Mito 3 La minería genera empleo y crecimiento económico - TopicsExpress



          

Mito 3 La minería genera empleo y crecimiento económico local Las promesas de la generación de fuentes de empleo suelen ser uno de los más relevantes “argumentos” que se usan para justificar las políticas de “promoción” de la minería a gran escala; se suele decir que la gran minería genera oportunidades económicas y laborales para la población local. Sin embargo, este suele ser uno de los flancos más débiles de la argumentación; toda la evidencia empírica demuestra que se trata de un sector eminentemente capital-intensivo y que su incidencia en la generación de puestos de trabajo locales es prácticamente insignificante. Los proyectos mineros a gran escala generan una demanda intensiva de trabajo en las fases iniciales, lo que crea la ilusión de trabajo permanente. Generalmente, el peor trabajo queda para los vecinos del lugar y los puestos mejor pagados y más altos son para gente de afuera. Al respecto, Earthworks (citado en Moore, 2009) ha observado: Al inicio de la operación de una mina, la actividad económica local crece notablemente. Hay nuevas vías y nuevas viviendas construidas para los mineros; también se establecen pequeños negocios para atender la mina y sus trabajadores. Pero aquellas economías frecuentemente se debilitan por el fenómeno llamado company town (comunidades establecidas por una compañía, propias de economías de enclave), es decir, hay poca actividad económica independiente de la mina. Este nivel de dependencia no genera estabilidad económica a largo plazo. La minería de gran escala se caracteriza por ser una de las actividades económicas más capital-intensivas. Cada 1 millón de dólares invertido, se crean apenas entre 0,5 y 2 empleos directos. ( 12 ) Cuanto más capital-intensiva es una actividad, menos empleo se genera, y menor es la participación del salario de los trabajadores en el valor agregado total que ellos produjeron con su trabajo: la mayor parte es ganancia del capital. La minería metálica industrial emplea de modo directo en el mundo a 2,75 millones de personas, lo cual representa 0,09% de los puestos de trabajo a escala global; la minería de pequeña escala emplea unos 13 millones. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre 1995 y 2000, la tercera parte de los trabajadores mineros en los 25 países de mayor producción de minerales perdieron su trabajo. La razón principal: la introducción de tecnologías que desplazan la mano de obra. Tomemos, por ejemplo, el caso emblemático de Chile, país minero “por excelencia”, al que tanto le gustan adular como “modelo” los gobernadores de nuestros “pagos”, los Gioja, los Beder Herrera, los Brizuela y otros más… Formateado al extremo como ninguno por los postulados del neoliberalismo, la redinamización reciente de las explotaciones mineras en Chile deja al desnudo la falacia de la minería como “creadora de empleos”. Las estadísticas del período 1990-2004 de la minería en Chile muestran de forma contundente el fuerte incremento de los volúmenes de explotación y extracción, y de los valores de exportación producidos a la par de una paralela caída en la cantidad absoluta y relativa del empleo minero. Los datos permiten observar el gran aumento en los volúmenes de mineral extraídos, del 45% en el caso del oro, de más del 107% en el de la plata, triplicándose en el caso del molibdeno. En cuanto al cobre, que representa en torno al 90% de la minería metalífera chilena, en 2004 los volúmenes habían aumentado más de 240% respecto de 1990. No obstante, la cantidad de empleos en el sector minero en general registra una caída superior al 30% en 2004 con relación a los puestos de trabajo en 1990. ( 12 ) Cálculo sobre datos de Minera Alumbrera, Veladero, Potasio Río Colorado y otras. Hernández (2005) indica 1 empleo directo por cada US$ 1,2 millones. Esto significa que mientras los volúmenes de minerales extraídos registraban un crecimiento promedio del 150% entre 1990 y 2004, se producía, al mismo tiempo, una