Se arrastraba por la tierra. Su inteligencia era nula. Era rastrero, incompetente, sin ningún tipo de habilidad. Y de pronto, envuelto por un capullo de buenos propósitos, de metas, de ilusión por cambiar. Aquel gusano, se retiró, se aisló para encontrar su verdadera esencia. Y se transformó. Le crecieron alas para volar, inteligencia para discernir, y habilidades que jamás creyó poseer para poder crear. Pero la mariposa, no voló, se fue a tierra y siguió arrastrándose. La mariposa continuaba siendo un gusano con alas.
Posted on: Fri, 06 Sep 2013 09:03:48 +0000