SAN MATEO 13:44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. INTRODUCCIÓN Una costumbre común en los tiempos de Cristo era que la gente introducía pertenencias de gran valor en un jarrón y luego los enterrara en la tierra. Muchas de las historias populares de la época giraban entorno del afortunado campesino que encontraba uno de estos jarrones en sus tierras. En la parábola, el hombre encuentra un tesoro de gran valor, probablemente mientras preparaba la tierra para la siembra. Por la manera que actuó, queda claro que el campo no le pertenecía. Las leyes establecían que los tesoros hallados en un campo pertenecían al dueño de esa parcela de tierra, por lo que este hombre tendría que haber entregado el tesoro a su empleador. DESARROLLO El tesoro, encontrado por este hombre, era de tan gran valor que decidió retornar a su casa y vender todo lo que tenía para comprar el campo donde estaba enterrado el objeto de su deseo. La vida nueva requiere que le demos la espalda a todo lo que valoramos. La parábola no intenta reflexionar sobre la moral del labrador, sino ilustrar la clase de decisión que requiere el ingreso al reino de los cielos. Las personas que desean responder al llamado de Cristo deben estar dispuestos a dejarlo todo por él. En Lucas 9 se nos cuenta de tres personas con las cuales Cristo se cruzó, quienes estaban atados a diferentes aspectos de la vida. Estos compromisos con las cosas de este mundo no les permitió responder a la invitación de convertirse en discípulos (v. 57-62). Del mismo modo aconteció con el joven rico, quien amaba mucho las riquezas que poseía (Mt 19.22). Hemos perdido hoy este sentido de sacrificio en la iglesia. Cuando invitamos a las personas a que se conviertan en discípulos de Cristo no hacemos hincapié en que esta decisión requiere que estén dispuestos a abandonarlo todo por él. Más bien resaltamos los beneficios que traerá a sus vidas conocer a Jesús y disfrutar de una relación con él. Esto no deja de ser verdad, pues la parábola nos dice que el hombre vendió todo precisamente porque entendía que el tesoro que había encontrado era de mucho más valor que lo que poseía hasta ese momento. CONCUSION Resulta imposible avanzar en la vida espiritual si seguimos arrastrando todo lo que poseíamos antes de conocer a Cristo. Pero más importante que aquello, es que no podremos comprar el campo donde el tesoro esta escondido, transformándonos solo en espectadores de esta maravilla que es la gracia, que es el Espíritu Santo. El hombre que vive en comodidad es como aquel que pretende lograr las cosas sin hacer nada y recibir sólo los beneficios,, Jesús en San Juan 17:4 señala “Yo te he glorificado en la tierra: he acabado la obra que me diste que hiciese.”. En esta misma línea el apóstol Pablo dice en 2 Timoteo 4:7-8, He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. Es necesario pelear la batalla y esta se hace día a día. Minuto a minuto y no sólo en mi hogar, pues debemos recordar que somos un cuerpo y es necesario movernos en armonía y completos.
Posted on: Mon, 25 Nov 2013 04:04:07 +0000
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