pérdida neta de 18.490 puestos de trabajo. Con ello, la ya exigua participación de la minería en el total de ocupados del país se redujo drásticamente en más del 50%, pasando del 1,34% del total de ocupados en 1990 a solo el 0,67% en el año 2004. Argentina: En su sitio web, la Secretaría de Minería de la Nación promete 380.000 empleos directos y 800.000 indirectos para 2025. Previsión incierta, pues según la misma Secretaría, en 2007, el país contaba con solo 40.000 empleos directos en minería (Secretaría de Minería, 2008: 11 y 13), lo que equivaldría a apenas 0,24% de la población económicamente activa (PEA), compuesta por unos 16 millones de trabajadores. La Secretaría no indica qué metodología utilizó para calcular 192.000 puestos de trabajo indirectos, sumando un total de 232.000 empleos. Estos datos contrastan con los publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC, 2011), según el cual durante 2010 hubo un promedio de 19.412 trabajadores registrados en explotación de minerales no energéticos (es decir, sin considerar petróleo, gas, carbón y uranio); 7.127 en minerales metalíferos; y 12.285 en otras minas y canteras. En Chile, la minería factura 8 veces más que en la Argentina (excluyendo hidrocarburos). Pero según el Servicio Nacional de Geología y Minería, en 2009 dio empleo a un total de 174.125 trabajadores, incluyendo contratistas —2,4% de la PEA chilena—(Servicio Nacional de Geología y Minería, 2009). Y en Canadá, con una facturación total 6 veces mayor a la minería argentina, solo se registraron 51.116 trabajadores directos (Canadian Minerals Yearbook, 2009). No se ve, pues, en qué datos se basó recientemente la Secretaría de Minería de la Nación, para afirmar que “La minería ya genera 500.000 empleos en el país” (Infobae, 2010). Los datos más recientes de empleo publicados en el sitio web del Ministerio de Minería de San Juan indican 4.167 empleos directos en la minería de esa provincia en 2006 (Secretaría de Minería de San Juan, 2006), equivalentes a 1,8% de la PEA sanjuanina. Sumando el empleo indirecto, se puede estimar entre 7 y 8% de la PEA. (13 ) En áreas poco pobladas y con predominio de actividades agropecuarias extensivas, se puede presentar un porcentaje similar o más elevado (Malargüe, noroeste de San Juan, Santa Cruz, Puna), pero gran parte del personal es contratado en otras zonas. Por ejemplo, en el año 1993, Minera Alumbrera, según publicidad del Gobierno, auspiciaba la creación de 10.000 puestos de trabajo para ocupación de mano de obra directa (véase la imagen de la página 33). Durante la fase de construcción de la mina se crearon 4.000 puestos de trabajo, según un informe publicado por la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM). Sin embargo, según un estudio de la Universidad Nacional de San Martín, el empleo directo fue de 831, 795 y 894 puestos de trabajo para los años 2000, 2001, y 2002 respectivamente (UNSAM, 2004). Y según la página de la empresa, en el yacimiento minero trabajan actualmente 1.800 empleados: 800 puestos de planta permanente y un promedio de 1.000 contratistas. “La cantidad de empleados en el sector minería durante este período fue de apenas el 0,8 % (Censo Nacional 2001) del total de ocupados de la provincia de Catamarca” (Machado Araoz, 2009c). Consecuentemente, la expectativa de generación de puestos de trabajo supera ampliamente los puestos de trabajo efectivamente creados. Sin embargo, el fantasma del desempleo es un argumento utilizado de manera recurrente para promover la Megaminería, pese a que en el desenvolvimiento de estos emprendimientos difícilmente se cumplan con las promesas publicitadas, como bien muestra el folleto de minera La Alumbrera, que prometía nada menos que 10.000 empleos directos… (13 ) A partir de los datos allí indicados, se calculó el empleo propiamente minero, descontando 2.352 empleos en fabricación de productos derivados (cal, ladrillos, cerámicos, ferroaleaciones).
Posted on: Fri, 13 Sep 2013 01:48:35 +0000

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