Sé que no siempre es fácil asociar al animal con el producto que - TopicsExpress



          

Sé que no siempre es fácil asociar al animal con el producto que consumimos. Sí, lo sé porque a mí también me pasaba, me resultaba prácticamente imposible reconocer a un cerdo en un filete por ejemplo, porque aparentemente no tienen nada que ver. Alguna vez, al ver ese poquito de sangre que suele resbalarse por las bandejas blancas del área de refrigerados, pensaba en que era un trozo de animal y eso me producía cierto malestar, pero automáticamente mi cerebro me respondía cosas como: - Bah, no te rayes, ya hoy en día los matan sin dolor - Bueno sí, es un animal pero para eso están - Tranquila si habrá vivido ahí en el campo mejor que tú Esto es lo que se llama "disociación" y consiste en separar aquello que nos molesta, perturba o altera de la realidad y quedarnos sólo la parte que nos conviene. Digamos que es algo así como una traición de nuestra mente para no preocuparnos por las incoherencias que cometemos y poder seguir viviendo en paz. Hay quien incluso lo llama "mecanismo de defensa". Y es que desde nuestra más tierna infancia se nos enseña que comer animales es ley de vida, que no hay otra opción, que nuestro cuerpo necesita los suyos para funcionar correctamente, que han nacido para eso y su existencia no tiene más sentido. También se nos enseña que algunos animales, como los perros o los gatos, merecen más consideración, que ellos son amigos y "los otros" son comida. Afortunadamente podemos plantarnos frente a todo esto. Yo pude, millones de personas han podido, tú también podrás. Tan sólo párate un segundo y no disocies, no separes, intenta acercar el filete al pequeño cerdo bebé que esperaba su turno en el matadero, a la vaca que cuelgan boca abajo de sus patas traseras para conseguir una carne más jugosa. Intenta ver a esos peces asfixiándose en una red retorcidos de dolor. Permítete conectar con las ovejas que miran contra la pared para no ser las siguientes en el matadero. Duele, lo sé. Duele mucho tomar conciencia de que llevamos toda una vida engañándonos inocentemente. Pero cuando hayas sentido esa rabia, ese dolor, esa conciencia inmensa de imaginar millones de granjas, mataderos, laboratorios y el ensordecedor sonido que se desprende de ellos... Cuando por primera vez se te encoja el pecho al comprender que a las más grandes atrocidades les llamamos comida... En el momento en que sientas que tú no quieres formar parte de eso, un rayo de esperanza se abre para los animales. Desaprende lo que nos han enseñado, ponte del lado de las víctimas. Tú puedes construir un mundo mejor con tus decisiones cotidianas.
Posted on: Fri, 14 Jun 2013 23:11:42 +0000

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