Pura paja Ayer fue aprobada la Ley de Cambio Climático, una nueva - TopicsExpress



          

Pura paja Ayer fue aprobada la Ley de Cambio Climático, una nueva ley de protección ambiental que no significa nada; primero, porque en nuestro país casi nadie respeta ni cumple las leyes —empezando por los funcionarios públicos—. En la actualidad, absolutamente nada impediría a esos funcionarios “prevenir, planificar y responder de manera urgente, adecuada y coordinada a los impactos de este fenómeno” que es el objetivo de esta “fantástica” nueva ley. ¿Por qué no lo hacen? Tal vez porque no entienden qué es el cambio climático y no saben lo que podría significar para nuestra supervivencia en el futuro. A la iniciativa de ley original, que fue presentada desde el 2010, le quitaron —para aprobarla— lo poco que habría tenido de efectiva: no se atrevieron a proteger los recursos hídricos y la dejaron sin financiamiento explícito. Este es el vergonzoso logro de Todos, los diputados, apoyados por el PP, para uno de los países más vulnerables a los embates del cambio climático en el mundo. Aprobar —de esa forma— esa ley para que creamos que los congresistas hicieron algo a favor de la población en el tema ambiental, es igual que declarar el Día del Quetzal para protegerlo: pura paja. Ayer fue el Día del Quetzal —¿lo sabía usted?— y nuestra ave nacional se extingue, al igual que nuestra capacidad de creer que los funcionarios públicos piensan y trabajan por el bien común en Guatemala. Aquí, el tema ambiental casi siempre ha estado en trapos de cucaracha, en el ámbito gubernamental. Los presidentes han sido tibios —por usar una expresión benévola— ante la destrucción de la naturaleza. Sin embargo, nunca había sido tan descarada la indiferencia ante la pérdida de calidad ambiental, ni tan cínico el apoyo a los depredadores de la naturaleza, como ahora. En este gobierno no hay ministerio que se ocupe de la protección del ambiente, salvo para hacer la finta. Pero también es de hacer notar que la población misma parece haberse vuelto indiferente. Aunque aquí nunca ha habido un movimiento ambiental, la gente solía pronunciarse en favor de la naturaleza. En la actualidad, salvo los casos de defensa de territorios indígenas o de resistencia ciudadana a las industrias extractivas que realizan las comunidades directamente afectadas, da la impresión de que nos hemos acostumbrado al mal olor de los basureros; que ya no nos afecta ver las selvas consumirse en llamas y los bosques caer bajo el furor de las motosierras; que no conmueve el maltrato animal ni el comercio ilegal de animales silvestres. Parecería que nos hemos acostumbrado a ver la muerte de la naturaleza como algo natural, así como nos acostumbramos a la corrupción y a la violencia que predominan en nuestra sociedad. O, tal vez, sea por miedo que la mayoría se siente paralizada cuando se trata de defender nuestro patrimonio natural, porque aquí llaman terrorista a quien se atreve a oponerse a las industrias extractivas, a las hidroeléctricas o a los monocultivos. Patético, porque el deterioro de nuestro país avanza, y con él se va perdiendo para siempre la posibilidad de ofrecer a nuestros descendientes un lugar digno y sano para vivir. Magalí Rey Rosa MAGALÍ REY ROSAprensalibre/opinion/Pura-paja_0_988101195.html
Posted on: Fri, 06 Sep 2013 14:35:45 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015