Respuesta a publicación sobre el veganismo. Apreciado Sr. Fougéres, como el adolescente que creció viendo “El Show de Bernard”, hoy después de algo más de treinta años, no puedo si no lamentar su artículo “La mala conciencia”, publicado el 2013-08-22 en la sección "Columnistas" de El Universo. Si no se tratara de una opinión que como la suya, tiene el potencial de influir en la de otros, elegiría el silencio, mas considero su escrito un escenario válido para compartir mi observador participativo. En primer término, no se es vegano por hacer caso al mandamiento “no matarás”, pues éste se enmarca dentro del canon de una doctrina que lleva veinte siglos justificando el holocausto de cualquier especie de animal no humano. Baste citar, como impecable documento, la obra de Fernando Vallejo “La Puta de Babilonia”, donde se enumera detalladamente, la suerte que han corrido nuestros hermanos menores, soterrados por una creencia. Tampoco se es vegano por lógica. Ya lo sentenció J. Krishnamurti: “No es saludable estar bien adaptado, a una sociedad profundamente enferma”. Se es vegano por consciencia propia, como elección individual de vida, y como usted lo expresara, por “respeto a la vida en todas sus manifestaciones”, al margen de las costumbres atávicas con las que nacemos y en las que crecemos. Usted se confiesa carnívoro “como la gran mayoría de los humanos”, a todo lo cual no tendría nada que abonar, salvo por una omisión en la cual otros podrían amparar sus costumbres inobservadas. La población mundial de vegetarianos y veganos hoy, es de 650’000.000 de personas. Si estuviéramos agrupados, seríamos cincuenta millones más grandes que USA (313 millones de habitantes), México (112 mh), Canadá (34 mh) y América central (45 mh) juntos. Casi del tamaño de Europa (739 mh) y el doble que la población de toda Sudamérica (387 mh). No es aceptable intentar legitimizar un régimen de alimentación omnívoro, bajo el argumento de que “Mis ancestros del paleolítico pintaron en sus cuevas a los bisontes que cazaban para alimentarse”, desconociendo así la diferencia entre cazar por supervivencia y masificar e industrializar la esclavitud, hacinamiento, separación forzada, sufrimiento y muerte de cerca de CIEN MIL MILLONES de animales no humanos cada año. Según fuentes de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), cada segundo mueren en el mundo aproximadamente 2.500 animales, 345 millones al día aproximadamente, a lo que hay que añadir unos 140 millones de toneladas de peces. Esto supone que extraemos del mar una cantidad muy superior de animales de los que producimos sumando aves y mamíferos. Si tenemos la sensibilidad para no ver en estas cifras sólo una estadística, comprenderemos a lo que se refería el autor de Eudemonología, Arthur Schopenhauer cuando dijo: “El hombre ha hecho de la Tierra, el infierno para los animales” Que el Dalai lama, Juan Pablo II y Jesús, no fueran vegetarianos, ¿qué tiene eso que ver con mi consciencia? ¿Acaso yo me muevo por lo que otros son o no son? No obstante, existe evidencia contundente de que Jesús, en su calidad de esenio, secta judía a la que también perteneció Juan el Bautista, era vegetariano. Esto está evidenciado en los 800 escritos conocidos como “Manuscritos del Mar Muerto”, encontrados en 1947 en las cuevas de Qumrán, que datan de los años 150 AC hasta 70 DC. Respecto del Dalai lama tibetano, es comprensible si lo vemos a la luz de lo que sostenía George Gurdjieff, fundador junto a P. D. Ouspensky de El Cuarto Camino: "El ideal del ser humano es el vegetarianismo, más es necesario ingerir un poco de carne cuando se vive entre carnívoros, para no ser presa de sus bajas vibraciones". Si como sostiene el Sr. Fougéres “Para los veganos, se vuelven sospechosos los vinos, el champán, pues se suele usar huevo o aditivos para su clarificación”, es porque tenemos consciencia de que la cruel industria del huevo, incinera o tritura vivos los pollitos bebés recién nacidos, sólo porque son machos. Las hembras se convertirán en futuras gallinas ponedoras de huevos, esclavizadas hasta que no son más "productivas" y sean despescuezadas. En sólo un centro de Hy-Line de USA, a 150.000 pollitos machos que nacen cada 24 horas, se les mata sin contemplaciones. Más de 30 millones de pollitos al año. Su vida comienza y termina el mismo día. “Al eliminar del panorama gastronómico la carne y los licores, lo que queda permitido luce triste a morir”. Puedo comprender perfectamente este pensamiento del Sr. Fougéres, cuando las motivaciones de transformarnos en el cambio que queremos ver, no son la ética y la comprensión del significado profundo de respeto por todas las formas de vida. No obstante, lo invito a visitar haztevegetariano usted como aficionado a la gastronomía, después nos dirá… Si pudiéramos llegar a este sólo acuerdo: “Somos lo que comemos”, entonces cuando decidimos hacer de la Tierra un mejor lugar para vivir, desde nuestra alimentación consciente, sentimos que no es posible alcanzar la paz y armonía entre nosotros los humanos, si nos seguimos alimentando del sufrimiento y muerte de seres que, como nosotros, sienten afecto, alegría, dolor y miedo, animales no humanos que igual que nosotros comparten este planeta, que quieren y merecen vivir sus vidas como nosotros las nuestras. Confieso que me cuesta comprender que intenta demostrar cuando escribe: “Hitler era vegetariano, comió un plato de pastas italianas antes de suicidarse”. En todo lo que decimos, hablamos de nosotros mismos. Hasta donde sé, Hitler responde por su consciencia, yo por la mía ¿usted Sr. Bernard Fougéres, por la consciencia de quien responde? Francisco Hoyos
Posted on: Mon, 26 Aug 2013 22:30:01 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015