Sigamos con nuestra historia: Nos quedamos en que la muchacha consiguió sacarse los títulos con mucho esfuerzo, dada la situación que vivía en casa. A ella le hubiese gustado continuar estudiando, pero los padres no eran de esa opinión y, se negaron a ello. La verdad es que en casa se aburría mucho, no sabía que hacer y, sin saber como ni por qué, un terrible dolor de cabeza la estaba consumiendo. No hacía más que ir al médico y nada de nada, no le mandaban medicación alguna, eso se quitaba con la típica aspirina. La luz le hacía el dolor más intenso, insoportable. Cuando salía a la calle era un sufrimiento total, a parte de eso, también se sentía mareada. El terrible dolor hasta el apetito le quitó. Finalmente, la mandaron al neurólogo, el cual le hizo una resonancia magnética en la cabeza, para ir descartando "problemas" (pero ya sabía el problema) la situación que había en la casa. Los resultados de la resonancia fueron favorables, no tenía nada, de todos modos, le recetó unas pastillas (por supuesto inofensivas) porque aún era muy joven para estar medicándose. Pero los dolores continuaban, no se quitaban, gracias al cuñado de su padre, que le dijo a la madre de la muchacha que se la llevara al pueblo que cambiara de aires, que así no podía estar la muchacha. Estando en el pueblo, los dolores no cesaron, pero más o menos se calmaron un poco, gracias al cariño y el amor que le daba su tía (una viejita que irradiaba alegría y felicidad). Llegó la hora de volverse otra vez para su casa y, para que estuviese entretenida y no pensando en el dolor de cabeza, el mismo que le aconsejó que la llevara al pueblo, le dijo que la apuntaran a hacer algún curso y, también que le arreglaran la boca a la muchacha. Gracias a esta persona, la muchacha fue mejorando por momentos y el dolor prácticamente desapareció. Con los cursos que tanto la alegraban, que eran su vida, los libros, el aprendizaje. Continuará ..................
Posted on: Sat, 10 Aug 2013 21:50:13 +0000
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