Parpadeo varias veces para asegurarse que no estaba soñando, él - TopicsExpress



          

Parpadeo varias veces para asegurarse que no estaba soñando, él en verdad estaba aquí. Recargado sobre esa estúpida camioneta que desprendía ese escándalo. “Marry you” de su –ahora- cantante favorito, Bruno Mars. Era tan malditamente temprano, que por primera vez agradeció levantarse en la madrugada y claro, el hecho de que su familia se encontraba fuera. “¿Qué haces tú aquí?” preguntó consiente de como los labios de él se movían cantando la canción. Ella no entendía el ingles, pero, joder…Ella sabía perfectamente que significado tenia aquella canción. “Y me harías el favor de apagar eso” señalo la camioneta y él negó. “Aun no termina” “Alguien saldrá y…” “Te encuentras sola” Ella quiso rodar los ojos. “Me refiero a mis vecinos” La sonrisa de él lo decía todo. Claro, a él que le importaría que lo vieran con ella. Más no sé que vio en los ojos de ella, que resignado fue lentamente apagar aquella música. “¿Te gusto tu serenata?” “Me imagino que el costo de mariachis a de ser bastante caro, ¿verdad?” pregunto ella. Él hizo ademán de irse. “Si quieres puedo ir… “Ni se te ocurra” dijo ella deteniéndolo. “Ven, entra antes de que te vean.” Para su suerte, él no protesto. Siempre lo hacia cuando ella decía aquellas palabras, temiendo su mala suerte que la acechaba desde anoche, apresuro el paso y entraron en aquella casa, no sin antes observar que él traía una bolsa. “Ten” se lo extendió al ver que no había donde dejarlo. Su casa era un caos, ella lo sabía y ni se molesto en excusarse. “¿Y esto?” pregunto oliéndolo, olía a comida y su estomago le agradeció por ello. “Tu desayuno” Ella asintió. “No vienes solo a entregarme esto, ¿o si?” Él no respondió. Simplemente se quedo observándola y sonriendo con aquella sonrisa traviesa que ella sabía muy bien. … “Siempre quise probar eso” ella se relamió los labios y dejando a un lado los modales, paso su dedo por el resto de su comida, para después llevárselo directo a su boca. Ambos se encontraban en su cuarto, y él se había sentado al lado de ella en su cama, cambiando los canales, sin hacer ningún comentario hasta que ella dejara de desayunar. “Pensé que te gustaría, siempre desayunas lo mismo” “No es verdad” Él arqueo una ceja. “Cuando vas a restaurantes siempre pides lo mismo” Ella trato de no reír, pero aquel tono acusatorio, como si hubiera cometido el mayor de los crímenes y esa mirada… “Además, la otra vez te quejaste de no haber pedido otra cosa.” “En ese momento, me comenzaba a cansar siempre desayunar eso. Pero…” ella miro hacia los restos de su desayuno. “Desde hoy estos huevos benedictinos serán mis favoritos” Minuto tras minuto, pasaba y él no decía nada. Solo veía aquel programa, tan malditamente cerca, que ella comenzaba a sentir ese calor conocido para ambos… llenándola poco a poco. Al ver, que el silencio continuaba, tomo el teléfono y ahogo un gemido de frustración al comprender porque tenía tanto sueño. “No me creo que haya desayunado tan temprano” “Deberías desayunar siempre a esta hora” dijo él, dejando de mirar por un instante la televisión y dedicándole aquella sonrisa de lado. Y si, después regresar su mirada aquella televisión ignorándola por completo. Ella negó sonriendo, él así era. Así que manteniendo aquella sonrisa, dejo aquella cama, y fue a buscar algo de ropa. Consiente de como los ojos de él la seguían en cada movimiento. Cuando tomo la toalla, la sonrisa de ella aumento al ver que su estado de “ignorarla” se acababa. “¿Te bañaras?” Ella asintió. “Si hubieras avisado… “Pensé que lo supondrías” “No soy adivina.” Y sin darle tiempo a otro comentario, se dirigió a bañarse. … Fuera de aquella puerta, no lograba escuchar nada, aun cuando el baño estaba al lado de su cuarto…todo estaba en silencio. Y pensó que tal vez él se hubiera marchado en cuanto ella entro. Lo cual, pensarlo…era estúpido. Apenas llevaba cerca de cinco minutos, tal vez él estuviera viendo su laptop, y tratando de inútilmente de saber la contraseña para entrar en su usuario. Al terminar de lavar los dientes, se contemplo en el espejo. Estaba echa un asco, y no comprendía ese interés viniendo de él. Negando hacia los lados, tratando de alejar esos complejos, fue desvistiéndose poco a poco, y se metió bajo la ducha. Una ducha caliente- como siempre-en cuestión de poco tiempo todo el baño por completo estaba lleno de vapor y ella agradeció que su familia no estuviera o ya estarían regañándola. “Esta cerrado” Su voz le llegó a través de la puerta. Él se iba. “La llave esta en el sillón” las palabras salieron de sus labios sin poder detenerlas. Al menos, hubiera callado y esperado hasta que saliera de bañarse para despedirse. Pero, no. La urgencia era evidente. “Gracias por el desayuno” Ninguna respuesta llegó a ella. Encogiéndose de hombros, dejo que aquella agua caliente le quitara todo el estrés de encima y pensó que si tan solo, aquella noche hubiera conseguido al menos una parte de su libro, ella podría estar feliz. Su libro, muy pocas personas comprendían el afecto que ella tenia en eso, y no entendía el porque se sentía de esa manera tan… deprimente. Sabia perfectamente que si comentaba la perdida a su familia, ellos simplemente dirían un comentario seco. Y el saber, eso dolía. “No deberías llorar” Su voz la sobresalto y dejando de contemplar la pared, giro para ver como él estaba apoyado sobre el metal que detenía la puerta corrediza. Quiso decirle algo, reclamarle de invadir su privacidad, pero…no pudo. Sentía sus propias lagrimas derramarse lentamente. Y observo, como él. Se desprendía de su ropa pieza por pieza, para luego acercarse a ella. Abrazándola, llenándola con su calor. “Conseguirás volver a escribirlo” susurro mirándola fijamente. “Yo lo se” tanta determinación en su voz, la hizo sonreír a pesar de las lagrimas que aun caían. “Estas desnudo” dijo ella provocando las risas de él. “Ya veo que lo notaste” El calor llego a las mejillas de ella, no quería agachar la mirada por que sabia lo que él pensaría. Las manos de él, fueron lentamente bajando por sus brazos hasta detenerlas en su cintura. “No debería estar aquí dentro” a pesar de sus palabras, fue acariciando su cintura. “No, no deberías" dijo ella provocando que él dejara de acariciarla, deteniéndose pero sin soltar su cintura. “Ya se, no debería hacer muchas cosas” Ella no entendió. Y sintió como el retomaba esas caricias. “Como esto” soltó él besándola. Para después, eliminar la distancia que separaba sus cuerpos…
Posted on: Fri, 06 Sep 2013 00:07:12 +0000

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