Reforma migratoria: el desafío de ir adelante “Publicado por la primera vez en septiembre 1843 para participar en ‘una competencia seria entre la inteligencia que se esfuerza para ir adelante, y una ignorancia tímida y de poco valor que obstruye nuestro progreso.’” –“The Economist” (Un periódico semanal británico) Estas palabras se aplican bien al tema de la inmigración. Hoy día, casi todos reconocen que Estados Unidos (EEUU) tiene un sistema fallido de inmigración. Tanto los republicanos como los demócratas aceptan que la inacción con respecto a la reforma migratoria no sería aceptable. Aún así, algunos políticos quieren obstruir el progreso. Las tres preguntas básicas para la reforma migratoria son: 1. ¿Qué debería hacer EEUU con los 11.5 millones de indocumentados que viven en el país? 2. ¿Cómo debería EEUU estructurar su sistema para los que quieren entrar al país? 3. ¿Qué mecanismos debería usar EEUU en las fronteras y dentro del país para mejorar el cumplimiento con las leyes y el respeto por el sistema? Los temas como seguridad fronteriza, verificación electrónica, modernización económica, integración de los inmigrantes, visados temporales, visados para trabajadores agrícolas, el DREAM Act para estudiantes, unificación familiar, etc. se pueden agrupar en base a estas tres preguntas básicas. Del 5 de agosto hasta el 9 de septiembre, el Congreso estará de vacaciones. Dicho eso, el trabajo no se para. Los congresistas estarán en sus distritos para reuniones y otros eventos. La campaña a favor de la reforma migratoria es amplia y diversa, tanto a nivel nacional como en Utah. El 6 de agosto, hay un evento programado en West Valley para persuadir a Jim Matheson (D-Utah) apoyar la reforma migratoria. El 13 de agosto, hay otro evento en Park City para persuadir a Rob Bishop (R-Utah). Es importante usar argumentos positivos. Está cada vez más demostrado que los inmigrantes aportan económicamente a EEUU. Las estadísticas demuestran que noventa por ciento de los indocumentados han vivido aquí más de cinco años, casi sesenta por ciento han vivido aquí más de diez años. No se van, y los políticos tienen que lidiar con la realidad. Aparte, la industria agrícola, entre otras, ha reconocido que depende de los trabajadores indocumentados para la supervivencia. Ya está claro, mejor aceptar la realidad y llevar a cabo un programa de legalización. También es importante rebatir los argumentos de obstrucción. Algunos señalan la delincuencia de algunos y generalizan. Los estudios demuestran que los inmigrantes no suelen meterse en la delincuencia. Entre los hispanos, los que nacieron aquí están más propensos a la delincuencia que los que nacieron en el extranjero. Incluso más allá de eso, los programas de legalización excluirían los que tienen antecedentes serios o los que están en la delincuencia. Estos argumentos representan una distracción. Lo importante es seguir por el camino correcto, rebatir los argumentos ignorantes y pasar por los que intentan obstruir el progreso. Otro argumento para obstruir es que una política de aislamiento forzaría la auto-deportación. La verdad es que la política de aislamiento ha funcionado mal. Sí ha generado ambientes hostiles y bastantes conflictos, pero no ha resuelto para nada el desafío de la inmigración indocumentada. Más bien, he resultado en el deterioro del partido republicano en varios estados y zonas de EEUU. Puesto que los indocumentados han vivido aquí bastante tiempo, parece lógico la conclusión de que no se van fácil. Quiera o no, es una población que ya se han sentado las bases. Sería mucho mejor para el país llevar a cabo una reforma migratoria ya que seguir en el intento de frenar lo inevitable. Opino que incluso los republicanos recalcitrantes saben esto. Lo que quedará para el otoño es teatro que concluirá en una reforma migratoria que se implementaría a mediados de 2014.
Posted on: Wed, 07 Aug 2013 17:07:01 +0000