OBITUARIO. Esperé que saliera en Primera Página, para compartirlo con ustedes. DAOIZ LIBRÁN BONINO “Llaneza, Sancho, que toda afectación es mala.” De esta escuela parece haber salido este vecino, que con su partida ha dejado un hueco, en las raíces más fuertes y más auténticas de la minuanidad. Escribano de profesión, se destacó por la seriedad en su ejercicio: solvencia, ética incuestionable, dedicación y confianza. Y con estas cualidades llegó a ser Intendente Departamental en el período 1985-1990. Claro que llegar no era su principal meta, sino conducir el destino del Departamento y su gente, recién terminada la dictadura. ¡Qué bien lo hizo! Administró los dineros de los vecinos de tal forma, que haciendo obra, dejó superávit al final de su mandato. Con la honradez inclaudicable que caracterizó todos los aspectos de su vida, desempeñó su tarea manteniendo su bajo perfil. Los sitiales de honor nunca fueron de su agrado. Eso sí. Era franco y directo. Y si no gustaba, paciencia. No estaba dispuesto a renunciar a sus principios para recibir la aprobación de los demás. Lo que equivale a decir que era un hombre libre. Sus participaciones en política, dentro de su querido Partido Colorado, fueron más a instancias de sus correligionarios, que por propia iniciativa. Tal vez porque el particular mundo de la política partidaria, le resultaba extraño. Para Daoiz alcanzaba con hablar una vez. Dada la palabra, no concebía tener que volver sobre lo mismo. Hombre de muy vasta cultura, gustó y participó de todas sus manifestaciones. Lector incansable, tal vez tuvo en los libros el centro de su predilección. Productor agropecuario, amó el campo y sus trabajos, la sencillez de la gente, de la vida y su tranquilidad. Fue formado en el amor a la familia y cuando integró la suya, aplicó lo que recibió, porque lo compartía de corazón. Sus tres hijas, Mónica, Estela y Malvina, diferentes en sus personalidades, tienen el celo profesional y los valores que respiraron desde pequeñas. Y renglón aparte merece su matrimonio con Tomasita Machado. Tomados del brazo por las calles de Minas, fueron una imagen familiar, respetada y querida. Cuánto se quisieron y se entendieron. Cuánto compartieron y construyeron juntos, a lo largo de los años. Daoiz Librán fue un hombre que logró conciliar sus pensamientos con sus palabras y con sus actos. Sus principios, con su forma de vida y con todo aquello en lo que participó y realizó. Siempre sencillamente y muchas veces calladamente. Pareciendo seguir los consejos de Don Quijote a su escudero. Allí, en el Reino de la Luz y donde se escucha la Música de las Esferas, te imagino. Gracias Daoiz por ser como fuiste. Hasta el reencuentro y que la Paz sea contigo. Nenucha
Posted on: Fri, 01 Nov 2013 14:59:41 +0000
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