NO LE ECHEMOS MÁS LEÑA AL FUEGO Petro, Alcalde de la Capìtal - TopicsExpress



          

NO LE ECHEMOS MÁS LEÑA AL FUEGO Petro, Alcalde de la Capìtal de Colombia, Bogotá, afronta a mitad de su período un proceso constitucional de revocatoria de su mandato ( supuestamente porque, o no ha cumplido su Programa de Gobierno, o por una inconformidad ciudadana generalizada) y un proceso disciplinario por cuenta de la Procuraduría General de la Nación, a propósito del cambio del esquema de recolección y procesamiento de basura que prestaban operadores privados, con altas tasas de rentabilidad, por uno mixto y estatal a partir del 18 de diciembre de 2012 cuando se cumplieron los contratos entre el Distrito Capital y los Operadores Privados. Uribistas connotados y ciudadanos que ven en el actual alcalde un guerrillero camuflado; ciudadanía tradicionalista y amiga de vieja data de los viejos partidos y de la dinastía política que hoy tiende a reproducirse con sus nuevos vástagos denominados delfines y marsopas, quienes votaron en 2011 por opciones diferentes a la de Petro y amigas del satatu quo; pobladores desilucionados muy seguramente por el incumplimiento de algunas de las propuestas de la Bogotá Humana o la lentitud en su cumplimiento y muy seguramente el sentimiento de sentirse excluidos de los procesos de contratación distrital. En fín, aupado por unos de los delfines conservadores, actual representante a la Cámara, Miguel Goméz Martinez, nieto de expresidente, las encuestas recientes aseveran en su proyección que no habrá el umbral necesario de votos para el proceso revocatorio y en caso de que se logre configurar las mayorias constitucionales el alcalde sería revocado. La alcaldía tiene otras encuestas que dan resultados diferentes. Sea lo que fuere la revocatoria es legítima, constitucional y éticamente necesaria y el alcalde lo sabe y en más de una ocasión ha manifestado su respeto por un procedimiento que involucra la capacidad y derecho ciudadano de ejercer este principiop constitucional y democrático. Pero no nos digamos mentiras, ni enterremos la cabeza para no ver como el avestruz, y, como decía el dirigente oriental (el de la berruguita) que los árboles no impidan ver el bosque. De lo que se trata es de una estrategia de largo aliento para evitar que la izquierda y sectores antineoloberales lleguen algún día a la presidencia de este país y pasa por sacar a Petro del segundo cargo más importante de la República - y hecho, con la pretención de inhabilitarlo como posible candidato presidencial a futuro - y sensibilizar a la ciudadanía acerca del peligro de que las guerrillas desmovilizadas alcancen por medios democráticos el poder, habida cuenta que hoy más que nunca se tiene la certeza, de parte de todos los actores sociales y polìticos, que con la paz la democracia gana y acerca significativamente a las nuevas alternativas al poder. De paso entonces, se boicatea el proceso de paz que se adelanta en La Habana, se incrementan las fuerzas armadas de derecha y arrecian los asesinatos selectivos como los recientes en Algecira, Quindio y los de ayer en el Tolima. Petro es irreverente, hasta cierto punto sectareo y tiene fama de dictador. Lo cierto es que Bogotá Humana ha llevado a millones de necesitados soluciones concretas, no revoluciones ni provocaciones anarquistas contra el Estado Social de Derecho que nos rige. La lista es larga y no voy a repetirla, solo expresar que si termina su mandato dejará tren de sabana, metro iniciado, avances notorios en la troncal de la Avenida Boyacá, Cable Aéreo en Simón Bolivar, parque longuitudinal del rio Fucha, etc. Suficientes obras para callarle la jeta a más de un despistado y a la oligarquia colombiana y con ello sus apuestas presidenciales se despejarían considerablemente. Si Petro es revocado todo debe verse dentro del prisma de la normalidad democrática, pese a que el cartel de la contratación y mafias de todos los pelambres financian esa intentona. Si el alcalde es destituido por el Clerigo de Derecha e inquisidor de mala leche el golpe traería el nefasto mensaje a los colombianos de que la paz no paga. Y en primera instancia las nuevas ciudadanías generalizarían la protesta en el territorio nacional, se afectaría la credibilidad del proceso en La Habana, y el antiguo guerrillero del M-19 tendrá que ponerse al frente de nuevas cruzadas por la dignidad, la paz y el progreso y Colombia, con seguridad, comenzará a vivir un nuevo capitulo de su trágica y repetitiva historía. Será entonces los tiempos de Petro, Timoleón Jimenez y Nicolás Rodriguez.
Posted on: Sun, 03 Nov 2013 18:03:49 +0000

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