Ser optimista está bien. Ves todo desde una perspectiva digamos - TopicsExpress



          

Ser optimista está bien. Ves todo desde una perspectiva digamos amable de la situación, y es una actitud loable cuando se tienen los medios indispensables para la subsistencia diaria. El deseo de mejorar en todos los aspectos de la vida es una meta del ser humano y el optimista ve oportunidades, observa con atención los acontecimientos que suceden a su alrededor y se empeña en lograr sus objetivos. Que los consiga o no eso ya es otra cuestión. Ser pesimista no está bien visto. Estamos cansados de oír y leer que las cosas no van bien ni van a mejorar en bastante tiempo, pero seguimos insistiendo en ello. Condenamos los recortes y a quienes nos recortan, a los que nos desahucian, a los que nos expolian nuestro dinero ganado con tanto esfuerzo para que otros lo derrochen o se corrompan. Lo condenamos, lo denunciamos, lo repetimos, lo compartimos, lo difundimos una y mil veces pero nada conseguimos ni nada mejora. Si además, no contamos con los medios necesarios para una subsistencia digna, bajamos los brazos y nos rendimos al pesimismo. Yo, a pesar de contar con los medios necesarios para tener una vida digna, soy pesimista. Pero pesimista del momento que estamos viviendo. Mi pesimismo se acrecienta día a día porque no veo ninguna señal de mejora en la que apoyarme para cambiar mi pesimismo en optimismo. Leo, veo, busco algo que contar que nos levante el ánimo pero no lo encuentro, a pesar de las numerosas noticias que se producen diariamente. Naturalmente siempre hay alguna noticia positiva que individualmente nos anime, pero pocas si no es la solidaridad que se manifiesta, precisamente, entre todos los que lo están pasando muy mal. Los pecadores van al cielo y los inocentes viven un infierno en este país. Ayer supimos que Rodrigo Rato, responsable máximo de Bankia cuando se produjo su derrumbe, ha fichado como consejero por el Banco Santander de su amigo, Emilio Botín. Vuelve al banco en el que trabajaba por 200 mil euros al año antes de hundir Bankia. Pagan bien a quien nos ha dejado mal. Le pagan de muerte. Otros pagan con su vida el desastre de este país provocado por señores como Rato. Ayer también, Amparo, una mujer de 45 años de Carabanchel, con tres hijos y dos nietos a su cargo, se suicidó después de recibir una carta de desahucio. No de un banco, no, de la Empresa Municipal de la Vivienda. Una empresa pública destinada a facilitar el acceso a la vivienda de las personas más necesitadas, la iba a desahuciar. No querían prorrogarle su alquiler social de 69 euros ni la deuda de 900 que tenía acumulada. Al banco de Rodrigo Rato le hemos dado 23.000 millones de euros que estamos pagando con nuestros derechos y que jamás nos serán devueltos. Los hemos perdido: como la vida de Amparo. Tampoco nos la devolverán, como no le devolverán su vida a tantos otros estafados por bancos como el que dirigía Rato. Mientras 6 millones de personas no encuentran trabajo, este señor tiene dos y millonarios: es consejero de Telefónica y de Botín. Contratan para dar consejos a quien nos aconsejó preferentes. Consejos vendo que para mí no tengo. Vendo vuestras vidas y me quedo con los dividendos. Unos, tanto y otros, la nada. Los responsables del infierno de pobreza de unos, viven en un paraíso de impunidad y riqueza. Los responsables de la desesperación y el miedo, no tienen nada que temer porque les esperan recompensas millonarias y prebendas. Se premia a los que han hundido este país y se abandona a los que agonizan bajo los escombros. Escombro de país. Escombro de país en el que empresarios, banqueros y dirigentes sin moral ni principios se reparten los beneficios de nuestro trabajo, se ríen de nosotros y nos conducen a un final sin salida. Es el Estado del revés, no de derecho. Los canallas ascienden a lo más alto sobre una montaña de dinero mientras la gente corriente se arroja al vacío por no tener ni un euro. Los culpables suben, las víctimas caen. Y nadie detiene la caída ni se detiene a los que nos han empujado. Cómo iban hacerlo si son los mismos. Insisto en que tenemos que hacerlo nosotros. Nadie nos devolverá la vida de Amparo, pero si queremos recuperar la nuestra, tenemos que seguir exigiendo que los culpables se vayan al infierno. Hoy también se publicaba un informe de Intermón Oxfam. Entre sus conclusiones afirma que de los 12 millones de pobres que hay actualmente en España se pasará en 2025 a 20 millones. A razón de unas 525.000 personas en riesgo de exclusión más al año, si continúan las políticas de austeridad como hasta ahora. Desde Intermón ven como el hecho de tener trabajo ya no asegura estar en riesgo de exclusión. La autora del informe, Teresa Cavero, asegura que los efectos de la reforma laboral están aumentando este fenómeno reciente. Así, la pérdida del poder de negociación en los trabajadores está rebajando a la mínima expresión los salarios y las jornadas laborales, hasta el punto de que ya no son suficientes para garantizar una calidad mínima de supervivencia.
Posted on: Thu, 19 Sep 2013 00:42:50 +0000

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