensé! – exclamó el joven al salir de la pieza. - ¿Qué cosa? – inquirió Lucía mientras cerraba la puerta de la calle. - Viana se fue. - Lo sé. Adriano me lo dijo. Al parecer ella realmente no se sentía bien. Bueno, yo la noté pálida cuando vino… A menos claro que tú le hayas hecho algo. - ¡¿Yo?! ¡Lucía! - Iván, seamos honestos, ¿ok? Tú te pasaste de cabrón con ella hace diez años. ¿Acaso crees que el haberla humillado públicamente fue una cosa de mocosos para ser olvidado? - Oye, lo que haya sucedido hace diez años no quiere decir que nos ignore. Además, no la creo capaz de ser tan rencorosa. - Pues uno no sabe si esa persona cambió o no, Iván… Y si yo fuera tú, le pediría disculpas cuando tengas la oportunidad de volver a verle. Dicho eso, la mujer se marchó con Iván detrás de ella." - Fragmento del capítulo 2 de "La Joven de la Sangre de Oro"
Posted on: Sat, 27 Jul 2013 22:13:19 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015