Si sos de Cerro, es imposible ser amargo. Eso sí, ser de Cerro es ser sufrido, es aguantar la séptima final de Libertadores de tu rival eterno y que estén por alcanzar -con toda justicia y entereza- su cuarta Copa. Pero esto es así y hay que bancarse. Me tocó vivir en medio de olimpistas los dos partidos; la de semifinal y esta primera final. Presencié la fiesta por las calles. El festejo entendible y merecido del pueblo de Olimpia.. y sentí, en cierta manera, envidia sana. Pero en ningún momento me sentí amargado. De hecho, creo que hasta siento que hay justicia para con los jugadores de Olimpia. Basta recordar cómo empezaron y hasta dónde llegaron. No hay nada que decirles. Tienen demasiados huevos. Es más, y esto lo digo sin que mi conciencia me reniegue, creo firmemente que van traer su cuarta Copa Libertadores. Y merecidamente saldrán a las calles a festejar. Tengo parientes y amigos olimpistas, que estoy seguro estarán felices.... así como ella...de eso no hay dudas. Pero yo elegí otra pasión. Y Si bien esta pasión de color azulgrana nunca me dio a conocer una sensación así, no estoy arrepentido de elegir quererle a Cerro. Cerro es demasiado pasional para entender porqué uno le quiere. Cerro es demasiado sentimiento para comprender qué nos hace seguir tras estos colores, sin que hayamos recibido de parte del club el estar en una instancia así.... y en cambio, hoy vemos a nuestro rival de siempre festejar otra final más... ¿quién no querría sentir eso? Pero nada de eso importa. Lo hecho, hecho está. Ya derramé lágrimas por la camiseta azulgrana y como bien lo dice Sacheri, "de las lágrimas no se vuelve". Felicito a mis amigos olimpistas. Disfruten de este hermoso -imagino- momento. Que el fútbol es eso y no la guerra que algunos creen.
Posted on: Fri, 19 Jul 2013 17:51:24 +0000
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