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Saulo, de Tarso Lugar de nacimiento El libro más confiable para estudiar la vida de Saulo, que (por decirlo en palabras de Lucas) también es Pablo (Hch. 13.9), es el libro de Hechos (además de las epístolas paulinas). Es el Señor mismo quien, en diálogo con Ananías, menciona el lugar de nacimiento de Saulo; en Hechos 9.11 se lee: "... y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso;..." En Hechos 21 se narra la defensa de Pablo ante el pueblo. En el verso trigésimo noveno, Pablo dice al tribuno Lisias: "... Yo de cierto soy hombre judío de Tarso, ciudadano de una ciudad no insignificante de Cilicia;...", más adelante cuando aquél se dirige a sus compatriotas en lengua hebrea, se lee: "Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad,..." Encontramos, pues, dos evidencias fuertes para sostener que Saulo era oriundo de la ciudad de Tarso. Tarso es la capital de Cilicia, está localizada al noroeste de Antioquía. Colinda al sur con el Mediterráneo, al norte con Capadocia y al este con la ciudad de Derbe. Tarso, según cuenta James Stalker en su libro La Vida de San Pablo, era una ciudad primordialmente mercantil. Por ser además una ciudad marítima, había en ella un tráfico intenso de marineros y comerciantes de diferentes costumbres, idiomas y razas. La ciudad de Tarso también era conocida por ser una ciudad universitaria no insignificante, como Pablo mismo la describe, pues al parecer -como comenta Stalker- sobrepasaba a las universidades de Atenas y Alejandría en preponderancia y eminencia intelectual. Su educación En Hechos 22.3, Pablo al exponer su defensa ante el pueblo, menciona que él había sido criado en Jerusalén, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres. De aquí, pues, entendemos que Saulo, aunque nacido en Tarso, recibió su educación rabínica en la ciudad de Jerusalén. Stalker expone que ser rabino equivalía a ser: ministro, maestro y abogado, al mismo tiempo. De acuerdo a este mismo autor, Saulo llega a Jerusalén a la edad de trece años. Stalker mismo dice que: "El curso de instrucción que un rabí tenía que sostener, era prolongado y peculiar. Consistía enteramente en el estudio de las Escrituras, y de los comentarios de los sabios y maestros acerca de ellas. Las palabras de las Escrituras y las sentencias de los sabios eran aprendidas de memoria; se tenían discusiones acerca de puntos debatibles; y, merced a las numerosas cuestiones que les era permitido suscitar tanto a los discípulos como a los maestros, las inteligencias de los estudiantes se aguzaban y sus opiniones se dilataban.". En repetidas ocasiones Pablo cita pasajes del Antiguo Testamento. En Hechos 13.33, un día de reposo en la sinagoga, en Antioquía de Pisidia, Pablo cita el salmo segundo: "Mi hijo eres tú, yo te engendré hoy." En el verso cuadragésimo primero del mismo capítulo, hace también hace una cita de Habacuc 1.5: "Mirad o menospreciadores, y asombraos, y desapareced; Porque yo hago una obra en vuestros días, obra que no creeréis, si alguien os la contare.", y en el verso cuadragésimo séptimo cita a Isaías: "Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, a fin de que seas para salvación hasta la último de la tierra." A lo largo y ancho del libro de Hechos (17.24-25; 23.5) y en sus epístolas, se le ve a Pablo citando de memoria pasajes del Antiguo Testamento; si bien es cierto que es Pablo es el que está citando, fue en los años en los que asistió a la escuela rabínica en Jerusalén, donde adquirió este conocimiento amplio y completo de las Escrituras. Saulo fue instruido a los pies de Gamaliel, como él mismo da testimonio (Hch. 22.3). La extraordinaria prudencia de quien fuera su mentor, al igual que su profundo temor y respeto por la Divinidad, se hace patente en los primeros capítulos de Hechos (5.35-39); aquí el doctor Gamaliel (también recordado por los judíos -según Stalker- como el Gran Rabino o La Hermosura de la Ley) hace un advertencia extraordinariamente puntual, y sobremanera sabia, diciendo a los miembros del concilio que miren bien lo que van a hacer con respecto a Juan y a Pedro. Les trae asimismo a la memoria a Teudas y a Judas el galileo, y los movimientos subversivos de éstos, y cómo, por cuanto eran de hombres, terminaron desvaneciéndose. El consejo proverbial de Gamaliel, digno