Revista Paréntesis - El Carabobeño. Domingo, - TopicsExpress



          

Revista Paréntesis - El Carabobeño. Domingo, 01/12/2013. Psicología Acéptate y todo mejorará Por Psic. Joseph Chakkal Abagi / dr_josephchakkal@hotmail Si estoy en confrontación constante contra mi mismo, en vez de estar de mi lado, percibiré malestar donde los demás hallan bienestar. El problema no está afuera de mí. El problema tampoco soy yo (como algunos ingenuos pacientes sostienen) el problema está en que no me respeto; en que combato conmigo mismo, cuestionándome, juzgándome, desautorizándome, descalificándome incluso. Aceptarme a mí mismo es un derecho innato, un acto de egoísmo, si se quiere, el derecho a existir y tener una vida digna, es la base sobre la cual se desarrolla la autoestima. La aceptación de sí mismo no implica desentenderme y/o conformarme con mis fallas, errores y defectos. Para nada. Aceptarse a sí mismo es comprender que tales conductas son expresiones mías, pasajeras, modificables, producto de aprendizajes involuntarios a veces, y no representan mi esencia o personalidad, por lo tanto, evitaré el castigo de autoetiquetarme peyorativamente o sancionarme, o privarme, o reciclar pensamientos desvalorizantes sobre mi persona. Comprenderme, no equivale a justificarme argumentando tras cada error “es que… yo soy así”. Esta actitud, lejos de aceptarse a sí mismo, equivale -más bien- a darse permiso para desconsiderar al prójimo, invocando un supuesto rasgo de personalidad, sobre el cual no habría control o dominio (lo cual es falso). Equivale a una sinvergüenzura, como quienes maltratan verbalmente a los demás, alegando que sus verdades no son toleradas, en cuyo caso, (según ellos) el problema no estaría en ellos, sino en la incomprensión de la gente. Comprométete contigo misma(o) Aceptarse a sí mismo implica un compromiso de crecimiento personal, de rectificar y respetar, pues solo quienes tienen alta autoestima, persiguen mejorarse a sí mismos, en vez de compararse e imitar a los demás. No están en una postura de “seguir igual” sino de erradicar aquellos comportamientos que entorpezcan sus metas y su bienestar. Aceptarse a sí mismo, va más allá de un mero reconocimiento de mi humor y estado emocional implica experimentar mi condicional emocional, admitiendo mi real condición. Por ejemplo, no vacilar en concienciar y admitir mi tristeza, mi alegría, mi preocupación, mi disgusto. Algunos creen erróneamente que “expresar permanente euforia o satisfacción” significa aceptación de sí mismo y alta autoestima. No es así, porque contradice tu realidad. Experimentar nuestros sentimientos (inteligencia emocional) tiene un poder curativo directo. Negar mis errores, me obliga a repetirlos. A menudo muchas personas viven de manera inconsciente. La mayoría de sus acciones y decisiones están impulsadas por viejas programaciones mentales, que ni siquiera se molestan en revisar y concienciar. Confunden sus hábitos con su personalidad, tal como confunden sus atuendos y vestimentas regulares como inequívoca expresión de su personalidad. Cuando no me siento bien, a pesar de que nada me amenaza en mi entorno, es porque lucho contra mí mismo, condenándome, en vez de ser compasivo, soy severo e injusto conmigo mismo. Debo despedir a ese juez que internamente me juzga a diario, sin piedad, recordándome mis culpas, mis deberes, mi mal proceder. Mientras ese juez me maltrata, me siento preso y frustrado. Despídelo. Regálate eso. Dale su carta de preaviso, y desde hoy, hazte un favor: cero autocríticas destructivas en los próximos 30 días. Parece fácil, pero no es. Estas mal acostumbrado(a) a maltratarte y desvalorizarte. ¿Qué necesitas para cumplir este nuevo compromiso de deshacerte de esa programación mental autolesiva? La única manera para disfrutar es fundamentándose en una sana concepción de sí mismo, de lo contario, nada externo a ti, satisfaría auténticamente tus expectativas. Al no valorarse a sí mismo, nada se valorará en su justa dimensión, por no decir, nada se disfrutará. ¿Quién puede complacerse con lo externo, si está inconforme con lo interno? Imagínate esto: estar bien contigo mismo es Matemática 1. Estar bien con los demás es Matemática 2. ¿Cómo puedes aprobar el examen de Matemática 2, si estás reprobado en Matemática 1? Una materia priva la otra. En términos académicos, si vienes arrastrando matemática 1 (no aceptarte a ti mismo)… tampoco puedes aprobar matemática 2 (estar bien con tu entorno). Si confrontas este dilema de no saber resolver la aceptación de ti mismo, solicita ayuda profesional, no sin antes escribirte una carta generosa a ti mismo, reconociendo más tus virtudes, que tus defectos, todos como rasgos pasajeros, aprendizajes sujetos todos a modificación cuando tu concientices y decidas hacer algo al respecto. Cada mañana y cada noche, durante dos semanas, mírate frente a un espejo, no detalles tu indumentaria, sino a ti misma(o)… ¿qué percibes? Desentiéndete unos minutos del aspecto del cuerpo, céntrate en tu ojos, y expresa/repite… “sea cuales fueren mis imperfecciones… me acepto a mí mismo(a), sin reserva”. Repite este ejercicio varias veces diarias, y recuerda que “aceptar” no significa necesariamente “gustar”, sino experimentar -sin negación- que los hechos son los hechos y, por lo tanto, no voy a combatir contra mi mismo.
Posted on: Sun, 01 Dec 2013 21:50:34 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015