¡Qué alboroto por una práctica que es tan vieja como la sarna! Y hay viceversas, contras y recontras a tutiplén, desde embajadas establecidas en EE.UU., comenzando con la Rusa, la China Roja, hasta llegar a las más anodinas, como las de Nicaragua, Albania y San Marino. Es un "criss-cross" constante de espionaje de diferentes niveles, intensidades y tecnología, siempre subyacente, siempre presente, siempre oportuno para las grandes potencias, parte vital de una hipócrita convivencia entre un gran número de naciones, y no sería de asombrase que exista por debajo de cuerda hasta entre las naciones camaradas de Unasur y el Mercosur, las inspiradas por Chávez, y prontas a desmembrarse por el "liderazgo" de Maduro. Panamá ha sabido de estas prácticas, con sus modestos amagos de espionaje político doméstico vía la tecnología israelí, primero, y después vía la dama colombiana experta en esas obscuras artes que es reclamada por la justicia de su país y que desde hace algún tiempo se solaza en nuestro acogedor y comprensivo patio, proclive a cédula panameña en cualquier momento, a ser nuestra compatriota...
Posted on: Tue, 03 Sep 2013 22:03:40 +0000
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