Pregunta: ¿Tienen los ideales algún lugar en la - TopicsExpress



          

Pregunta: ¿Tienen los ideales algún lugar en la educación? Krishnamurti: Por cierto que no. En la educación, ideales e idealistas impiden la comprensión del presente. Este es un problema tremendo, y procuraremos tratarlo en cinco o diez minutos. Es un problema sobre el cual se basa toda nuestra estructura. Es decir, tenemos ideales, y de acuerdo a esos ideales educamos. ¿Pero los ideales son necesarios para la educación? ¿Los ideales no impiden en realidad la verdadera educación, que es la comprensión del niño tal cual es y no tal como debiera ser? Si yo deseo comprender a un niño, no debo tener un ideal de lo que él debiera ser. Para comprenderlo, tengo que estudiarlo tal cual es. Pero colocarlo en el armazón de un ideal es simplemente forzarlo a seguir determinado modelo, le convenga o no le convenga; y el resultado es que él siempre se halla en contradicción con el ideal, o bien se adapta de tal modo al ideal que deja de ser un ser humano y actúa como simple autómata sin inteligencia. ¿Un ideal no resulta, pues, un real estorbo para la comprensión del niño? Si vosotros como padres queréis realmente comprender a vuestro hijo, ¿lo miráis a través de la pantalla de un ideal? ¿O simplemente lo estudiáis, porque en vuestro corazón hay amor? Lo observáis, vigiláis sus estados de ánimo, su idiosincrasia. Como en vosotros hay amor, lo estudiáis. Es cuando carecéis de amor que tenéis un ideal. Observáos y lo notaréis. Cuando no hay amor, tenéis esos enormes ejemplos e ideales mediante los cuales, forzáis al niño, lo sometéis Pero cuando tenéis amor lo estudiáis, lo observáis, y le dais libertad para ser lo que él es: lo guiáis y lo ayudáis, no a ir al ideal, no de acuerdo a cierta norma de acción, sino para traerlo a lo que él es. En este asunto surge el problema de lo que se llama el “mal muchacho”, si es que puedo emplear ese término para definir rápidamente y con firmeza un caso determinado. Para hacerlo que cambie y no sea malo, no necesitáis por cierto tener un ideal. Si un chico es mentiroso, no tenéis que inculcarle el ideal de la verdad. Estudiáis por qué dice mentiras. Puede que haya diversas razones; probablemente está asustado o evitando algo. No necesitamos analizar las diversas razones que puede haber para mentir. Pero es obvio que, cuando un niño miente, hacerlo que se adapte a un dechado de verdad ‑ que en vuestro ideal - no le ayuda a librarse de las causas que lo inducen a mentir. Tenéis que estudiarlo, que observarlo, y hacer eso lleva mucho tiempo; exige paciencia, cuidado, cariño; y como no, tenéis nada de eso, lo encajáis en un molde de acción que denomináis “ideal”. Un ideal evidentemente, es una escapatoria muy barata. La escuela que tiene ideales, o el maestro que los sigue, es evidentemente incapaz de tratar con un niño. No tenéis que aceptar automáticamente lo que yo digo, ni negarlo. Observad, simplemente. Después de todo, la función educativa consiste en producir un individuo integrado que sea capaz de habérselas con la vida inteligentemente, totalmente, no parcialmente ni como técnico o idealista. Pero el individuo no puede ser integrado si sólo se guía por una norma idealista de acción. Es obvio, señores y señoras, que los maestros que se vuelven idealistas, que siguen una norma de acción llamada “ideal”, son bastante inútiles. Si los observáis, veréis que ellos son incapaces de amar, que tienen el corazón duro y la mente seca. Porque el estudiar, el observar al niño, exige mucho más atención, mayor afecto, que encajarlo en un molde idealista de acción. Y yo creo que los meros ejemplos, que son otra forma del ideal, también son desalentadores para la inteligencia. Es probable que lo que estoy diciendo sea contrario a todo lo que vosotros creéis. Deberéis pensarlo detenidamente, porque este no es asunto para negar ni aceptar. Es preciso ahondarlo con un cuidado muy grande. No soy dogmático; pero como hay muchas preguntas, tengo que ser muy breve y conciso. Lo que un ideal implica es obvio. Cuando el maestro persigue un ideal, es incapaz de comprender al niño, porque entonces el futuro, el ideal, resulta más importante que el niño, que es el presente. El tiene cierto fin en vista, que considera justo; y obliga al niño a adaptarse a ese ideal. Eso, ciertamente, no es educación, ¿verdad? Eso es igual que producir automóviles. Tenéis el diseño y hacéis pasar al niño por el molde, con el resultado de que creáis seres humanos que son meros técnicos, que no tienen relación humana con los demás y sólo campean por sí mismos, por su propia ganancia, en lo político, en lo social osen el seno de la familia. Evidentemente, es mucho más fácil seguir un ideal que observar, proceder con cuidado, despertar el amor a los niños y la humanidad. Y esa es una de las calamidades de la educación moderna: que el llamado “ideal”, el fin en vista, ya se trate de una, ideología de la extrema izquierda o de la derecha, se haya convertido en una norma de acción, dando origen a la presente catástrofe mundial.
Posted on: Fri, 16 Aug 2013 22:33:05 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015