de que se registrase en la Palabra de Dios, se encuentra en los versos trigésimo octavo y trigésimo noveno, en donde les insta –y aquí parafraseo-: Apártense de ellos. Déjenlos. Porque si esto es de hombres, desaparecerá, pero si este consejo y obra son de Dios, no lo podrán destruir. No sean tal vez hallados peleando contra Dios. Tal era la personalidad del mentor de Saulo. Hechos 9.29, en donde se encuentra a Saulo en Jerusalén hablando con denuedo del Señor, y disputando con los griegos, al igual que Hechos 17.16-31, donde vemos a Pablo en Atenas, exponiendo el Evangelio de una forma filosófico-teológica, nos muestra, pues, que Saulo seguramente tenía no sólo conocimiento de las Escrituras, sino que su cultivo del saber era multicultural. Contexto familiar Es breve lo que de su familia menciona la Escritura. Stalker nos informa que el padre de Saulo pertenecía a la más estricta secta de su religión, quien, por causa del comercio llegó a establecerse en Tarso; siendo un judío comerciante al parecer, acomodado, y quien enseñó a Saulo el digno oficio de fabricante de tiendas de pelo de cabra. Hechos 18.1-2, evidencia que el oficio de Saulo, de Aquila y Priscila, era hacer tiendas. En hechos 23.16 se menciona a la hermana de Saulo (acerca de quien Lucas no dice su nombre), y al hijo de ella, sobrino de Saulo. Hebreo de hebreos La primera mención que se hace de Saulo es en Hechos 7.58. Aquí Lucas narra que los testigos de la lapidación de Esteban, pusieron las ropas de éste a los pies del joven Saulo, quien consentía en su muerte. La Escritura narra además que aquel mismo día hubo persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; algunos fueron a Judea y otros a Samaria. La definición que da el diccionario Larousse para el vocablo asolar, es: destruir, arruinar, arrasar. Esa era la actividad y misión y propósito de Saulo antes de su conversión. Saulo veía en el cristianismo una amenaza contra su religión y sus costumbres, de tal forma que siendo más celoso de su tradición que sus contemporáneos, irrumpía inclusive casa por casa arrastrando a hombres y a mujeres y poniéndoles en la cárcel. En su defensa ante el rey Agripa se narra (Hch. 26.9-10): "Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret; lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes; y cuando los mataron (muy probablemente Saulo fue testigo de la muerte de más hermanos aparte de Esteban), yo di mi voto." Se narra también que Saulo ejercía castigos contra cristianos en las sinagogas, que en ocasiones los forzaba a blasfemar, y que sentía una furia particularmente violenta contra ellos, de tal suerte que hasta en ciudades extranjeras llegó a perseguirles. Camino a Damasco En Hechos, hay tres pasajes en los que se refiere el momento en el que Saulo se encuentra frente a frente con Jesucristo. Uno es en Hechos 9; aquí es Lucas escribiendo los Hechos. Otro es en Hechos 22, cuando Pablo relata su conversión a los judíos, y el último es en Hechos 26, en donde Pablo expone su conversión ante un rey. De tal forma que en la primera narrativa es un médico de profesión quien la describe, no sin diligencia e investigación previa, actitudes propias de la carrera médica. En la segunda es un rabino hablando a sus compatriotas, y en la tercera es el mismo rabino dirigiendo su discurso a un rey. Es importante destacar este hecho, ya que en función a esto, puede verse cómo es que el mensaje varía de destinatario a destinatario. Esto no quiere decir que haya una contradicción expresa (como algunos ateos arguyen en el caso de los Evangelios), sino que sencillamente el Señor habla en forma particular a cada persona. Si en África se acostumbra el comer sangre de animales, como en Ámsterdam el uso de psicótropos, no sería juicioso predicar en África del peligro del uso de estupefacientes, ni en Ámsterdam advertir acerca de las repercusiones de ingerir sangre animal. Simplemente no tendría ningún sentido. Dios tiene un mensaje claro para cada individuo, y un plan específico para cada persona. Con respecto a la pretendida contradicción de algunos, en los Evangelios, y también con la intención de explicar la variedad narrativa respecto a la conversión de Saulo en Hechos, he de hacer uso del siguiente argumento: Digamos que a las 3:15 pm un automóvil choca contra un autobús entre el Boulevard