No he sido nunca de las que piensan que las cosas buenas son eternas, creo que las circunstancias a veces nos brinda compañeros de viaje momentáneos, que aunque no queramos que se marchen, han de irse, no están destinados a formar parte de nuestras vidas por mucho tiempo. Duele, y creo que es inevitable. Cuando ya se han ido recuerdas promesas, aquellas que juraste jamás quebrantar, aquellas que ahora yacen en el cajón de los recuerdos, de la ternura de momentos pasados, del vacío que dejaron al no ser. Creo que lo peor es recordar cuando anticipé que sucedería, quizás por eso aquellas personas, que en algún momento fueron felices a mi lado, decidieron irse; quizás yo misma los alejé de mi, a modo de profecía autocumplida.
Posted on: Sun, 08 Sep 2013 00:15:55 +0000
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