¿SABES TÚ DÓNDE PASARÁS LA ETERNIDAD? No existe una - TopicsExpress



          

¿SABES TÚ DÓNDE PASARÁS LA ETERNIDAD? No existe una manera de evitar la muerte. Está establecido que todo aquel que nace, irremediablemente morirá. Considerando tan inevitable final, lo más lógico es que dediquemos tiempo a prepararnos para nuestro futuro en la eternidad. Lamentablemente una enorme mayoría de las personas ni siquiera piensa en esa preparación. ¿Has pensado tú dónde pasarás la eternidad? Si tú has aceptado a Jesucristo como tu Salvador, puedes tener la completa seguridad de que vas a pasar la eternidad con Él en el cielo. En Juan 14:1-3, Jesús les dice a sus discípulos: “No se preocupen. Confíen en Dios y confíen también en Mí. En la casa de mi Padre hay lugar para todos. Si no fuera cierto, no les habría dicho que voy allá a prepararles un lugar. Después de esto, volveré para llevarlos conmigo. Así estaremos juntos.” Es maravilloso que tengamos esta seguridad eterna. ¡Cuando partamos de este mundo vamos directo para el cielo y pasaremos allí la eternidad con el Señor! Pero muchos se preguntan: ¿Y qué vamos a hacer cuando lleguemos allí? Apocalipsis 21:1-6 > “Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues ya el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar. Vi también que la ciudad santa, la nueva Jerusalén, bajaba del cielo, donde vive Dios. La ciudad parecía una novia vestida para su boda, lista para encontrarse con su novio. Y oí que del trono salía una fuerte voz que decía: «Aquí es donde Dios vive con su pueblo. Dios vivirá con ellos, y ellos serán Suyos para siempre. En efecto, Dios mismo será su único Dios. Él secará sus lágrimas, y no morirán jamás. Tampoco volverán a llorar, ni a lamentarse, ni sentirán ningún dolor, porque lo que antes existía ha dejado de existir.» Dios dijo desde su trono: « ¡Yo hago todo nuevo! » Y también dijo: «Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza.» Después me dijo: ¡Ya todo está hecho! Yo soy el principio y el fin. Al que tenga sed, a cambio de nada le daré a beber del agua de la fuente que da vida eterna.” En el cielo “Él secará nuestras lágrimas, y no moriremos jamás. Tampoco volveremos a llorar, ni a lamentarnos, ni sentiremos ningún dolor” Es decir, viviremos en constante paz y gozo, sin los problemas y las aflicciones características de este mundo, alabando a Dios constantemente. ¿Has amado alguna vez a alguien tan apasionadamente que prácticamente no puedes pensar en ninguna otra cosa? Esta es la manera en la que veremos al Señor en el cielo, nuestra fuente principal de amor y compañerismo. Tu relación con Él superará con creces cualquier sentimiento de amor que jamás hayas experimentado. Mucho más que un sentimiento, será el resultado de una perfecta unión con tu Padre celestial. En el cielo, todas las limitaciones serán eliminadas de manera que la gloria de Dios se manifestará en toda su plenitud sobre cada uno de los redimidos en Cristo. Jesús dijo en Mateo 13:43 que “los que obedecen a Dios brillarán en el reino del Padre como brilla el sol.” Allí reinaremos junto con el Señor disfrutando plenamente de las maravillas que Dios ha preparado. Gálatas 4:7 declara: “Ustedes ya no son como los esclavos de cualquier familia, sino que son hijos de Dios. Y como son sus hijos, gracias a Él tienen derecho a recibir su herencia.” Esto quiere decir que tomaremos parte en todo lo que el Padre ha preparado para Su Hijo, y junto con Él disfrutaremos de esa preciosa herencia. El apóstol Pedro escribe sobre esta herencia: “Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha hecho nacer de nuevo, y nos ha dado una vida con esperanza. Esto lo ha hecho Dios por su gran amor hacia nosotros y por el poder que mostró cuando resucitó a Jesucristo de entre los muertos y de que nos dará todo lo que nos ha prometido y que tiene guardado en el cielo. Lo que nos ha prometido no puede destruirse ni mancharse, ni marchitarse.” (1 Pedro 1:3-4). El cielo es una realidad para la cual todos debemos prepararnos. Si aún no lo has hecho, y de corazón crees que Jesús es el Hijo de Dios, que murió en la cruz por tus pecados y que Dios lo levantó de los muertos, lo único que tienes que hacer es confesarlo con tus labios, pidiendo al Señor que entre en tu corazón. De esta manera recibirás el regalo de la vida eterna, afirma Romanos 10:9-10. ORACIÓN: Santo Dios, gracias infinitas te doy por haber enviado a tu Hijo para darnos acceso a tu reino celestial, y morar contigo por toda la eternidad. Ayúdame a vivir en este mundo con mi mente y mi corazón enfocados en la morada eterna que tú has preparado para mí. En el nombre de Jesús, Amén.
Posted on: Sat, 22 Jun 2013 11:05:21 +0000

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