Aguacaliente y la Carretera Federal 1. Los que viven en la ciudad de Tijuana (o la han visitado) sabrán que al suroeste de la Carretera hay un Calimax, que al lado noreste hay una llantera, que al lado sureste hay un Banorte y que al lado noroeste hay un Santander. En el momento del accidente, a las 3:15 pm, pudieron haber algunos o muchos testigos, pero no todos estaban en el mismo lugar. Tal vez uno iba saliendo del Calimax, otro estaba en el cajero de Santander, otro más esperando a que le cambiaran un neumático del automóvil y otro más cruzando el boulevard. La persona que iba saliendo del mercado seguramente va a tener una versión distinta de los hechos con respecto a la persona que esperaba la compostura del neumático, en el lado noreste de la escena. Y si los cuatro son llamados como testigos a presentar una declaración ante el M.P., cada uno de ellos presentará una versión distinta, de acuerdo a lo que cada uno vio. De igual manera, el tenor de la narración variará al hacer una declaración ante las autoridades, que si se la contara a un familiar o un amigo. Y en la lectura de las declaraciones se hallará que cada una de ellas varía de testigo a testigo. ¿Quiere decir esto que los testigos al narrar el hecho, mienten o se contradicen? En ninguna manera, sino que cada uno de ellos está narrándolo desde el ángulo en que presenció las cosas, y en razón al destinatario al que va dirigida la narración. Exactamente lo mismo sucede con los Evangelios: Mateo fue escrito por un recaudador de impuestos, sus destinatarios fueron principalmente los judíos, por ello su tono apologético y su presentación de Cristo como el Mesías. Marcos, que es el más antiguo de los Evangelios, fue escrito para los romanos. El estilo de este Evangelio es más conciso y dinámico, pero también impulsivo y enérgico, pues refleja la influencia de Pedro en Marcos. Lucas por otro lado era griego, médico de profesión, por ello lo detallado del relato. Los destinatarios de este libro son los griegos, y se escribió con tres propósitos principales: apologético, histórico y evangelístico. Lucas presenta a Cristo como el Hijo del Hombre y el Hijo de Dios, títulos de Deidad, dicho sea de paso. Juan es el más joven de los escritores, su propósito era complementar los otros mensajes. Este Evangelio enfatiza más la teología que la cronología; presenta a Cristo como "el unigénito del Padre" y como el Hijo de Dios, siendo su estilo directo y sencillo. Y así, mi estimado señor ateo, no se fíe usted tanto de esas imaginaciones mitológicas, ni se precipite en conjeturas pálidas y macilentas, declarando a quemarropa y sin un argumento mínimamente lógico y válido, que las Sagradas Escrituras se contradicen sólo porque usted piensa que se contradicen. No hay tal contradicción, ni nunca la habrá. Tengo en mi haber un CD de obras de J.S. Bach, en el que se presentan varias piezas musicales ejecutadas por el Cuarteto de Cuerdas Elías. De entre ellas, la que es de mi mayor predilección es: Fuga: Alegro, que es la parte segunda de la Sonata en SOL menor, transcrita en LA menor, y ahora mismo la estoy escuchando mientras redacto; puedo oír como el primer violín en el transcurso de la pieza ejecuta un LA, el segundo violín toca una nota distinta, un SOL; la viola ejecuta un MI, y el chelo en la clave de FA ejecutando un DO. Es cierto que las notas no son las mismas, no obstante, cada una de ellas está en armonía perfecta, pues están ejecutando la misma obra. Los Evangelios son un cuarteto ejecutando una pieza musical en perfecta armonía. Cada uno de ellos va produciendo notas distintas, pero la obra es la misma mi estimado amigo ateo, la obra es esta: la redención de tu alma efectuada por Cristo Jesús. En el camino a Damasco Saulo dijo con voz sincera y humilde: “¿Quién eres Señor?”, el Señor le dijo: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.” Saulo, con profundo y reverente respeto dijo: “¿Señor, qué quieres que yo haga?”. Saulo reconoció a Cristo como Señor, y su voluntad humana se ajustó en paralelo a la voluntad Divina, para la obra que el Todopoderoso tenía preparada para él. Estimado amigo: ajusta hoy tu voluntad a Cristo, y no des más golpes contra el aguijón, no contradigas más al Dios que te ama.
Posted on: Thu, 05 Sep 2013 04:42:59 +0000

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