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PARAGUAYOS Y BOLIVIANOS VOLVIMOS A ABRAZARNOS A PARTIR DEL 12 DE JUNIO DE 1935, PARA LLORAR A NUESTROS MUERTOS, DESAPARECIDOS Y LISIADOS, HERMANADOS EN UN ACTO DE RESPONSABILIDAD HISTÓRICA, QUE POSTERIORMENTE CONDUJO AL “TRATADO DE PAZ, AMISTAD Y LÍMITES” DE 1938, EN BUENOS AIRES Fue el instrumento internacional una auténtica obra de la mejor ingeniería político-diplomática binacional y hemisférica, posible, sin embargo tan denostada por fundamentalistas diplomáticos, patrioteros, politiqueros y militaristas irredentos, en ambos lados de la frontera. Algunos todavía negándose a aceptar este magnífico aporte de dos pueblos sudamericanos al desafío kantiano de la “paz perpetua” (1795). El Tratado, ejemplo en la historia mundial de las negociaciones justas, las de beneficios mutuos, el anti-Versalles, le llamo, y desde luego no es perfecto. Pero si el movimiento se demuestra andando, la validez y justicia de los tratados de paz, siempre perfectibles, lo hacen por medio de su vigencia ininterrumpida, en este caso a lo largo de ya casi tres cuartos de siglo. ¡En la Paz del Chaco celebremos a la Humanidad y a dos grandes pueblos capaces de contribuir a fortalecerla, y seamos capaces, en estos tiempos tan turbulentos, de no olvidar el ejemplo mundial del 12 de junio de 1932 y del Tratado de Paz, Amistad y Límites, suscrito en Buenos Aires el 21 de julio de 1938, y ratificado de inmediato por ambos Estados ex beligerantes! Para quienes equivocadamente afirman que Wikipedia es una especie de manual para tontos, les sugiero que acudan al enlace es.wikipedia.org/wiki/Guerra_del_Chaco, en el que no encontrarán una historia perfecta de la Guerra del Chaco, que no tiene cabida en la historia, y sí una excelente síntes histórica, político-diplomática, estratégico-militar y humana del conflicto humano, que tiene la ventaja de que cada quien puede precisar datos, refinar juicios y valoraciones y mejorar en todo aquello que el texto lo requiera. Veamos un par de ejemplos, extraídos del enlace de wikipwdia: BREVES ANTECEDENTES “La Guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, se libró desde el 9 de septiembre del año 1932 hasta el 12 de junio de 1935, por el control del Chaco Boreal. Fue la guerra más importante en Sudamérica durante el siglo XX. En los 3 años de duración, Bolivia movilizó 250 000 soldados y Paraguay 120 000, que se enfrentaron en combates en los que hubo gran cantidad de bajas (60 000 bolivianos y 30 000 paraguayos), gran cantidad de heridos, mutilados y desaparecidos. Los distintos tipos de enfermedades tanto físicas como psicológicas, la característica hostil del teatro de operaciones y la falta de agua y buena alimentación produjeron el mayor porcentaje de bajas y afectaron la salud de los soldados sobrevivientes, a muchos de por vida. “El enfrentamiento consumió ingentes recursos económicos de ambos países, de por sí muy pobres. El Paraguay abasteció a su ejército con la gran cantidad de armas y equipos capturados en distintas batallas. Terminada la guerra, algunos excedentes los vendió a España. “El cese de las hostilidades se acordó el 12 de junio de 1935, el tratado de Paz, Amistad y Límites se firmó el 21 de julio de 1938 y el 27 de abril de 2009 se estableció el acuerdo de límites definitivo. El Paraguay cedió 110 000 km² ocupados por su ejército al cese de las hostilidades. La zona en litigio quedó divida en una cuarta parte bajo soberanía boliviana y tres cuartas partes partes bajo soberanía paraguaya. Bolivia recibió una zona a orillas del alto río Paraguay […]”. ESTIGARRIBIA Y PEÑARANDA “El 12 de junio de 1935, en Buenos Aires, Argentina, se firmó el Protocolo de Paz donde se acordó el cese definitivo de las hostilidades sobre la base de las posiciones alcanzadas hasta ese momento por los beligerantes. “El 18 de julio de 1935, en Puesto Merino, ubicado en la tierra de nadie camino a Villamontes, se produjo el primer encuentro entre los comandantes de ambos ejércitos. La sencillez del general Estigarribia contrastó con las condecoraciones, correaje y fusta que portaba el general Peñaranda. “ ‘Al hacerse las presentaciones el momento es emocionante y solemne [...] La oportuna ejecución de la banda, disimuló las lágrimas que brillaron en los ojos de muchos de los presentes. Peñaranda, hombre recio, tiembla de emoción. Estigarribia tiene la mirada dulce y tranquila’” (General uruguayo Alfredo R. Campos, en Querejazu Calvo, 1990, p. 176). REFLEXIÓN FINAL Y PERSONAL La paz (en este caso, primero, el cese de hostilidades entre Bolivia y Paraguay, acordado por el Protocolo de Buenos Aires, del 12 de junio de 1935) es el momento de humanidad al que llegamos los seres humanos, después de haber intentado exterminarnos recíprocamente durante años, en la guerra, que es el momento de la inhumanidad de nuestra imperfecta humanidad. Y, precisamente por perfectible, es que jamás debemos olvidar la sabiduría de la frase de Vegecio, el escritor romano sobre temas estratégicos que por error muchos atribuyen a César, “Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum”. En estos tiempos tan bublados, de intentos neoimperialistas y neocolonialistas de proyectos totalitarios, los paraguayos no debemos olvidar que, en la historia, en el momento del conflicto, está perdido el pueblo que no tiene voluntad de defenderse a sí mismo. Solo los pueblos capaces de ello logran, por respetables, ser respetados hasta por sus agresores. Foto de abajo: Reunión en Puesto Merino de los comandantes en jefe de ambos ejércitos después del armisticio, 18 de julio de 1935 (Fuente: Wikipedia).
Posted on: Mon, 10 Jun 2013 14:38:01 +0000

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