TURISMO RURAL PARA EL DESARROLLO SUSTENTABLE Por: Eduardo - TopicsExpress



          

TURISMO RURAL PARA EL DESARROLLO SUSTENTABLE Por: Eduardo Daniel Ragusa* En un primer momento, el turismo rural se identificó con el tipo de alojamiento que se ofertaba. Posteriormente, el hecho de desplazarse al medio rural con la finalidad de disfrutar del paisaje y el entorno, aunque fuera de forma pasiva, se convirtió, junto al alojamiento, en referente y principal motivación del turismo rural. El binomio turismo rural – alojamiento sirvió para recuperar la arquitectura rural, casas tradicionales, aljibes, etc. además de los utensilios tradicionales en torno a los cuáles se proyectan actividades culturales locales, incorporándose a la oferta turística del destino. En un momento dado, el turismo rural evoluciona en función de las exigencias de los consumidores que adoptan un papel activo, es decir, participan de las actividades que les ofrece el destino que visitan, e incluso demandan otras nuevas. De esta manera, tanto las características propias al entorno, (el alojamiento o los recursos naturales y rurales), como las actividades recreacionales y deportivas que se proponen, imprimen al lugar un atractivo único y ayudan a configurarlo como oferta turística rural. El turismo así contemplado supone un importante complemento de las rentas en el medio rural, e incluso en algunas zonas se convierte en la actividad principal sustentadora de la economía local. Entre sus importantes efectos positivos cabe destacar: Repercusiones económicas. La actividad turística en el entorno rural provoca la diversificación de la economía, rompiendo con la práctica exclusividad de la actividad agraria, y generando rentas complementarias. El turismo se traslada además de forma significativa al resto de los sectores económicos: facilita la permanencia de las actividades y explotaciones agropecuarias, permite la comercialización in situ de la producción agro – ganadera, y colabora de forma notable a la preservación de la artesanía autóctona. Repercusiones medioambientales. Las más significativas son las que tienen que ver con la sensibilización por la protección y conservación del medio ambiente, así como la recuperación del patrimonio natural y arquitectónico rural. Repercusiones sociales. Las principales consecuencias para la población local son la mejora de su nivel de vida, la disminución del éxodo rural y la creación de nuevos puestos de trabajo. Es importante destacar que no todo son efectos positivos, también provoca efectos negativos. Éstos vienen como consecuencia de la falta de ordenación del territorio, y de planificación y control de las actividades turísticas, que a largo plazo pueden desembocar en el abandono de las actividades tradicionales, la degradación y deterioro de los espacios naturales, el incremento de los índices de contaminación, y pérdida de autenticidad de la cultura autóctona. Todo ello generaría a su vez la desaparición de aquellos atractivos que en su momento provocaron la elección de estos entornos rurales como destino turístico, dificultando el desarrollo económico futuro de las comarcas afectadas. Una de las vías para evitar los efectos negativos es la apuesta por un desarrollo sustentable, el cual no puede ser concebido sin la previa ordenación del territorio por parte de la Administración; así como la planificación de las actividades y productos a comercializar, por parte de las empresas privadas y sus asociaciones. Se debe tener presente que en todo este proceso, el turismo rural cumple un papel más importante que el puramente económico, ya que supone una fuente de revitalización social en el medio rural, de ahí la necesidad de asociarse no sólo por razones de viabilidad económica sino más bien como cauce para la construcción de una “imagen de marca” del territorio que tenga en cuenta a las personas que lo habitan. Esa “imagen de marca” debe ser construida con la participación directa de los agentes conocedores del territorio. Los habitantes del medio rural deben jugar un papel decisivo de mediación entre su medio y el visitante. El medio rural no es solo un paisaje, no puede interpretarse adecuadamente sin la intervención de la persona rural que lo habita. Las personas moldean su espacio vital a la vez que éste les confiere su identidad. En este sentido, el turismo rural no puede limitarse únicamente a ofrecer alojamiento. Debe basarse en la autenticidad de la relación entre el visitante y los que viven en el territorio y un acercamiento a la realidad de sus pobladores. Lo que hay que lograr es un sabio equilibrio entre el apoyo institucional, la iniciativa privada por fuera de la zona en cuestión y de los propios habitantes”. *Director de Noticias Turísticas- Eduardo Daniel Ragusa es Licenciado en Sistemas con experiencia en consultoría en el área del Turismo, siempre aplicado a tecnologías de la información. Argentina - Editor en Jefe - Prensaturismo
Posted on: Mon, 05 Aug 2013 15:56:43 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015