Nuevo relatejo loco: "Spoof" Mike se revolvió en el asiento del - TopicsExpress



          

Nuevo relatejo loco: "Spoof" Mike se revolvió en el asiento del conductor. Ansioso, lleno de rabia, temeroso. Aprendió por una vez a actuar por instinto, por lo que le dictaba el corazón, por lo que le auguraban los pájaros y por lo que le decían las nubes. Todo estaba plagado de señales... hasta en la maldita emisora de radio sonaba aquella estúpida y empalagosa canción que una vez escucharon los dos en la feria. Mike aprovechó el atasco que, como siempre, se formaba a aquellas alturas en el Brooklyn Bridge. Marcó tembloroso el número y esperó. -Maldita sea, Sarah... ¡Coge el maldito teléfono! Pero saltó el buzón de voz. Mike se estremeció al pensar que podría ya estar en aquel avión. Así que de repente se vio a sí mismo abriendo la puerta del coche. -Señor, no puede dejar aquí su vehículo- advirtió un guarda. -Lo sé, lo sé. Pero, escuche, por favor, el amor de mi vida está a punto de embarcar hacia San Francisco; si no consigo despedirme, si no consigo decirle que la quiero... jamás podré, jamás la volveré a ver. ¿Entiende que yo ya soy el hombre más desdichado de la Tierra? -Lo siento mucho, señor, pero no puedo hacer una excepción con usted. -Por favor, por favor...- imploró casi de rodillas. -Maldita sea, John... Deja a ese pobre hombre que se despida...- exclamó una mujer desde su coche. -Señora Robinson... -John, siempre he pensado que eres un jodido aguafiestas. ¿Por qué no me haces cambiar de idea de una vez por todas? -Señora Robinson, usted no... -De pronto los conductores comenzaron a tocar el cláxon, y John se rindió. Entonces Mike corrió y corrió hasta llegar al otro lado del puente, donde a duras penas encontró un taxi que le condujera al aeropuerto. No resultó fácil; Mike tuvo que robárselo a una ancianita con dos pequeños caniches. Una vez llegó, Mike se hizo paso entre la muchedumbre, empujó, corrió de nuevo, hasta llegar al mostrador. -Un billete para San Francisco. Para lograrlo, a Mike le faltó poco para regalar la pelusilla de sus bolsillos. Pero valió la pena. Cuando la vio allí, ante los controles y los guardas... se quedó sin habla... Qué bella era... sus cabellos dorados, su blanca sonrisa, sus ojos verdes y divinos... -¡Sarah!- exclamó de repente.- ¡Sarah, espera! Ella se dio la vuleta y sus miradas se encontraron. Mike avanzó hacia ella. -Sarah, tienes que perdonarme. Soy un auténtico imbécil. Mira... Entiendo que no quieras estar conmigo, con un torpe, un idiota que jamás se dio cuenta de lo que significabas para él hasta que te perdió, hasta que dejó de oír tu respiración detrás de su nuca... Pero yo te amo, Sarah, te amo con todo mi corazón, y te prometo que si decides quedarte, si decides lo nuestro... haré todo lo posible para que seas la mujer más feliz del mundo- Mike atrapó entre sus dedos los de Sarah y se llevó su mano a los labios- ¿Qué me dices? -Que no puedo. -¿Que no puedes, Sarah? ¿Por qué?- preguntó Mike con un nudo en la garganta. -Porque no te conozco. -¿Por qué no me conoces? -Por favor, deja de repetir lo último que digo. -¿Que deje de...? Ah, sí, lo siento. -Mira, yo lo lamento mucho. Pero te repito que te equivocas. Y me estoy jugando el pellejo por tu culpa. Debo descubrir por azar una conspiración contra el presidente dentro de... unos veinte minutos más o menos. -Espera. ¿Esto no es "Que el amor no nos separe"? -No. "Sospecha". -Oh. Perdone señorita. desvariosliterariosana.blogspot.es/2013/08/spoof.html
Posted on: Mon, 05 Aug 2013 13:38:43 +0000

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