NOVELA INCONCLUSA 9 mayo 2009 Pasan de quince los días en que vivimos una novela de suspenso, en base a las informaciones que proporcionan las autoridades de gobierno y que cuando más aceptamos su credibilidad, más fácilmente se diluyen, como resultado de situaciones que al parecer no fueron previstas y que nos muestran una trama de baja calidad. Recordemos que uno de los primeros tropiezos se presentó cuando un grupo de profesionales jóvenes mostró su extrañeza al verse involucrados como participantes de un peligroso grupo terrorista. Aclaradas las cosas, componían un equipo deportivo que se entretenía en sus momentos libres combatiendo con armas de aire comprimido de baja presión, air soft y que temían ser confundidos con aquel grupo que fue acribillado por un comando policial proveniente de la sede de gobierno, en un hotel del centro de la ciudad. Como consecuencia las cosas tomaron otro rumbo y para recuperar la atención de la audiencia, los promotores de la obra presentaron a una fuente informativa clave que involucraba en sus declaraciones a una gran parte de personas sobresalientes de la actividad regional en diferentes campos, político, empresarial, cívico, etc. acusándolos de conspirar contra la vida del Presidente de la República. Mientras los acusados practicaban un complicado juego de ajedrez para contrarrestar las acusaciones y evitar la visita de encapuchados, que en algún melodrama anterior habían hecho su aparición. La jugada clave llegó de una manera inesperada, el defensor de la sociedad, que tenía a su cargo las acusaciones, terminó enseñando una cola de paja, tan voluminosa como la del testigo acusador, que lo descalificaba. La estrategia de un Comité de Defensa de los Derechos Humanos resultó muy grande para contrarrestar una arremetida perforada de entrada, así que por el momento se encuentra en statu quo, esperando algún momento en que su necesidad sea más evidente. La última jugada cambia hábilmente el centro de atención de la obra ya que la idea de hacer desaparecer al Presidente de la República y otras autoridades de gobierno, no sólo del central sino también del regional, cayó estrepitosamente. No era para menos, el encargado de conducir la nave que debía precautelar la seguridad de la víctima potencial, aterrizando a miles de kilómetros de distancia del ojo de la tormenta, dormía apaciblemente cerca de allí, un piso más abajo, en el hotel donde los peligrosos terroristas fueron sorprendidos y acribillados. En el nuevo episodio, el objetivo terrorista ahora descalificado, fue renovado por otro, lograr la independencia de la separatista medialuna, cruelmente sometida por el pesado yugo del centralismo originario. El último capítulo aumenta el suspenso cuando aparecen otras personas que antes no se encontraban en escena, portando un lote de armas que sería parte de las que los terroristas tenían en su poder cuando fueron sorprendidos en circunstancias que aún quedan en la nebulosa por falta de pruebas concluyentes. Este grupo que aparece en escena merodeaba por la casa del Cardenal, uno de los íconos cruceños, posiblemente para protegerla porque antes sufrió un atentado, posiblemente perpetrado por sectores que no creen en su vinculación con el todopoderoso. Mientras policías y bandidos continúan sus preparativos para encuentros con terceros, ante la mirada atónita de la ciudadanía que sólo busca ponerse a buen recaudo, sin abandonar su curiosidad por ver los próximos episodios, la dama de la novela, la sufrida patria, espera la llegada de sus salvadores que por lo interesante de la trama parecen haber la dejado de lado. Creemos que ya es hora de pensar en el futuro de nuestra bella dama, antes de seguir regando escollos en el camino de los vecinos, para impedir ese camino que nos lleve a ninguna parte.
Posted on: Thu, 28 Nov 2013 17:03:36 +0000
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