“Más y mejor MERCOSUR” aquella sentencia maldita. Por Tomás Laguna El pasado 18 de octubre se concretó un acuerdo de libre comercio (TLC) entre Canadá y la Unión Europea (Canada-Europe Trade Agreement – CETA). El mismo fue firmado entre el Primer Ministro de Canadá y el Presidente de la Comisión UE aunque quedan pendientes las formalidades de aprobación en los respectivos Parlamentos. De cumplirse todas las etapas el tratado comenzará a aplicarse en 2015. Mientras tanto continúan las negociaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea, iniciadas en julio de este año en procura de un trascendente acuerdo bilateral de libre comercio, aún cuando pueda haber algún impase luego del in suceso del escandaloso espionaje norteamericano en los distintos países europeos. Pero como lo económico termina imponiéndose, seguramente el despecho europeo dejará lugar en breve al reinicio de las negociaciones que permitan lograr el acuerdo de libre comercio más grande del mundo. La denominada Sociedad Transatlántica de Comercio e Inversión cubriría casi el 50 por ciento de la producción económica global, el 30 por ciento del comercio internacional y el 20 por ciento de la inversión extranjera directa a nivel mundial. Tenemos la oportunidad de complementar una de las más grandiosas alianzas de todos los tiempos con una relación económica de igual peso, dijo Mike Froman, representante comercial de los Estados Unidos en declaraciones realizadas en oportunidad del inicio de las negociaciones. Es que la estimación de los beneficios ronda los 100.000 millones de dólares de crecimiento de ambas economías, cuyas relaciones comerciales bilaterales ascendieron el año pasado a 646.000 millones de dólares. Razones suficientes para que pronto se olviden las ofensas por parte de los gobiernos europeos. Con estas noticias, la próxima reunión de ministros de la OMC en Bali procurando rescatar los acuerdos logrados en la Ronda Doha será un mero saludo a la bandera del multilateralismo. Mientras tanto las negociaciones entre el MERCOSUR y la UE están más congeladas que la propia Ronda Doha. Brasil, Uruguay y probablemente también Paraguay (cuya condición de integrante del bloque aún no está resuelta) ya tienen su oferta pronta para llegar a un intercambio con la UE el que debería ser antes de fin de año. El bloque espera que Argentina complete la suya para dar cumplimiento a lo acordado en Santiago de Chile en febrero de este año. Pero se agregó un nuevo “aparcero”, ¿cómo se integra Venezuela a estas negociaciones? Evidentemente es un proceso imposible de cumplir con semejantes socios, la poco creíble Argentina y la payasesca Venezuela. Pregunto al lector si elegiría de socios para un negocio a una chanta y a un payaso... Pero así están planteadas las cosas en este absurdo MERCOSUR. Brasil hace tiempo que opera por su lado con la UE, ya como “socio estratégico”, un status que logró hace unos años igual que México, permitiendo acceder al privilegio de algunas puertas abiertas en la UE que no son para todos. Volvamos a la noticia del principio. ¿Que implica para nosotros la noticia del TLC con Canadá para nuestro principal producto de exportación? Se informa que la UE concedería a Canadá una cuota a arancel cero de 50.000 tons peso carcasa (70% para carne enfriada y 30% para carne congelada), también que pasa a arancel cero la parte que Canadá utilice de la cuota Hilton que actualmente tiene en conjunto con los EEUU (11.500 tons peso producto al 20% de arancel). Esto último continuará erosionando la cuota Hilton de nuestros países que se mantienen con 20% de arancel. También pasarían a arancel cero todas las exportaciones canadienses de carnes procesadas. Lo más impactante para nuestro país es que dentro de la cuota de 50.000 tons peso carcasa quedan incorporada las 3.200 tons peso producto (4.190 tons peso carcasa) de carne de feedlot de calidad superior negociada por la UE con Canadá como compensación por el diferendo de las hormonas, según lo establecido en el Reglamento (CE) Nº 617/2009 luego ampliado por el similar Nº 481/2012 del Consejo que estableció un contingente arancelario vigente hoy de 48.200 toneladas. Por lo tanto la cuota que en nuestra jerga llamamos “491” quedará reducida en el mismo volumen que la UE otorga a Canadá (3.200 tons). De prosperar el TLC entre EEUU y la UE se repetiría la misma circunstancia, minimizando aún la cuota autónoma de carne de calidad que hoy es motivo de francas expectativas en nuestro país. Son varios los que sostienen que la cuota 481 desaparecerá en el mediano plazo, y la Hilton también quedará seriamente cuestionada. Al pasar vale recordar en el año próximo vencen las prerrogativas que nos otorgaba el Sistema General de Preferencias con la UE, previsto para naciones en desarrollo, con lo que las exportaciones a ese destino pasarán a tener arancel pleno imposibilitando competir en ese mercado. No se trata ya solo de la carne, muchos otros productos de exportación quedarán fuertemente condicionados de aquí en más. Mientras tanto nuestro país no parece reaccionar, acaso con la maldición pendiente de viejas sentencias profetizadas por trasnochados que hoy reviven políticamente y que solían sostener “Más y mejor MERCOSUR”. Peor aún, tenemos una Cancillería que no tiene capacidad de reacción ni agallas para activar una agresiva política de reinserción internacional que nos aleje del espectro argentino y del corral de ramas que nos ha significado el MERCOSUR. Estamos ante uno de los más graves condicionamientos que las rígidas concepciones ideológicas del conglomerado nos imponen, esa suerte de obsecuencia servil con los gobiernos que les son afines ideológicamente. Nuestro país estará cada vez más condicionado por una nueva realidad en el intercambio comercial entre naciones que ya no depende del multilateralismo y las normas de la OMC, pero menos aún con las simpatías políticas coyunturales. Nos va la vida en la reacción a tiempo de los responsables de la política exterior.... pero con los bueyes que aramos estamos desde ya en el horno.
Posted on: Sat, 09 Nov 2013 09:01:42 +0000
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